Estoy en Pisco, junto al océano Pacífico donde mañana probablemente me de un bañito, ya que voy a ir a visitar las Islas Ballestas donde se ven leones marinos, pingüinos, focas….
Lo último que sabíais es que estaba en La Paz, ciudad que por cierto no me ha gustado mucho, me agobió bastante, aunque hay que visitarla ya que es una ciudad totalmente diferente a cualquier otra. Allí visité el valle de la Luna que es un sitio alucinante con una formación increíble de rocas y tierra. De ahí me fui a Arequipa, la ciudad blanca. Es una ciudad preciosa, es muy limpia y las arequipeñas son muy lindas. Desde la ciudad se ve un volcán, el Misti al que decidí intentar subir.
El primer día subimos desde el borde de la ciudad (2.800m) hasta Nido de Águilas (4.500m) donde pusimos la tienda entre las piedras. Íbamos Víctor Hugo el guía, una inglesa llamada Soma o algo así, un americano muy simpático que habla muy bien castellano llamado Chris y este que os escribe. Al día siguiente subimos a la cima (5.825m) en unas 5 horas. Chris el americano se tubo que dar la vuelta por mal de altura. Me costó muchísimo subir, ya que a la altura hay que añadir que todo el camino es sobre arena, con deciros que iba contando 50 pasos y me paraba a descansar, incluso teniendo la cima a la vista. La vista arriba es espectacular con el cráter debajo, os podéis imaginar la alegría al alcanzar la cima tras el esfuerzo.
Al día siguiente
me fui al Cañón del Colca. Decidí ir por mi cuenta sin nada organizado
y cogí el bus a Cabanaconde, donde no llegan muchos de los circuitos
organizados. A la mañana siguiente me subí al mirador de Tapay que está
muy cerca de la Cruz del Cóndor, pero donde hay más probabilidades de
ver Cóndores. Os confieso que tenía bastante miedo de no ser capaz de
verlos, pero fue increíble, de repente empezaron a aparecer subiendo
desde el fondo del cañón y los vimos pasar muy cerca
de donde estábamos unas cuantas veces. Yo creo que eran 7 u 8, pero
podría ser que fueran dos que pasaron unas cuantas veces. Una vez
pasaron sobre nuestras cabezas a unos 5-10m de nosotros. Es alucinante
como vuelan estos pájaros si mover las alas, únicamente dejándose
llevar por la corriente de aire. Después de esto bajé al cañón, hasta
el fondo, hasta el río donde por supuesto me di un bañito. Subiendo
unos 10 minutos por el otro lado se llega a un pueblito llamado San
Juan de Chucho, donde no tenía pensado ni parar, pero me gustó tanto
que decidí quedarme allí a dormir con una familia encantadora. Con el
hijo después de comer me bajé al río a pescar truchas y nada más llegar
y echar el sedal, zas, sacó una trucha. Luego me confesó que era la
primera vez que sacaba una, parece ser que le traje suerte. Por la
noche cenando estuve charlando con él y os imagináis que estaba
encantado. Al día siguiente me dirigí a otra parte un poco más abajo
del cañón que la llaman el oasis, donde hay unas piscinas naturales. El
sitio es una pasada y las piscinas molan un montón, estuve con una
pareja ella francesa y el peruano muy simpáticos, pero me había gustado
tanto el sitio del día anterior que no me causó tanta impresión. Al día
siguiente subí de nuevo a Cabanaconde, se me había olvidado comentar
que el Cañón del Colca es el segundo cañón más profundo del mundo, las
vistas desde los miradores hacia abajo cortan el hipo. Una vez en
Cabanaconde busqué un guía para que me acompañara al pueblo de
Pinchollo y una vez allí alquilamos un caballo para ir a visitar un
geiser que dicen es el único que está continuamente en funcionamiento.
Es una pasada ver salir un montón de vapor del suelo y debajo el agua
hirviendo. Me mosquee un poco con el guía pues me intentó tangar con el
precio del alquiler de los caballos. Por cierto montamos a pelo
sin silla ni estribos, únicamente unas mantas, así que os podéis
imaginar el dolor de posaderas cuando el caballo se ponía a trotar a
las cuatro horas. Eso sí cuando galopábamos era una pasada.
Después de dormir otra noche en Cabanaconde decidí al día siguiente volver al mirador de Tapay para intentar ver otra vez al Cóndor, ya que me había gustado mucho. Esta vez vimos menos, pero pasaron más cerca y todo, exagerando un poco los podríamos haber tocado con los dedos.
Desde allí volví a Arequipa, 6 horas en un autobús como el metro en hora punta por un camino de piedra. Y cuatro horas después he tomado otro bus para venir aquí a Pisco.
He recibido varios mensajes preguntándome por la comida. Yo estoy comiendo aquí de maravilla ya que a mí me gusta todo, trato de probar en cada sitio lo típico de la zona. Más o menos lo que hago es por las mañanas un desayuno continental, aunque lo del café con leche aquí es una pelea, en muchos sitios no hay leche y cuando la hay sólo te traen un poco y le tienes que echar agua. Para comer suelo entrar en sitios de menú donde suelen comer los peruanos normalmente y donde sirven una sopa y un segundo plato con una bebida, esto viene a costar entre 2′50 y 5 soles, si echáis cuentas 1 Sol = 50 Pta os daréis cuenta de que se puede comer decentemente por 125 Pta. Por las noches para cenar suelo buscar un buen sitio y pido a la carta, lo que me apetece, preferentemente platos típicos y me suele salir por 20-30 Soles. A mí la comida aquí me encanta, de hecho antes no me hacían mucha gracia, más bien ninguna, las sopas y aquí me estoy hartando a tomarlas, e incluso las pido.
He conocido a mucha gente, aunque es difícil ir con alguien ya que cada uno hace su viaje y hasta ahora no he coincidido con nadie que fuera a hacer lo mismo que yo, es decir coincides con alguien un día pero al siguiente cada uno va a un sitio.
Llevo más de una hora delante del PC y estoy
harto. Un besazo muy grande a todos y a todas y gracias por vuestros
mensajes y apoyo.
Ricardo
(Hoy me ha preguntado uno que de que parte de Perú era, ¿se me estará pegando algo?)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario ...