Hola a tod@s!
Lo hemos conseguido, el RXT ha caído.
El tiempo final, 17h35′29″
Natación: 3800m - 1h05′
Btt: 180km - 10h
Carrera: 42,195km - 6h30
El resumen sería, muy duro, un recorrido muy bonito y un final espectacular rodeado de mis amigos. Además de los incondicionales que acudieron a Lanzarote, Agus, Silvia y la familia Sánchez Arranz (Eva, Alberto, Martín y David), esta vez también han venido Albertiki, Conchi y Reyes.
Llegué a Riba-Roja d’Ebre (Tarragona) el fin de
semana anterior, me llevó Chema y con él recorrí la parte más difícil
de la bicicleta. Su comentario fue rotundo, “niño, esto es muy duro, si
tienes que abandonar lo dejas”. Los del pueblo opinan lo mismo, “todos
pensamos que los del triatlón estáis locos”, también “nosotros
pensábamos que tendríais más bultos (más cachas), pero luego ves a un
esmirriado meterse al agua y acabar”.
A partir del Miércoles la cosa se empezó a animar, pues además de mi
amigo Agus, empezaron a llegar los de la organización y algunos
participantes con los que fuimos tomando contacto. El viernes, ya llegó
el resto del equipo y el tranquilo pueblo empezó a tomar ambiente de
carrera.
Por fin, tras cinco meses de entrenamiento llega el día de la carrera. Hay que levantarse pronto, pues a las 7a.m. empieza la cosa, desayunar un poquito y preparar las últimas cosas. A las 6h15 estamos en el club náutico, aquí es el final de la natación y los boxes de la bici. Ya hay gente con el neopreno puesto, dejamos las cosas y nos vamos 5km más arriba, hasta la presa donde empieza la natación.
Somos unos 20 individuales y 40 que compiten por relevos de dos personas, vamos que saldremos 40 a la vez. La natación es en el río Ebro, lo bueno es que la corriente es a favor, lo malo…, que el río está lleno de algas. Por suerte la organización me pone a un piragüista para mi, si no recorrería el río de lado a lado. La salida está en una boya a unos 20m de la orilla, al entrar al agua, justo detrás de mi un menda se pone muy nervioso al tocar las algas, otro intenta animarle, no se con que resultado. Se da la salida y al poco tiempo ya tengo a mi piragüista, Paúl, conmigo, con un río tan ancho y tan pocos corredores apenas si te chocas al salir, luego cada uno vamos a nuestro ritmo. El agua está fría, se nada muy bien y me voy encontrando cada vez más a gusto, de vez en cuando hay algas, pero se pasan muy bien por encima salvo alguna que se engancha entre los dedos. Hasta que llegamos a los 1500m, hay una barrera de algas inevitable, los piragüistas nos hacen dar un rodeo para pasar por donde hay menos, pero aún así hay que pasarlas por encima, no se puede nadar a crol, hay que ir a braza apartándolas, tras un minuto o dos de lucha con ellas, se sale de la zona y ya nos llevan por el canal de la corriente del río, donde hay muchas menos. Casi en la llegada mi piragüista se queda atrás pues alguien tenía un problemilla, como no sé si ir por la izquierda o la derecha, tiro por en medio, donde están todas las algas, desde fuera mis amigos me dicen que vaya a la derecha, pero no consigo entenderlos, salgo por la izquierda y enseguida aparece Paul que me lleva hasta la llegada, le doy las gracias y a pensar en la bici. He tardado 1h5′, gracias a la corriente he debido ganar entre 5 y 10 minutos. Tienes que salir despacio del agua, pues pasas de estar una hora horizontal a posición vertical y te mareas un poco, me agarra Agus por el brazo y a la bici. Crema solar, casco, gafas…, comentar un poco la jugada de la natación y a pedalear.
