14 de junio de 2004

Maraton Alpino Madrileño

Como algunos sabéis ayer fui a correr el Marathon Alpino Madrileño, que discurre por la sierra de Madrid, son aproximadamente los 42,195km a los que hay que sumar un desnivel acumulado de 4500m.

Vamos Chema y yo, como no hemos conseguido sitio para dormir quedamos a las 6 de la mañana ya que tenemos que subir a Navacerrada y recoger los dorsales. Un poco antes de la salida vemos a los de la ONCE que van a correr el cross de siete picos. Eso si que tiene mérito dos ciegos totales andando por un sitio infernal lleno de piedras y de ramas.

La salida no es puntual, ya que mucha gente tarda en recoger el dorsal, salimos hacia las 8h10′. Juan Antonio del grupo de la ONCE quiere hacerme unas fotos por lo que salimos los últimos para intentar verlo, nos hace varias fotos y nos ponemos a subir por la loma del Noruego. Enseguida la gente se pone a caminar, como Chema y yo vamos fuertes pasamos a mucha gente en la subida. Bajando la cosa cambia, ambos tenemos problemas en las bajadas y nos pasa bastante gente. No hay problema al final la carrera pondrá a cada uno en su lugar. Llegamos a cotos en 50′ y tras beber un poco nos vamos hacia Peñalara por Peña Citores, la subida es buena y vamos muy bien. Desde Peñalara se baja por Claveles hasta la laguna de los pájaros, este tramo es muy malo ya que se va por piedras muy grandes y además da la sombra, lo cual a mi me afecta bastante. En el control de la laguna dan agua y glucosa, la gente, en este y en los demás controles, es encantadora animan mucho. Chema baja con algún problema, se le ha subido un poco el gemelo, dice que va bien y seguimos bajando hasta cotos nuevamente. Esta parte es seguramente la más fácil, vamos bromeando con la gente que sube caminando.

En cotos ya han venido algunos amigos a vernos, Albertiki, Conchi, Rosita, Ángeles, Laura…, se agradece un montón. Paramos a comer y a beber, yo aprovecho a tratar de curar una ampolla que me viene molestando en el pie. Apenas tres minutos y de nuevo a correr, ahora vamos por la carretera que sube a Valdesquí hasta donde está el desvío hacia el Pingarrón, por aquí se baja hasta el río para empezar la subida hasta Cabezas por los tubos, es la parte más dura, en cuanto a la subida, una pared vertical que se hace interminable. Resbalo un par de veces y me doy dos buenos porrazos por lo que decido tomármelo con calma un poco, no dura mucho pues según se alarga la subida cada vez me encuentro más fuerte y voy pasando a más gente, llego arriba al control como una moto, con ganas de seguir. Chema viene un poco detrás, sigue con los problemas en los gemelos y también en las rodillas. Bebemos algo, Chema toma glucosa en todos los controles, yo paso. Aquí esta Juan Antonio, de Protección Civil con el cual hablamos algo. Ahora iremos por la cuerda hasta Bola del Mundo, Chema va tocado y voy esperándole cada poco rato, baja muy tranquilo para que no se le carguen los gemelos. Voy todo el tiempo corriendo con Tino, un viejo conocido de la montaña que siempre está metido en estos fregados. De Bola se baja a Navacerrada, to tieso, un poco antes de llegar están mis padres que me ven de casualidad y les digo que bajen corriendo hasta el control, que allí pararemos un rato. También están Eva y Alberto con David y Martín, Tomás y Karen y Aris, me bebo hasta el agua de fregar. Chema tarda un poquito, pero dice que viene bien, que pa’lante. Nos queda hacer Siete Picos hasta la Fuenfría y volver por el camino Smitch. La subida la hago muy bien, me veo con fuerzas, pero arriba por las rocas, me voy tropezando con estas, la bajada hasta la carretera de la república es un infierno pues me cuesta encontrar el camino, no hay corredores en ese momento por allí y además hay muchos árboles y raíces. En la carretera de la república está Jorge que viene a hacer el resto del camino con nosotros. Me encuentro muy bien y decido tirar solo, Jorge acompañará a Chema. Por la carretera de la república y la primera parte del camino voy bien, pero cada vez hay más sol y sombra que me molesta
mucho amén de un montón de raíces y piedras en el suelo que hacen que vaya todo el rato tropezándome. Me es imposible ir más deprisa sin matarme por lo que me relajo y ya en la carretera que baja a Navacerrada espero a Chema y a Jorge para entrar juntos en meta, llegan enseguida.

Entro en meta con Martín y David, los hijos de Alberto y Eva, sin duda lo más bonito del día.

El tiempo 6h49′35″ y una paliza del copón encima, pero muy contento.

Gracias a todos por estar ahí.

Besitos
Ricardo (ó un montón de huesos y músculos doloridos)

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