16 de octubre de 2008

En ruta por Francia (19-07 al 02-08-2008)

De nuevo con el Presi y Paloma y sus niños, Alex y Martín. Esta vez nos vamos a Francia, en coche y de camping.


Quedamos con el Presi y familia en Irún. A nosotros nos viene bien porque así podemos ver a nuestros amigos de por allí (Mábel, Jose, Juanjo, Flor, Eukene y Unai).

Tenemos que parar en el camino para comer. Pensamos buscar un restaurante para comer un menú o algo así. Por suerte nos medio liamos en la Puebla de Arganzón y descubrimos un lugar idílico para darnos un baño. Así que, en vez de entrar en un sitio, nos comemos un bocata y nos damos un remojón que nos viene de maravilla.

Ya han llegado el Presi y Paloma, nos hemos juntado en Irún un buen grupo de gente para comer. Ha estado bien, sobre todo para los niños, un montón de ellos corriendo por todos lados.

Con el notición de que Paloma y Presi están embarazados nos ponemos en marcha hacia tierras francesas. Nos dirigimos a Arcachon, un pueblo que está en la costa atlántica, dentro de la zona de las Landas. Vamos aquí para visitar la Duna de Pila, que es la duna más grande de Europa. Nos instalamos en un camping que está justo debajo de la duna. El lugar es ideal pues los niños pueden moverse libremente, subiendo a la duna cuando les apetezca.

Hay bastantes camping, a ambos lados de la carretera. Hemos mirado en los que están hacia el mar, para así tener acceso a la duna. La verdad es que no lo hemos hecho a posta, nos ha salido así, ha sido una suerte.

Visitar Arcachon ha estado bien, aunque lo mejor aquí es subirse a la duna y disfrutar desde allí de las vistas increíbles. En frente tenemos el mar, detrás nuestro otro mar, pero de pinos que se extienden hasta donde alcanza la vista. También hemos bajado hacia el otro lado, hacia el mar, para bañarnos. Las bajadas son con carreras que los niños disfrutan como ya lo hicieron en el desierto de Marruecos el año pasado. Por el lado del camping, la subida es rápida ya que la pendiente es muy fuerte, como cortada de repente. Hacia el mar la cosa es distinta, la pendiente es más suave aunque bastante contínua. Subir desde el mar a la parte de arriba de la duna, nos lleva unos 20 minutos. Este tiempo es variable, sobre todo para los niños, si se animan y van haciendo una carrera, tardan bastante menos, pero si están cansados, se paran continuamente diciendo que no pueden más.

La idea que teníamos al venir a Francia, era visitar sobre todo, el valle del Loira. Es una zona bastante llana del centro de francia, recorrida por el río Loira y donde se encuentran muchos castillos. Nos hemos venido a Amboise que es un muy buen punto desde el que acceder a muchos de los castillos. Además aquí hay un camping municipal que está muy bien. El pueblo es precioso y nos guarda algunas sorpresas.

Al final, sólo hemos visitado un castillo, el de Chambord. La cuestión es que los niños se esperaban otra cosa (siempre es así), ellos pensaban en castillos defensivos, guerras y cosas así. No es así, más bien son residencias de verano de los reyes, para celebrar fiestas y demás. A nosotros nos ha encantado, por dentro es precioso y tiene cosas muy chulas. Como la escalera central que es doble y muy curiosa. Me lo he pasado muy bien pues durante un rato, Martín ha sido mi guía por el castillo, me ha ido llevando de un sitio a otro contándome lo que veíamos allí. Las cosas culturales o que no le interesaban demasiado, las pasaba rápidamente. Cuando llegábamos a salas con armas o carruajes, se detenía y se recreaba en sus explicaciones.

Nos hemos dado un paseo por los jardines, después de comer un bocata sentados en la hierba. Hemos echado un poco de menos no haber tenido unas bicicletas para poder abarcar más.

