22 de octubre de 2006

Gracias!… por acompañarme en nuestro viaje a Centroamérica (y VI)


Creo que este va a ser un mensaje un poco largo. Si tienes algo de paciencia y lo lees hay una sorpresita, es sobre algo que ví y que me ha impactado mucho…. je, je, je

Bueno, pues, vamos pa’lla!!! La verdad es que ya tenía ganas de ponerme de nuevo en marcha tras mi experiencia como profesor. Con la alegría de haber dejado allí unos buenos amigos a los que me gustará volver a ver, me dirijo hacia la isla de Roatan. Está en el mar caribe y todo el mundo me ha dicho que es muy bonita. Como el viaje es largo llego por la tarde a La Ceiba, la población costera desde la que se toman los ferris a la isla. Es una población garifona. Los garifona son personas negras que fueron expulsadas de Jamaica y Haití (creo) y que se refugiaron en poblaciones de Centroamérica cercanas al mar. Hablan generalmente ingles y además su lengua, el garifona, y están en Honduras, Guatemala y Belize, que yo sepa. Había leído que son gentes muy alegres y simpáticas. Pues mi primera impresión no es así, en La Ceiba hay muchas personas de color, pero me pareció una ciudad inhóspita, a partir de las 18h que se hace de noche, no hay nadie por la calle y los pocos que te encuentras te dicen que tengas cuidado que lo mejor que puedes hacer es irte al hotel. Un poco más y no consigo ni cenar. Por el día, no es que sea muy alegre, pero si parece un lugar seguro. El ferry a la isla tarda 1h30 y nada más llegar tienes la impresión de estar en otro país. Todo está escrito en inglés, es la lengua oficial en esta isla, un taxi me lleva junto con otros turistas a la zona de West End (el límite oeste) que es donde se concentran los lugares para los turistas. Hay bastantes alojamientos y restaurantes, también algunas tiendas de souvenir y muchos centros de buceo.

Ahora mismo se nota que es temporada baja, hay pocos turistas me dicen. A mi me parece que está bien. Las calles son de arena y pasan algunos coches y motos por ellas, el mar está a apenas 5m de las casas. Un mar azul, y limpio que cambia de color si hay algas o coral en el fondo. Busco un lugar para bucear, que es a lo que he venido aquí principalmente. Haré dos inmersiones muy chulas, por la barrera de coral. Me resulta muy parecido a las que hice en Cuba. Más que peces grandes o raros hemos visto formaciones de coral muy bonitas. La vida aquí es muy relajada, se vive a otro nivel, sin prisas ni agobios, se nota enseguida si un turista lleva aquí varios días o acaba de llegar por las prisas que lleva. Como salvo pasear y bucear, poco más hay que hacer por aquí decido irme un poco antes de lo previsto.

Ya he acabado mi recorrido por Honduras. Me dirijo hacia Guatemala, concretamente a Antigua. En uno de esos trayectos larguísimos en bus, un hombre se sienta a mi lado. Salvo un saludo, no hablamos nada más. Por estas zonas cuando un autobús para en algún lugar, a veces deshabitado, suben algunas personas vendiendo cosas, agua, frutas, comida…. Yo he pedido un trozo de chicharrón (corteza de cerdo). Cuándo acabo de comer el hombre que está a mi lado y que también ha comido me comenta, “tu no eres estadounidense, verdad?”, me dice que los estadounidenses no suelen comer chicharrón, que no les gusta. Nos ponemos a hablar y resulta ser un hombre muy instruido, incluso muy buen lector, es raro esto por aquí. He pasado un buen rato hablando con él de todo un poco, de literatura, filosofía de la vida, religión, política, … Me ha acompañado hasta donde tengo que tomar mi autobús para Antigua.

