4 de septiembre de 2005

De camino a Cachemira (When moving through Kashmir)

Hola a tod@s!

Ahora mismo estoy en Kashmir, mañana salgo hacia Ladakh en autobús, serán unos 600km, se tardan dos días, haciendo noche a mitad de camino.

En resumen podríamos decir que he pasado de pensar que 90 días iban a ser insoportables, a empezar a pensar que quizás se queden cortos.

Los primeros dos días en Delhi fueron un choque bastante fuerte. La llegada ya fue rara, había quedado con dos chicas catalanas, nos debíamos encontrar en Londres, pero ni allí ni posteriormente en el avión estaban, incluso una azafata busco en la lista de pasajeros y allí no estaban, no se que pudo pasar. Como llegaba a las 12 de la noche, decidí ir al barrio tibetano que es mas tranquilo, el taxi me dejo en la entrada y tuve que tomar un bicirickshaw para buscar un hotel. Ya en el aeropuerto puede ver a mucha gente durmiendo en la calle, parece que duermen donde les entra sueño, sin preocuparse de nada mas, suelen llevar sus posesiones encima, que la mayoría de las veces son un cacho de trapo para tirar en el suelo. Las orillas de la carretera y prácticamente cualquier lugar esta lleno de gente durmiendo, los dueños de los bicirickshaws duermen encima de ellos, no se si para que no se los quiten o por si viene un cliente. Los bicirickshaws son una bici con un carrito detrás en el que entran dos personas a gusto, aunque he llegado a ver 6 personas en alguno de ellos. Mi idea antes de venir aquí, era no coger este tipo de transportes, pensaba que no me parecía bien que una persona estuviera pedaleando para llevarme a mi. Aquí he cambiado de idea, lo mas probable es que de mi saquen mas dinero que de cualquier otro trabajo, además conmigo solo llevan a una persona, a veces llevan un fardo enorme con dos personas encima. Además si hay una subida y el hombre se baja para empujar la bici yo me bajo y le ayudo a subir la cuesta.

El trafico es una locura continua, se mezclan bicirickshaws, autorickshaws (son motos), coches, autobuses, camiones, peatones, vacas, carros tirados por vacas. Y todos haciendo sonar el claxon, con tanto pitido no hay quien se entere de lo que quieren decir. La gente vive de cualquier cosa, unos venden trocitos de coco cortado, otros llaveros, otros transportan cosas… Lo peor es la pobreza y miseria, que esta por todas partes. Se me cae el alma a los pies cuando veo barriadas enteras de chavolas o cuando se me acerca un niño, una mujer, un tullido a pedirme dinero. No quiero dar dinero, creo que no sirve para mucho, pero es muy duro.

Esto se lleve un poco gracias a que son gente encantadora y humilde, me tratan fenomenal, mucha gente me da la mano y me pregunta de donde soy, me desea feliz estancia y poco mas. Las mujeres son muy guapas, y llevan esos vestidos tan llamativos que todos hemos visto y que son mas bonitos en la realidad, van llenas de anillos, pulseras… En Delhi, aparte del caos reinante, hay un par de cosas que se pueden ver, el Fuerte Rojo y la mezquita del viernes. Esta ultima no la vi pues estaban orando y decidí dejarlo para la vuelta. El fuerte rojo esta construido de arenisca rojiza y es bastante bonito, es un remanso de paz dentro de la locura, dentro hay bastante jardines en los cuales te puedes relajar y olvidarte del sonido de los coches. Dentro hay varios edificios muy bonitos, pabellones y una mezquita.

En la zona donde me aloje, el barrio tibetano, se puede pasear con mucha tranquilidad, son callejuelas muy estrechitas por donde apenas si caben las bicis. Hay un par de templos budistas, en uno de ellos un monje esta todo el tiempo leyendo y a la vez tocando un tambor, en el otro el monje esta tocando una campana. Me explica un chaval encantador como proceder en los templos budistas, hay que bordearlos en sentido de las agujas del reloj haciendo girar los molinillos de oración. Lo ideal es hacerlo tres veces.

El primer destino, y donde he empezado a respirar un poco, ha sido Amritsar, lugar donde se encuentra el Templo de Oro, lugar sagrado para los Sijs. El bus sale por la noche, a las 21h, en medio de la calle han instalado un templo hindú, lleno de flores y la gente se acerca a inclinarse. Pensaba que se viajaría mejor por la noche, quizás si, pero el conductor usa el pito igual que si fuera de día, te duermes con el sonido del claxon sonando en tu cabeza.