Una tarde, en Amboise, nos hemos enterado que hay un espectáculo de funambulismo en la calle. Allá que nos vamos, Una especie de triángulo con múltiples cables de un lado a otro por donde van haciendo un espectáculo magnífico, es increíble las piruetas que realizan encima de esos cables tan finos. Una de las actuaciones ha sido una historia, una pareja que se conoce, se enamora y se acaba separando, han transmitido todos los sentimientos sin pronunciar una sola palabra únicamente moviendose por los cables.

Otra sorpresa ha sido la casa de Leonardo da Vinci, que pasó en esta ciudad los últimos años de su vida. La casa está muy bien, aunque lo mejor ha sido el jardín, que a parte de ser muy bonito, está lleno de algunos de sus inventos. Muchos de ellos se podían tocar y probar.

Que suerte tienen el Presi y Paloma. Eva y yo nos hemos quedado con los niños mientras ellos se van a dar un paseo por la ciudad (el día anterior había sido al reves). Y va y les sale este atardecer de ensueño…

De camino a París, paramos en Chartes. A comer y también para visitar la catedral de Notredame. Es preciosa, llena de vidrieras de colores. Nos ha gustado mucho.

Ohhh! París! No es que lo tuviéramos claro, pero de alguna forma, queríamos ir a París. Los niños tenían muchas ganas. El camping lo tenemos bastante lejos, así que hemos cogido el tren, para no tener que mover el coche. Ha sido un día fantástico, hemos visto todo lo que hemos podido sin necesidad de ir corriendo de un lado para otro. Lo primero, es lo primero, la torre Eiffel. Al salir del metro, parece que todo el mundo se dirige allí, y efectivamente abajo resulta que está todo lleno de gente. Por suerte, nosotros queremos subir por las escaleras, no en ascensor. Con lo que hay mucha menos gente en la cola, en apenas 10 minutos estamos subiendo. Todos estamos encantados, los niños no hacen más que maravillarse con todo, desde los tornillos a las escaleras, o la altura o lo que se ve, o…., todo.

Francia es una maravilla para los que somos handicapes (discapacitados), a la mayoría de los sitios entramos gratis tanto yo como mi acompañante. Además los niños o pagan muy poco o también pasan gratis. En el Arco del Triunfo así es, los niños y yo pasamos gratis. Así que me voy sólo con ellos para arriba. Hemos subido porque es gratis, después de subir a la torre Eiffel, no creo que merezca pagar un montón por subir al arco del triunfo. Los niños se han dado una vuelta rápida en la azotea y se han puesto a jugar saltando por unos peldaños, todo el mundo los mira, no paran de reirse, la gente está encantada con tanta vitalidad.

Entrar al Louvre no tiene sentido con los niños, pero por que no darse un paseo hasta allí, para ver la pirámide invertida y la entrada.

Además hemos aprovechado para refrescarnos…

Un agradable paseo por la orilla del Sena, de camino a Notre Dame es el fin de nuestro día. Los niños están reventados, nosotros también. Eso sí, muy contentos.

Un día es poco para visitar París, no cabe duda. Nos han quedado muchas cosas pendientes. Como subir a Notre Dame, que no lo pudimos hacer porque llegamos tarde, o tomarnos un café tranquilamente en una terraza, o visitar Montmartre, o …., ¡tantas cosas!

Ya queda poco, nos vamos al monte Saint Mitchell, que está en la Bretaña, muy cerca de Normandía. Por el camino, aprovechamos para comer y visitar un poco Rouen. Una ciudad preciosa, con calles llenas de casas con embellecedores de madera. La catedral también es muy bonita así como varios edificios góticos.