Antigua es una ciudad colonial preciosa. Probablemente la más bonita de Guatemala. Sus casas, la mayoría de un piso, están pintadas de colores cálidos. Desde muchos puntos de la ciudad se pueden ver los volcanes que la rodean, el más bonito es el Agua, que está al sur y que se eleva por encima de las nubes. Por la tarde es difícil verlo porque suele estar cubierto pero por la mañana si se puede observar. Se pasea muy a gusto por sus calles. Hay muchas tiendas y lugares para turistas por el centro, también un gran mercado de artesanías. La parte interesante de la ciudad se visita muy rápido, hay varias iglesias coloniales, la de la Merced es la que más me ha gustado, sus muros son enormes y sus pilares también parecen piernas de gigante, casi parecen desproporcionadas, pero sin embargo el conjunto es muy armónico. Lo que menos me gusta de las iglesias es que muchas de ellas tienen un aparcamiento delante de la puerta, da la impresión de que van a meter los coches dentro de la iglesia y todo. La plaza central es muy amplia y llena de arcos y soportales, se parece mucho a las plazas centrales mexicanas.

El viaje por el altiplano a Quetzaltenango es un poco largo, se paran muchas veces porque están arreglando las carreteras. Los buses van siempre llenos, entramos seis personas por fila en dos asientos. Muchas veces además el pasillo va lleno de gente de pie. Por increíble que parezca, el cobrador consigue pasar y recorrer el vehículo cobrando a todo el mundo. Xela, así se conoce a Quetzaltenango, está en fiestas, la plaza está llena de puestos de comidas y bebidas, con música (regetón) a todo trapo. Mucha gente va vestida con ropa tradicional, sobre todo las mujeres. Mientras que la mayoría de las ciudades de Guatemala son más bien feas, de color gris, sus gentes suelen vestir de manera colorida. He venido aquí porque quiero subir al volcán Jatumulco, que es el más alto de Centroamérica, pero sólo salen viajes los sábados, así que no lo haré. Alquilo una bici para ir a las fuentes Georginas, están a treinta kilómetros. La ida la hago muy bien, aunque empiezo a darme cuenta del problema que voy a tener a la vuelta. La bici no está pensada para subir muchas cuestas, sólo tiene dos platos, la ida la hago bien porque estoy fuerte y puedo mover el desarrollo sin problemas.

Las fuentes son unas aguas termales que nacen de una roca, hay tres piscinitas que se forman según va pasando el agua de una a otra, de manera que la última es la menos caliente. Todo alrededor es una copiosa vegetación tropical. Justo cuando llego allí empieza a llover, ha sido una gozada estar dentro del agua caliente mientras llueve copiosamente. Además hay bastante niebla, lo que le da un aire más chulo. O yo ya no soy el que era, o el agua no está demasiado caliente porque no he tenido muchos problemas en llegar a la parte de la roca por la que nace el agua. De repente me doy cuenta de que esto relajadísimo, creo que nunca me había sentido así, los brazos y las piernas solo se mueven si mando una orden directa y además siento que pesan muchísimo cuando los quiero levantar. Me digo a mi mismo que tengo que salir porque e de volver en bicicleta, pero se está tan bien que no me apetece salir. No se si me ha gustado más el baño o el churrasco que me he comido en el restaurante que hay junto a la piscina, no se, no se. La primera parte es todo de bajada, voy muy despacio porque la niebla es densa y no se ve nada.

Luego atravieso un pueblo lleno de gente, sobre todo mujeres, vestidas al modo tradicional, con grandes fardos sobre la cabeza. Como era de esperar la vuelta se me hace muy dura, las piernas se me han quedado demasiado relajadas y me cuesta mover los desarrollos en las subidas fuertes. Poco a poco voy cogiendo “aquel ritmillo” que me permite subir con más pena que gloria.

