8 de septiembre de 2004

Ciao Italia

Hola a todos!

Espero no aburriros mucho, pero aquí llega el primer capitulo del ulebrón de este año.

Lo primero fue Milán, había leído que se veía en un día, es mentira, si tienes suerte en medio es bastante. La ciudad me pareció bastante fea, además como era agosto no había nadie, ni tiendas abiertas ni nada, solo riadas de turistas. Lo primero que me choco fue la cantidad de bicicletas que se ven por la calle, la gente las usa para circular normalmente y en muchas calles hay carriles para ellas. Eso sí, aunque la ciudad no me gustara, tiene el Duomo (La catedral) que es bastante bonita, se puede subir a la parte alta y disfrutar recorriendo el techo y viendo la cantidad de torres y estatuas que hay en ella. Pero lo que hace que verdaderamente merezca la pena venir hasta aquí es:

Il Cenacolo (La ultima cena) de Leonardo Da Vinci, es un fresco pintado en un comedor bastante grande, normalmente hay que reservar entrada con dos días de antelación, pero hiendo solo, como era el caso, es fácil que haya algún hueco para entrar. Entramos a la vez unas 20 personas y la sala es tan grande que ni poniéndonos todos en fila llegamos al final, por lo que puedes verlo a tus anchas. Lo primero que hice fue ir hacia atrás y darme la vuelta para verlo desde unos 20 metros, es una pasada, parece que las figuras son actores que están conteniendo la respiración y que en un instante van a empezar a moverse y a hablar. Y eso que se nota el paso del tiempo en la pintura y no se ve del todo claro, además la perfección al pintar la sala donde se desarrolla parece una prolongación de la sala en la que estamos viéndolo. Como Milán no tenía nada mas, un día fui a ver el Lago Di Como, que esta al norte, es una zona de media montaña, las primeras estribaciones de Los Alpes, que tiene bastantes lagos. Es una zona bonita, lo malo es que esta muy poblada, hay casas, carreteras, coches, lanchas, barcos, avionetas por todos lados. Eso si un bañito en el lago no se resistió.

Otro día fui hasta Bergamo una ciudad medieval en una colina, lo más bonito es una plaza en lo mas alto desde la que hay unas vistas increíbles. A la bajada cuando iba a visitar la ciudad, resulta que había gente por oleadas, apenas se podía andar, quizás porque fuera Domingo y todo el mundo se puso de acuerdo para ir hasta allí. Pero bueno fuera de eso es bastante bonito.

El siguiente destino era Mantua donde hay una palacio Ducal precioso, la idea era dormir allí, pero cuando pregunte los precios y busque lo mas barato posible no conseguí bajar de 35 Euros por lo que eche cuentas y me fue al albergue de Verona para al día siguiente volver y visitar el palacio. El palacio Ducal por fuera es de ladrillo y no parece muy prometedor pero por dentro es una autentica pasada, esta lleno de obras de arte por todos lados y las habitaciones son de por sí preciosas, cada una de su manera, todas tienen los techos distintos, hay una habitación que se llama la del laberinto porque el techo esta dibujado como si fuera uno. Otra es la de Troya con unos frescos espectaculares llenos de héroes griegos por todos lados. También esta aquí la Camera degli Sposi (al principio yo la traduje como cámara de los esposos, pero el parecido con el castellano no significa nada, es una sala de recepciones) pintada por Andrea Mantegna, es muy bonita, lo único que estaba un poco oscura, imagino que para conservarla, en la parte alta estaba pintada una cúpula con angelitos mirando por ella y detrás el cielo azul con nubes, daba la impresión de que era un agujero en el techo de verdad.

Verona, la ciudad de Romeo y Julieta, es una ciudad bonita. Sobre todo por L’Arena, un anfiteatro romano del siglo I a.C. Esta en restauración y se ve muy poco, como casi todo por aquí, pero aun así me ha encantado. Me sigue pareciendo increíble como los romanos podían hacer cosas que duren 2000 años como si nada. Cuando unos días mas tarde estaba con mis amigos vinimos aquí y entramos dentro, esta preparado para representar una opera, lleno de sillas y con un escenario enorme. La parte de arriba, el gallinero, no tiene sillas, únicamente las piedras puestas por los romanos y me encanto meterme por todos lados y verlo por dentro, aunque imagino que sin la parafernalia para las operas será más espectacular. El bacón de Julieta, pues que queréis que os diga, una bacón medio normal en un patio al que acude un gentío impresionante a hacerse la típica foto. Lo que yo no esperaba es ver todas las paredes llenas de papeles con mensajes (imagino que de amor), que la gente a ido colocando, algunos están muy altos.