Ha sido muy bonito, pero, ¡que mal rato hemos pasado! Os cuento… Hemos dejado los dos coches en un parking subterraneo. Cuando ya nos marchamos, Eva paga su aparcamiento y detrás va el Presi que paga con tarjeta, ¡mierda! no la coge, o si, o no, no sabemos muy bien si si o si no, el caso es que paga en metálico y se da cuenta de que si le han cobrado con la tarjeta. Así que se va a reclamar que se lo devuelvan. En esto, Eva con los niños y yo nos hemos ido bajando y estamos dos plantas más abajo. Como resulta que hay un tiempo límite para sacar el coche, una vez pagado el aparcamiento, Eva se tiene que ir y sacar el coche. Yo no me puedo ir pues esta con nosotros Martin el de Paloma, así que me quedo con él. Al ratito baja Paloma, que parece que ya se está solucionando, que le devuelven el dinero. Por fin bajan todos y nos montamos en su coche. Eva debe estar esperándonos fuera, así que nos damos prisa. Según estamos saliendo del parking, hay dos salidas, Javi gira para tomar la de la derecha, en ese momento yo pienso, ¡no!, Eva se habrá ido recto, ¡mierda! no he tenido tiempo de decírselo. Efectivamente, salimos y allí no está Eva. Encima, yo llevo su móvil, pero ella no sabe que lleva el mío. Así que le digo al Presi que busque un sitio donde pararse para mandárle un mensaje con la calle en la que estamos y que nos busque con el navegador. Nos ponemos en marcha, todas las calles son puentes y no se puede parar. Javi está nervioso, le digo que pare en un vado, que es sólo un momento. No atina a aparcar un coche tan grande, mientras Paloma y yo estamos intentando enviar el mensaje, cuando…, veo el coche de Eva que acaba de salir por una calle. “Allí está, corre Presi, pítala”. El Presi no atina, no es su coche, además ha apagado el motor y no funciona el pito. “Vamos!, arranca y síguela.”, “vete pitando”. “¿y como pito?”, “pues algo que llame su atención, piii, piii, pipipi, pipipipi, pipi”. Menos mal, nos ha oído y nos ha visto, para donde puede y nos bajamos a hablar. Ella estaba agoviada, sóla con los dos niños y sin móvil. “pero?, como me habéis encontrado?” y dice el presi, “pues no se, estábamos parados y te ha visto Ricardo con su supervista”...

Yo quería visitar el Monte Saint Mitchell desde que mi hermana Rakel estuvo allí y me mandó una postal. Me pareció un sitio muy bonito. Al contrario de como suele suceder, nos ha gustado muchísimo más de lo que esperábamos.

El Monte Saint Mitchell es una abadía que está en una colina de roca. En principio esto no tiene nada de espectácular. Pero es que además, es la única colina que hay en este lugar que es prácticamente plano. Aún hay más, y es que se encuentra en una bahía, en el mar. Tanto es así que cuando sube la marea queda prácticamente aislado de tierra, sólo se puede acceder por una carretera. Para llegar allí, si vas en coche hay que mirar los horarios de la marea, pues al subir esta, el coche queda enterrado en el agua.

Llegamos por la noche y nos instalamos en un camping un poco lejano, a unos 10km. Por la mañana vamos a visitar el Monte. Dejamos el coche antes de llegar, fuera de la bahía, para no tener problemas con la marea y para acercarnos paseando tranquílamente. Hay muchísima gente, no, en realidad hay más gente aún. Parece que es uno de los destinos turísticos más numerosos. Aún así, nos ha encantado. Mira que todo estaba lleno de gente, pero es igual. Es precioso. Las calles son estrechitas y suben todas hacia la Abadía, no hay un camino único. Todo es de piedra con un aire muy medieval. Nos ha encantado.

Comemos en una crepperíe en una de esas callejuelas. Lo mejor ha sido cuando David ha dicho que quería una cuchara, le hemos dicho que la pidiera él mismo. Ha ido a la camarera y ha empezado a hacer gestos exagerados como si estuviera comiendo con cuchara. La camarera y nosotros nos partíamos de la risa.