Que bonito es el lago Atitlan!!!! Cuándo llegas a Panajachel piensas, ¿que hago yo aquí?, una calle llena de comercios para turistas y poco más. Hasta que te acercas a ver el lago, entonces si que vale la pena. El lago es muy grande y al otro lado se alzan los volcanes de San Pedro y de Tolimán, también está el volcán Atitlan, pero no se ve desde aquí. El resto del horizonte son montañas más lejanas que circundan el lago. Por la mañana es aún más bonito, cuando la luz del sol da sobre la cima de los volcanes. La manera más fácil de recorrer los pueblos del lago es apuntándose a un tour, que además sale bastante barato. La lancha te lleva a tres pueblos y lo hace a una velocidad muy lenta, lo cual te permite disfrutar del paisaje. Coincido con tres catalanes con los que pasaré estos días y alguno más, son José Luís, Montse y Ester. El pueblo más bonito es el que está justo debajo del volcán San Pedro, al que quiero subir al día siguiente. Sus calles se elevan desde el lago por las faldas del volcán. Hay mucho movimiento ya que al mercado acuden gentes de pueblos cercanos.

Hemos estado más hablando que visitando, pero aún así ha estado bien y hemos echo algunas fotos. En Santiago de Atitlan, el segundo pueblo que visitamos, hay una especie de santo pagano llamado Maximón. Los niños se acercan a las barcas ofreciendo llevarnos al lugar en el que se encuentra. En teoría todos los años cambia de casa, creo que suele haber una orquesta tocando música casi constantemente. Le suelen llevar ofrendas en forma de puros y botellas de licor que dicen que el bebe y fuma!!! A mi me parece que es bastante real, pero quizás no sea más que un invento para sacarnos dinero a los turistas y el verdadero Maximón, esté guardado en otra casa.

La subida al volcán San Pedro son 1500m de desnivel desde el lago. Se puede subir en vehículo hasta la entrada del parque que está a media hora de camino. Una vez allí hay que pagar la entrada y te asignan un guía que te llevará hasta la cima. He madrugado para tomar la primera barca pública que llega hasta el pueblo de San Pedro la Laguna, subo andando, sólo me detengo para tomar un zumo y comprar unos plátanos, no he desayunado nada. Me asignan a Juan como guía y nos ponemos en marcha. Seremos los únicos que subiremos hoy, no hay nadie más. El camino es muy, muy fácil está muy pisado porque la gente va a cuidar sus campos de maíz o al bosque que hay más arriba a por leña. Además en los lugares más empinados han construido gradas con palos lo que facilita la subida. Juan es muy hablador, vamos charlando todo el camino, me pregunta si vamos bien y le digo que si. No me encuentro del todo bien porque llevo mucho tiempo sin hacer ejercicio pero aún así, en menos de tres horas estamos arriba. Salvo un mirador que hay al principio y desde el cual se ve el pueblo, el resto del camino es por entre una frondosa vegetación. No hay manera de saber cuanto queda para llegar hasta el momento en que sales a una zona de rocas que es la cima. Las vistas son fabulosas. El lago se encuentra a nuestros pies, frente a nosotros Panajachel y el pueblo de Sololá, a nuestra derecha los volcanes de Tolimán y de Atitlan, muy cercanos. También se observan los pueblos que están junto al lago. Detrás de nosotros no podemos ver nada porque todo está cubierto de vegetación y los árboles nos impiden tener una visión circular. El día es espléndido, sólo se ven algunas nubes a lo lejos. En el mirador que hay en la bajada nos encontramos con dos policías turísticos, vigilan la zona para que no haya atracos. Cuando Juan les dice lo que hemos tardado, dice que los españoles somos muy fuertes que se nos dan bien los deportes. En el pueblo, ya abajo, me he regalado con un plato de pescado fresco buenísimo, había comido apenas tres plátanos en toda la mañana, pa’vernos matao!

Ceno con los catalanes y Ester me cuenta que quiere visitar el río Dulce, pero que en las agencias le hacen unos viajes raros. A mi me parece que la hacen hacer cosas raras, le digo que yo voy a ir hacia allí que si quiere se venga conmigo. Su problema es que tiene que estar en una semana en Cancún, para volar a casa, le digo que llega sin problemas y que además puede visitar algún sitio de Belize. He debido ser convincente porque me dice que se viene. Vamos pa’lla!