La primera parte de la bici es por asfalto, una subida constante que se hace muy bien. En el primer avituallamiento me encuentro muy bien, poco a poco voy cogiendo ese ritmillo que me caracteriza, tratando de mantener una frecuencia de pedaleo constante y sin forzar. El segundo tramo es el más difícil subidas y bajadas fuertes con algunas curvas muy cerradas. No puedo bajar deprisa, voy clavando los frenos. Cuando ya he pasado lo más difícil, me desconcentro y ¡zas!, al suelo, unos pequeños raspones en el brazo y en el hombro, me enfado conmigo mismo, se que no debo relajarme. Lo peor es que he caído sobre el lado de los cambios y se me dessincronizan, a partir de aquí no funcionarán bien el piñón grande no entra a veces y otras se cambia de piñón por su cuenta, a partir de aquí ya no soy capaz de coger mi ritmillo. El recorrido es muy bonito, se observan varios ambientes con muchos árboles frutales y olivos. Voy comiendo y bebiendo en los siguientes avituallamientos, donde mis amigos me van animando y los niños David y Martín me dan besitos “para darme fuerza”. Hacia el km 80, en el pueblo de Corbera d’Ebre hay un giro de 180 grados que no veo y me paso, voy un poco mosca, sin ver señales y al llegar a una rotonda aparece detrás de mi otro corredor, “has visto alguna marca?”, “no, mierda”, damos una vuelta pequeña hasta reencontrar el camino que nos lleva hasta el km 90, allí están los que han ido marcando el circuito y a los que he estado dando la brasa estos días, que me saludan y animan. Hay que dar la vuelta y volver por donde hemos venido todo el camino hasta Riba-Roja d’Ebre, cada vez voy más a disgusto, no sé si es lo de los cambios o que quizás me he pasado, o que me faltaba algún día más largo de bici, el caso es que hice la primera mitad en 4h30 y la segunda en 5h30. Los últimos tramos se me hacen muy duros, me duelen las muñecas de estar tanto tiempo cargando sobre ellas y de vez en cuando me dan tirones en los muslos, tengo que parar unos segundos a estirar. Estoy machacado, pero en los avituallamientos me río con mis amigos y nos gastamos bromas. La última parte es de bajada y trato de relajar lo más posible, pero aún así hay que estar dando pedales casi todo el rato. Estoy deseando acabar la bici, ha sido bastante más duro de lo que pensaba. Acabo en 10h, llevamos 1h5′ de carrera y ya solo nos queda una marathon, son las 18h y aunque hace calor sopla una brisa que ayuda bastante. Me he cambiado tranquilamente de zapatillas e incluso he ido al baño a lavarme un poco pues tengo pegado la tierra de los caminos.
El circuito de la marathon va por el otro lado del Ebro, con algunos parajes muy bonitos, un mirador desde el que se ven las islas del Ebro y la reserva natural de Sebes, hay un avituallamiento de la organización en el km 5 y el de cada corredor en el 13, desde este último se vuelve al primer avituallamiento que ya es el 21, donde te dan una cinta para colgarla en el cuello, vuelves otra vez al avituallamiento personal que es el 29 y regresas ya hasta el pueblo para acabar. Tengo las piernas muy cargadas y muy claro que no voy a correr mucho, voy pensando en andar y correr lo poco que pueda. El primer tramo de 13km lo hago con Eva, ella va en bicicleta, aunque creo que no la hubiera necesitado. La verdad es que nos lo pasamos muy bien, vamos todo el camino riéndonos, sobre todo porque después de tantas horas de bicicleta me cuesta llevar los brazos rectos y se me doblan solos hacia afuera, tengo que pensarlo para ponerlos en su sitio. Creo que no he corrido ni 5km, pero voy andando deprisa, a veces se me cargan los muslos y tengo que correr para soltarlos un poco. La siguiente vuelta la hace Alberto conmigo, no hemos parado de hablar. Seguimos caminando pero deprisa. Nos vamos cruzando con corredores como Hugo, un italiano con el que hemos convivido estos días, con el que nos saludamos efusivamente, también con Matías y otros compañeros de fatigas, a los que van hacia la meta pues les damos la enhorabuena, a los demás pues ánimos que siempre vienen bien. Un poco antes de llegar al km 29 se nos hace de noche, me agarro a Alberto y vamos hasta el coche. El último tramo me acompaña Alberto de nuevo y Albertiki, tenemos un farol, cuando el camino es bueno vamos a oscuras, solo lo encendemos si viene algún corredor para que no se asuste, a mi me da igual yo voy agarrado a ellos y ya está, nos vamos riendo bastante. Estamos ya en la zona sin retorno, es decir que no volveremos por aquí ya vamos hacía la meta, lentos pero sin parar. Prefiero no parar pues luego cuesta mucho empezar a moverse. Pero por fin, llegamos al pueblo, ya están todos esperándome y se sacan fuerzas para entrar corriendo, hago la parte final agarrado a Martín y David, lo cual me hace muchísima ilusión, estoy emocionado, pero no tengo fuerzas ni para llorar, me abrazo con todos, sin ellos no hubiera sido posible esto. 17h35′29″
La organización me da una copa por ser el primer discapacitado que acaba esta carrera, aquí ya no soy capaz de contener las lágrimas, ha sido muy bonito.
yo también fuí de los que lloré al verte entrar en meta.............acojonante !!!!
ResponderEliminarun abrazo
09-03-2006 18:07:03