La visita a la Abadía la hacemos por la tarde. Hay muchísima menos gente, tanto que parece otro lugar. De hecho, cuando llegamos resulta que no hay ningún coche en los aparcamientos más cercanos porque ha subido la marea. En las calles tan atestadas antes, no queda casi nadie. Entramos a la Abadía ya casi de noche. La visitamos un poco rápido para aprovechar algo de la luz del día. Ha sido alucinante, no había casi nadie y era todo para nosotros. Hemos disfrutado muchísimo. Además hay personas tocando el violín o un piano en algunas salas. La abadía además de grandiosa es sobria y tiene unas vistas sobre el mar inmejorables. Hemos acabado de noche, ya no queda prácticamente nadie por las calles, la mayoría de tiendas y cafés están cerrados.

El Presi y familia han salido antes que nosotros, ellos tienen algo más de prisa y se ponen en marcha para llegar cuanto antes. Nosotros nos lo tomamos con algo más de calma. Dormimos cerca de Burdeos, en una casa prefabricada, ya que hemos llegado muy tarde y sin ganas de montar la tienda y todo el tinglado.

El día siguiente es 2 de Agosto, día de salida para muchísima gente que se va de vacaciones. Las carreteras están llenas, todo el mundo parece haberse puesto en marcha. Además en Bayona son fiestas, hay encierros, y tenemos que pasar muy cerca de allí. Nos entran ganas de hacer pis, por lo que nos salimos de la carretera. El navegador nos dice que sigamos rectos, por un camino de tierra, pensando que así nos libraremos un poco del atasco en el que estábamos, le hacemos caso. Es una pista de arena junto a unas vias del tren. Cada vez hay más arena, el coche patina un poco. Llegamos a una cuesta y el coche no puede subir, las ruedas patinan y no avanzamos, así que damos marcha atrás. Sin pensarlo mucho hemos intentado dar media vuelta, con tan mala suerte que nos hemos quedado atrapados en la arena.

Tras unas horas de intentarlo todo, nosotros y un hombre al que le hemos pedido ayuda, hemos hablado con el seguro que nos intentará mandar una grúa. El probema es que está todo atascado y hay muchos coches tirados. El hombre que nos ha echado una mano, habla con el del seguro y le dice que muy cerca hay un taller, que ellos pueden sacarnos. Así que nos mandan una grúa desde este taller, cuando viene, no se atreve a entrar en la arena, dice que se quedará atrapado, pero que no nos preocupemos que va a avisar para que traigan otro vehículo a sacarnos.

Muchos coches han llegado hasta donde estamos, pero no pueden pasar, así que se tienen que dar la vuelta. Incluso alguno se ha quedado medio atrapado en la arena. Estamos ayudando a sacar uno de estos coches, cuando aparece el camión que nos va a sacar a nosotros… Es un camión de la segunda guerra mundial, del año 1943, del ejercito estadounidense. Los niños están alucinados cuando lo ven. Cuando nos ha sacado, el hombre nos dice que le acompañemos hasta el talle y nos pregunta si queremos que suban los niños al camión. No hace falta preguntarles a ellos, que lo están deseando. Encima han montado en la parte de la cabina, van alucinados y encantados. Sólo por esto ha merecido la pena….

2 comentarios:

  1. Vaya historias que os pasan. Como siempre las fotos son preciosas y en los comentarios ¿ha intervenido Eva?. Lo más bonito de todo mis sobrinos ….qué guapos.

    Reyes — 16 October 2008

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  2. Ricardo, estoy viviendo en francia en toulouse desde hace 2 años. llamame o mandame un email si vuelves por tierras galas. Acojo todo pues la casa que tenemos es para eso. A seguir viajando. Por lo que veo en tu blog, en forma. Me alegro.
    De nuestro viaje a italia roma, capri, napoles, queda lejos. Desde entonces no nos vemos. Y con eso de no estar en madrid, no puedo ver las presentaciones de tus fotos.

    un abrazo y a tu familia tambien

    Irene — 5 June 2009

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