Los viernes se celebra el mercado en Sololá. Vamos los cuatro a verlo. Me ha encantado, ha sido un baño de multitud. Es una gozada pasearse sin rumbo por los puestos, situados en la calle, y hartarte de hacer fotos. Como siempre me encantan los puestos de frutas y verduras que tienen muchísimo colorido.

Además tanto mujeres como hombres suelen ir vestidos a la manera tradicional, con vivos colores. Un hombre está cosiendo con dos agujas, se ha dado cuenta que le quiero hacer una foto y esconde la labor. Me dice que si le doy dinero que si puedo, le digo que no que entonces no quiero yo. Hemos charlado un rato, también con una mujer que se ha acercado a venderme un delantal, creo que he pagado más del precio normal, pero me ha caído muy bien la mujer.

Ester y yo nos dirigimos a Chichicastenango. Este lugar es curioso porque se siguen realizando muchos ritos mayas por parte de sus chamanes. Voy con la idea de que probablemente muchos de los ritos se celebren para que los vean los turistas, pero aún así me interesa verlos. Mi primera sorpresa es cuando pasamos por delante de la iglesia buscando un hotel. El suelo de la entrada es de color negro y hay líneas blancas por las escaleras, es por el hollín y por las velas que ponen en la puerta.

Hay incluso una hoguera en la parte de abajo de la escalera y un hombre haciendo un ritual con un bote lleno de incienso del que sale un humo gris. Cuando volvemos, el hombre anterior ya no está, ahora hay otro, en el escalón que hay delante de la puerta hay varias velas encendidas y algo que parecen ser restos de flores esparcidos por el suelo. Por dentro la iglesia es distinta a como nosotros las conocemos. No hay bancos, salvo en la parte de delante, junto al altar. Por toda la nave hay velas encendidas en el suelo. Siempre que pasamos por aquí entramos a ver la iglesia, suele haber algún chaman haciendo algún rito. Suelen tener una lata con incienso y una cuerda que agitan constantemente, tanto dentro como fuera de la iglesia, a la vez están como recitando algo entre dientes. Uno de los chamanes, incluso, se quitó la camisa y estuvo un rato tocándose la espalda con una ramita. Estas ceremonias tienen lugar incluso de noche, a veces hay alguien acompañando al chaman otras está este sólo. Paseando hemos ido al cementerio, que es curioso porque es muy colorido, en él otro chamán está haciendo ritos en un lugar también negro por el hollín. Otro lugar donde suelen hacer ceremonias es el Pascual Abaj, un montículo que hay a las afueras de la ciudad. Como vemos humo, subimos hasta allí. Se tarda poco, apenas veinte minutos, el camino va por campos de maíz y luego entre pinos. A mi este me ha parecido el más auténtico. En un claro entre los pinos que hay en la cima se encuentra un altarcillo, frente a el hay dos personas, un chaman y un chaval joven. Sobre el altar hay varias velas encendidas el chaman tiene el bote con el incienso, que va lanzando al aire por todos lados.

Alrededor de este altar hay otros más pequeñitos en los que hay prendida una pequeña vela. Todo es de color negro por la cantidad de ceremonias que se realizan desde hace muchísimos años. También hay varios perros por allí que se alimentan de las ofrendas que van dejando. Tras una media hora, la ceremonia acaba y nos podemos acercar a observar el altar, en él hay una piedra que debe ser algo especial y varias cruces. Me resulta curiosísimo.

Llevo un par de días con unas agujetas terribles después de subir al volcán. Yo creo que no me habían dolido así ni después de correr una maratón. Ester se descojona cuando le digo “ay!!!, mis patitinas!!!”, como dicen mis hermanas.