La ciudad de Amritsar no es tan caótica como Delhi, o quizás es que me voy acostumbrando. Esta llena de peregrinos que vienen a ver el Templo de Oro, esta preparado para que los peregrinos puedan dormir, comer…, en el, a los turistas nos tienen un sitio aparte, todo es gratis, solo se te pide una pequeña donación. La parte exterior del templo es de color blanco, con muchas partes de mármol, para entrar hay que lavarse las manos y los pies (en todos los templos en India hay que entrar descalzo) y cubrirse la cabeza con un pañuelo. Es un cuadrado enorme, cada lado medirá unos cien metros, en medio hay un estanque, donde la gente se baña para purificarse. Dentro del estanque una pasarela, llamada de los gurús, lleva hasta el templo de Oro propiamente dicho, es todo de cobre resplandeciente y es realmente muy bonito, dentro hay unas lámparas y unos tapices preciosos. Mucha gente viene a este lugar, los Sijs son mas de 100 millones de practicantes. Los Sijs son altivos y orgullosos, muy fuertes, se les distingue porque llevan un turbante especial, además no se pueden cortar el pelo nunca (ni el de la cabeza ni el de la barba). Son serios, pero a la vez amables me tratan muy bien y me enseñan que es lo que hay que hacer en cada momento, en las ceremonias incluso me indican cual es el mejor sitio para verlas y se apartan para dejarme los mejores sitios. El templo de Oro contiene el libro sagrado, escrito por uno de sus gurús. Le están cantando todo el tiempo y la abanican como si de un ser vivo se tratara. La música se puede oír en todo el recinto y es relajante. Cuando hago una foto, la gente se acerca por detrás para verla y si se la enseñas, están encantados contigo. Al salir de los templos te dan una especie de masa dulce, en algunos esta mejor que en otros.

La comida en el templo de Oro es comunitaria, abren a las 9 de la mañana y no dejan de dar comida hasta las 21h. Es muy simple en la entrada te dan una bandeja / plato una cuchara y un bol. Entras y te sientas en el suelo, te vas sentando en fila según llegas. Pasan repartiendo la comida, que es Dal (lentejas), las hay de varios tipos. Otros reparten, con un cubo el agua y otros con una cesta el chapati (pan), este ultimo hay que pedirlo con las dos manos juntas y abiertas hacia arriba. Puedes repetir cuantas veces quieras. A la salida dejas las cosas para que se laven y se vuelvan a reutilizar. Diariamente pasan por aquí 30000 personas. Todas las labores se hacen comunitariamente, la gente se ofrece voluntaria para lavar, cocinar, repartir, limpiar… Yo he participado en la limpieza de la parte exterior del estanque, seriamos unas 200 personas transportando cubos de agua que otros se encargaban de tirar al suelo, mientras por detrás venían otros limpiando, una pasada de trabajo en equipo. Mucha gente me pide que me haga fotos con ellos, debo ser un bicho raro por aquí, pues a otros turistas yo no he visto que les pase.

Lo mas bonito ha sido por la noche, hay una ceremonia en la cual llevan el libro a dormir. Lo tratan con mucho mimo, lo envuelven con varias capas de sedas, no dejan de abanicarlo, ni de cantar. Cuando ya esta preparado, lo suben a un baldaquín de oro que es transportado por la pasarela de los gurús hasta su lugar de descanso en un edificio de la parte norte. El baldaquín es llevado por los peregrinos, hay tantos que se lo van pasando de unos a otros sin posibilidad de andar. Acabada la ceremonia, son las 23h, el lugar queda en bastante silencio, muchos son los que duermen en el mármol, es un lugar fresco y se esta bien.

En la ciudad hay un par de templos hinduistas. Uno es una replica del templo de Oro y en el se adoran a un montón de dioses aquí la ceremonia es distinta, los sacerdotes presentan unos candelabros a los dioses y luego la gente coge el humo del candelabro y se atusa el pelo con el. Los dioses son difíciles de ver pues tienen muchísimos adornos y flores. En los templos hindúes hay una campana en todas las puertas o arcos y hay que hacerla sonar. Es muy curioso ver a la gente comportarse en estos lugares, veneran mucho a sus dioses. Siempre hay gente que te explica que hay que hacer y porque se hace, que te dice donde colocarte para verlo bien… El otro templo es como un parque de atracciones, hay muchísimas figuras de dioses con colores muy vivos y para ver todo el templo hay que pasar arrastrándote por un pasillo y andar por un riachuelillo, a este templo vienen las mujeres que quieren quedarse embarazadas.