Venecia, si es posible enamorarse de una ciudad, creo que esta es la mía. La primera impresión ya fue definitiva, salí de la estación y fui hasta el canal grande a unos 20 metros para coger el vaporetto. El canal esta lleno de barcas, barcos, góndolas y vaporettos (son como los autobuses pero por los canales), las casas con ese estilo tan característico, los callejones que no sabes muy bien a donde te llevan. Quizás lo que más me haya gustado es andar por sus calles estrechitas y perderte totalmente hasta que de repente apareces en la plaza de San Marcos, casi sin querer, o en otro lugar conocido. Además puedes andar tranquilo que no te va a atropellar ningún coche, lo único que hay que cuidar es no caer a un canal, o ponerte de perfil para entrar por alguna que otra calle. Aquí me he juntado con mis amigos Tomas y Karen, y lo hemos visto juntos. La plaza de San Marcos es preciosa, sobre todo la catedral que quiere copiar a la de bizancio, con muchas cúpulas y muy decorada, en la fachada tiene varias estatuas, algunas de caballos y también varios frescos pintados. Todo lo que se diga de esta plaza es poco, esta llena de vida por todos lados, lo único asqueroso es la cantidad de palomas que hay por todos lados ya que la gente se divierte dándoles de comer. El puente Rialto (el más famoso que cruza el canal grande) es también muy bonito, de mármol blanco, sobre todo visto desde el canal con un montón de góndolas delante; cuando cruzas por él resulta que esta lleno de tiendas de souvenirs y desanima un poco. Por cierto subir en góndola, aparte de un ridículo espantoso pues todo el mundo te mira desde arriba y una chorrada enorme, es para otros bolsillos mucho más pudientes. Las paredes de mármol blanco y rosa del palacio ducal se veían desde del albergue donde estaba alojado, al otro lado del canal y también la plaza de San Marcos que esta al lado, un par de cenas fueron sendas pizzas con una cerveza sentado al borde del canal.

Florencia, la ciudad del renacimiento. Hay obras de arte por todos lados, lo malo es que para verlas hay que pagar un pastón. Cobran por todo, y si no cobran en una iglesia, lo hacen si quieres subir a la cúpula. El primer día vimos la ciudad desde la Piazza Miguel Ángel, desde donde se puede obervar bastante bien la ciudad entera. La galería degli Uffizi es la colección privada de arte más importante del mundo, algunas de las cosas que hay en ella son: “El nacimiento de venus” de Botticelli, mucho más bonito e impactante de lo que yo recordaba en las fotos que se ven en los libros instituto; a mí me gusto mucho “La Calumnia” de Botticheli, es un cuadro pequeño pero con unos detalles preciosos; alguno de Miguel Ángel, de Rafael, Tizianos, Rubens; un tiptico de Mantegna que a mí me encanto; “El sacrificio de Isaac” de Caravaggio que pone los pelos de punta por su realismo; y seguro que me dejo cosas en el tintero. Otro museo que no te puedes perder es el de l’Accademia donde se encuentra el David de Miguel Ángel, la estatua más famosa del mundo, el lugar escogido para ponerlo es perfecto, un edificio de estilo renacentista que parece diseñado para guardarlo. Es enorme medirá como una persona y media pero sus detalles son perfectos al milímetro, se pueden ver incluso las venas de las manos. En la misma galería hay 5 “esculturas” inacabadas del propio Miguel Ángel, no están acabadas ya que son un encargo y al final no se materializo, para mí han sido un descubrimiento ya que se puede ver perfectamente como trabajaba Miguel Ángel el mármol y como va saliendo la figura de la piedra, el cuidado que deben tener para no dar un golpe que estropee la figura que están sacando de la roca. Hay un montón de iglesias bonitas, la mayoría renacentistas, con líneas muy simples pero elegantes y con todo perfectamente proporcional. La catedral me ha encantado, la portada es de mármoles blancos y verdes con bastantes figuras y al lado hay un campanille (campanario) también muy bonito. Por dentro es renacentista, pero Bruneleschi (el arquitecto) hizo algo grande con la cúpula, además de altísima y bonita tiene unos frescos espectaculares. Desde abajo me costo verlos por lo que decidí subir a la cúpula (6 Euros mediante), primero se ve la cúpula desde debajo de los frescos y se pueden apreciar mucho mejor los detalles que representan, primero el infierno y sus tormentos en la línea mas baja y luego 4 niveles representando el cielo. Después se sube a la parte alta de la cúpula saliendo al exterior, impresiona la vista desde tan alto y se ve la ciudad entera allí abajo, también los campos y montes de alrededor, todo parece pequeño desde aquí arriba, incluso el campanario esta bastante mas abajo. Cuando te has cansado de estar aquí arriba viendo todo a vista de pájaro, bajas y entras otra vez en la cúpula, pero esta vez a la altura de donde esta pintado el fresco y ahora si que se ve bien, para que se puedan ver desde abajo los dibujos, aquí son bastante mas grandes, como tres veces mas. Me ha gustado mucho.

Pisa. Uno de los días que hemos estado en Florencia nos hemos largado a ver Pisa y su torre. Después de dar bastantes vueltas con el coche, conseguimos llegar hasta donde esta il Campo del Miracolo, o sea donde se encuentra la torrecita. El lugar es muy bonito, es una plaza enorme toda rodeada de hierba con un baptistero la catedral y detrás la torre (pendente le dicen aquí). Es muy bonita y no necesita estarse cayendo para venir a verla, pero, ¡qué pasada! parece increíble que no se caiga, además esta inclinada toda ella, desde los cimientos, es como si la hubieran clavado de lado, torcida. Ahora mismo la inclinación es de 4,1 metros y parece corregida, pero llego a los 5 metros. Todo el mundo se hace la misma foto, como si estuvieran sujetando la torre para que no se caiga.

A la vuelta nos pasamos por Lucca, una ciudad amurallada bastante bonita con dos iglesias que merece la pena ver, sobre todo las fachadas, muy bonitas, con columnas todas con diferentes dibujos.

En cuanto al idioma, con el italiano mas o menos te entiendes y si no tiras de ingles, aunque no hace falta.

Besos, abrazos, achuchones y lo que haga falta para tod@s
Ricardo (Vuestro chico trabajador)

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