Los transportes por el altiplano duran más de lo que yo pensaba. Pasamos casi un día entero en varios autobuses y furgonetas para llegar a Cobán. Hemos venido aquí para ir a Semuc Champey, un paraje precioso con piscinas naturales. Como yo pensaba que sólo había pozas para bañarse en el río, me voy con las chanclas (de esas que solo van sujetas con dos dedos). Resulta que han echo un camino que sube hasta un mirador desde el que se observa todo desde arriba. Empezamos a subir, pone en un cartel que el camino es difícil. Hay mucho barro, me cuesta subir porque el pie va resbalando por las chanclas hacia abajo por culpa del barro. Yo me lo voy pasando bien, pero Ester va un poco agobiada porque voy con las chanclas, casi no se lo puede creer. Tampoco es para tanto!!. Arriba, efectivamente las vistas son muy chulas. Todo es un paisaje exuberante, una vegetación tropical. El rió viene desde nuestra izquierda y justo debajo de nosotros hay unas pozas de color azul. Ya abajo vemos lo que sucede en realidad… Semuc Champey significa en lengua maya el lugar donde el río se esconde en la piedra. Justo antes de las pozas el río, muy caudaloso se introduce por un agujero en la roca y aparece 300m más abajo. Las pozas naturales que están entre ambos puntos las formas las fuentes que bajan desde las montañas a ambos lados. Por eso el agua es tan cristalina. Hay como pequeñas cascaditas, me recuerda a las Gradas de Soaso (en Ordesa, Pirineos). Nos bañamos un rato allí, el agua no está nada fría, se está muy bien.

Río Dulce es una población desde la que se puede tomar una lancha para llegar a Livingston. Esta es una pequeña población, garifona también, situada junto al Caribe y a la que sólo se puede acceder por vía fluvial o marítima. La bajada por el río, es muy chula ya que se atraviesan algunos parajes preciosos. Hemos entrado por un pequeño canal, para dejar a unos pasajeros y podemos ver flores de loto además de vacas pastando junto a las orillas. En la parte final el río forma un cañón con altas paredes a ambos lados, llenas de vegetación. Livingston es un poblado muy alegre, las casas son de madera y pintadas de colores alegres, el reagge parece sonar por todos lados. Las gentes se mueven con mucha tranquilidad, la prisa no parece haber llegado hasta aquí. Con un corto paseo es suficiente para verlo todo, si andas mucho te sales del pueblo. Para cenar hemos pedido un pescado y un plato típico llamado “Tapado”. Es una sopa de pescado y marisco, también tiene leche de coco, plátano y otras verduras y está deliciosa. Esta es una de las fronteras para pasar por mar a Belize.

Apenas si se nada de Belize antes de llegar. Que la mayoría de su población es Garifona, que hablan inglés y poco más. Nada más llegar, ya me gusta este país. Sus gentes parecen alegres y hacen de la tranquilidad una manera de vivir. Según se dice el deporte nacional es tumbarse en una hamaca. Después de estar en Guatemala donde los autobuses van repletos, es chocante subir a un autobús en Belize y viajar apenas cinco personas en él. Al igual que en los demás países centroamericanos van parando en cualquier lugar en el que alguien quiere bajar o subir al bus, pero lo hacen de otra manera, sin prisa ninguna. La música también ha cambiado, a mejor sin duda. Desaparece, por fin, el regetón, en su lugar se instala el reagge que suena por todos lados. Las ciudades o pueblos, son muy humildes, la mayoría de las casas son de madera y pintadas de colores. Se ve poca basura y todo parece a la vez descuidado y a la vez ordenado. Aunque hablan principalmente en inglés, muchos pueden hablar castellano y los que no lo hacen, ponen todo de su parte para entenderte y hacerse entender.

Ester, en teoría, se tiene que ir marchando hacia Cancún. Dice que se lo está pasando muy bien y que no se quiere marchar, así que ha cambiado su vuelta para poder estar unos días más por aquí.

Hace ya algún tiempo, cuando estaba en Chiapas, una norteamericana me dijo que tenía que visitar un cayo que está cerca de Dangriga. Se llama Cayo Tobacco y ella decía que es el paraíso. La barrera de coral pasa por allí por lo que no hay ni que tomar una barca para poder hacer snorkel. Pues para allá que nos vamos. La verdad es que no me imaginaba, de ninguna manera, estar en un lugar así. La isla o cayo, mide apenas 200x150m. Toda es de arena blanca y está llena de palmeras, hay unas cuantas cabañas que corresponden a los hoteles que hay allí. En estos momentos es fuera de temporada, por lo que estamos nosotros dos y otra pareja de estadounidenses nada más. El agua es, por supuesto, cristalina y efectivamente la barrera de corar está allí mismo. Hemos pasado dos días de relax total, haciendo snorkel y tumbados en las hamacas.