Tras un par de días paseando por aquí, me dirijo a Kashmir, por fin. Hace muchísimo tiempo que quería visitar este lugar, desde que escuche la canción de Led Zeppelín

Oh let the sun beat down upon my face, stars to fill my dream
I am a traveler of both time and space, to be where I have been
To sit with elders of the gentle race, this world has seldom seen
They talk of days for which they sit and wait and all will be revealed

(Oh, deja que el sol caiga sobre mi cara, que las estrellas llenen mis sueños
Soy un viajero en el tiempo y en el espacio, que quiere llegar a donde ya ha estado
Sentarme con los mas ancianos de la mas amable raza, que este mundo nunca vio
Ellos hablan de días para los cuales se sientan y esperan y todo será revelado)

El camino hasta aquí ha sido duro, primero 6h en un bus local, de esos que se pueden ver en España en los desguaces) con la mochila al lado porque no hay sitio para dejarla. Total para hacer unos 200km, sorteando baches, coches, bicis, vacas… Lo que mas me ha chocado es que me ha parecido ver muchísima tierra que se podría cultivar, o hacer algo con ella, sin embargo hay esta dejada y las carreteras rodeadas de chavolas. Hay mucha mierda en las cunetas, todo se tira al suelo. Al llegar a Jammu, en vez de un autobús, una furgoneta pequeña en la que nos apilamos 9 personas. Otras 7h, para hacer pocos mas kilómetros y adelantar a 1000 camiones (sin exagerar nada), es como un parque de atracciones por las montañas, adelantando en sitios imposibles y con coches o camiones viniendo de frente. La verdad es que todos hacen lo mismo. Nada mas salir hemos subido un puerto y luego ha sido todo el tiempo subir y bajar, a los lados de la carretera, en los quitamiedos, hay monos sentados.

Ya en Kashmir, Srinagar, me alojo en el lago Dhal, en un house-boat, es decir en una casa flotante. Las construyeron los ingleses porque el gobierno indio prohibió construir casas en tierra. Estoy alojado en una de súper lujo, que parece una mansión inglesa, al exorbitante precio de 400 rupias diarias, con desayuno y cena, unos 8 Euros. Dentro del lago están los jardines flotantes, es decir que dentro del agua crece una abundante vegetación, llegan hasta casi la superficie. Hay muchos canales llenos de nenúfares y de plantas que se van abriendo según se avanza en las shikaras (barcas que se usan como si fueran taxis). Hay jardines llenos de flores de Loto preciosas, aun no hay muchas abiertas, falta un mes. Pero algunas ya tienen color rosado y todo, huelen muy, muy bien. En otros huertos se pueden ver tomates saliendo del agua. Aquí los granjeros se mueven en barcas pequeñas, recogen las plantas, el cieno para utilizarlo como abono… Dentro del lago hay una ciudad, con tiendas, cabinas de teléfono…, y montones de shikaras que se dedican a vender todo tipo de artículos, desde los de primera necesidad, hasta flores o objetos para turistas. La gente es si cabe mas encantadora, me he hecho un par de amigos que me han enseñado la ciudad. Una mezquita construida por los mongoles, muy diferentes a las que ya conocía, pues el patio esta en medio y el lugar para la oración rodea a este, además en el patio hay plantas, flores, árboles, cosa rara en una mezquita. Lo malo, es que esto parece un cuartel militar, la ciudad esta llena de puestos de control, bunkers, barricadas, alambradas de espinos, es por la cercanía de la frontera con Pakistán y porque hasta hace poco ha sido una zona en disputa entre ambos países. Por suerte la buena voluntad y unos partidos de críquet, parecen haber mejorado las relaciones. Sigue haciendo calor, pero por las noches refresca y se esta muy bien. En una de las montañas aledañas hay un templo, el de Shankracharya, dedicado a Shiva (la cobra), es todo de piedra y hay que subir un buen puñado de escalones de piedra para llegar hasta el, el interior es muy pequeñito y la figura de la cobra apenas se intuye con tanto adorno, campanas y flores. Las vistas desde el templo son soberbias pues se puede contemplar todo el lago Dhal, los houses-boats y las montañas de alrededor. También se ven desde aquí un montón de águilas volando en círculos.

La comida, de momento, muy bien es picante, pero no tanto como yo pensaba, esta buena. El agua, si pone agua potable, se puede beber sin problemas. Lo bueno de comer la comida local, es que el picante mata muchos bichos que podrían causar problemas de estomago. En todas las calles hay gente que ofrece cosas rarísimas, ya he probado algunas, otras, de momento no me atrevo. Por cierto, me voy a comer que ya tengo hambre.

Salud y rock and roll.
Ricardito

1 comentario:

  1. Me quedo sin palabras, la verdad, lo primero que se me cruso por la cabeza al escuchar esa cancion fue irme hasta alla.. que suerte que hallas podido ir.. es realmente impresionante.. bueno, sigo camino aver si yo puedo llegar hasta alla algun dia jeje.. suerte..

    Adios

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