Como la barrera está tan cerca, se ven muchos pececitos, sobre todo por la mañana y por la tarde, si te mueves despacio, ellos toman confianza y se van acercando, así los puedes ver mejor. He aprovechado para poner al día mi diario, que con estos días de tanto correr lo tenía un poco abandonado. Por no haber no hay ni bares ni restaurantes ni tiendas de artesanía, ni nada. Así que todo el día descalzo y en bermudas, ¡que vida más perra!!! El alojamiento incluye ya la comida, nos han dado de comer fenomenal, ¿que más se puede pedir? Pues si, hay más, los atardeceres y amaneceres son una chulada, pocos puntos hay donde puedas ver ambas cosas desde el mismo lugar. Y por si fuera poco, por las noches mientras charlábamos en la hamaca, aparecía la luna llena que se reflejaba sobre el mar e iluminaba las palmeras! Lo que os digo, ¡que esto no es vida!!!!

Al principio no pensaba visitar ningún cayo más, pensaba visitar algunas ruinas mayas del norte de Belize. Pero me he dicho que tenía que bucear aquí, en este país. Así que vamos a Cayo Caulker, con la idea de intentar bucear en el Blue Hole, que debe ser una cosa fantástica. No va a ser posible, porque estamos fuera de temporada y apenas hay turistas por aquí, se necesitan 9 personas y sólo llegamos a dos. En vez de eso, decido hacer dos inmersiones aquí cerca, en la barrera de coral. Así que al día siguiente, temprano, estoy en el centro de buceo. Me asignan a Israel, que habla algo de español, bueno habla poco pero si parece que lo entiende. Le digo que me haga las señas despacio, para que las pueda ver y demás cosas y le pregunto que qué pasa si vemos un tiburón…, me dice que no me preocupe, que no son peligrosos. El caso es que me han dicho que por aquí se ven muchos y yo ando como con ganas de verlos, a pesar del pánico que me dan esos animales. Bueno, pues “vamos pa’lla”. Salimos en la lancha hasta el arrecife que estará a unos quinientos metros de la isla, allí el oleaje es muy fuerte. Pienso, “pero donde vamos con este oleaje?”, Israel no parece preocupado, entonces recuerdo que el oleaje sólo se siente en la superficie, abajo no tiene por que ser así. Como vamos los dos solos, hay que echar el ancla y asegurarse de que quede bien, no se vaya a marchar la lancha y tengamos que regresar a nado. Nos metemos en el agua, no veo nada, el fondo parece estar muy lejano. Empezamos a descender, enseguida aparece el fondo marino. Me encanta, no se por que, pero me recuerda a las zonas altas de las montañas. A esos lugares en los que hay ya poca vegetación, sólo arbustos y poco más. Incluso se pueden ver aquí también como canalillos sin vegetación (sin coral) que asemejan a cauces de ríos. Poco a poco van apareciendo pececillos, más o menos grandes y de colores muy diversos. Algunos incluso tienen varios colores: Hay uno que la parte de la cabeza la tiene a rayas blancas y negras, como una cebra, y el resto del cuerpo naranja. Estamos nadando sobre uno de estos canales donde no hay coral. Israel me hace la seña, no una seña cualquiera, LA SEÑA de TIBURÓN (es poniendo la mano abierta sobre la cabeza como si fuera una aleta). Yo siempre había pensado que lo mejor que me podía pasar es ver directamente al bicho sin que me hicieran la seña, pensaba que si me hacían la seña me pondría nerviosismo y saldría corriendo del agua, si corriendo por encima del agua (me creía capaz). Pues nada de eso, todo lo contrario, empiezo a buscarlo por donde me señala Israel, pero no lo veo. Mierda!, a que encima no lo voy a ver!!! De repente lo veo, viene siguiendo el canalillo y está justo debajo de nosotros. Nos ignora completamente, el va a lo suyo. Es un tiburón nodriza, de esos que llevan algún pez debajo y que va comiendo los restos que deja. A mi me parece que debe medir unos 25m, más o menos, sin exagerar nada!!! Se mueve muy lentamente, puedo observarlo muy bien mientras se va alejando poco a poco. Una vez que se ha marchado, la parte racional de mi cabeza empieza a funcionar, en realidad debía medir un metro o algo así. Luego me dirá Israel que medía algo más de medio metro. Me ha encantado, el resto de la inmersión casi no me he enterado de nada, estaba flipado por haberlo visto, creo que iba todo el rato con una sonrisa de oreja a oreja. Que más se puede pedir?

Cuando estamos buscando el lugar para nuestra segunda inmersión, todavía en la lancha, Israel me señala, “mira, una tortuga”. Allí está, a apenas unos metros de la barca, flotando en la superficie para respirar. Ha sido un suspiro porque se ha hundido enseguida. Nos volvemos a sumergir y de nuevo hay que bajar un poco para poder ver algo. Cuando llevamos apenas unos minutos, Israel se acerca a una caracola, la toma con las manos, es de color rosado y muy suave al tacto. Estoy medio despistado mirando hacia otro lado, Israel me toca el hombro y me señala a su izquierda…. Otro tiburón, este está a apenas un metro nuestro, también nos ignora como el anterior, se mueve algo más rápido y se marcha enseguida, ¡qué pasada, ha sido alucinante! En un suspiro ha aparecido y en otro se ha marchado. También era un nodriza como el anterior. El resto de la inmersión, pues mirando para todos lado, pero ya no ha vuelto a aparecer.

Paso la tarde recorriendo la isla. Es pequeña, si te das un paseo te sales de ella. Pero se respira un ambiente alegre y relajado. Cuando llega Ester, ella ha ido a hacer snorkel, nos contamos nuestras aventuras. Para festejarlo, nos hemos regalado una langosta para cenar, con salsa de ajo! No hace falta que te diga lo buena que me ha sabido. Hacemos un último intento para ir al Blue Hole, pero no va a ser posible, sigue sin haber gente. Tendré que volver por aquí, porque me he quedado con las ganas!

Queremos visitar las ruinas de Lamanai. Pero viajar fuera de temporada tiene estos riesgos, no hay gente para llenar la lancha y sale muy cara, por lo que decidimos pasar. Nos vamos a Corozal que es la última ciudad de Belize, casi en la frontera con México. Tanto es así que aquí a diferencia del resto del país, se habla castellano. No hay demasiado que hacer, así que nos dedicamos a pasear por la playa. Llega el momento de separarnos, cruzamos la frontera hacia México, Ester se marcha hacia Valladolid y Playa del Carmen, yo iré hacia Mérida. Han sido unos bonitos días, me lo he pasado muy bien.

De nuevo en Mérida, no lo he echo aposta pero por suerte hoy es Domingo. En Mérida tienen la costumbre, bonita por cierto, de cerrar todo el tráfico en la zona centro el fin de semana. La mayoría de bares o restaurantes que están en esa zona, montan un tablao y ponen un grupo para que toque música. Es una chulada pasear o cenar por aquí, ya que suena música por todos lados, y se puede ver a mucha gente bailando. Hay mucha animación. La plaza grande está llena de puestos y de gente paseando. Otro de los días que he estado aquí, han cerrado una calle de la plaza grande y ha actuado un grupo folclórico que ha representado una boda mestiza, muy bonito.

La razón para volver a Mérida es visitar las ruinas de Uxmal. Cuando estuvimos aquí no había oído hablar de ellas, pero luego he estado oyendo ese nombre muchas veces, en la mayoría de las ruinas hay referencias a este lugar. Así que lo tenía ahí, pendiente por si había una posibilidad de visitarlas. Así que aquí estamos, creo que son el conjunto más bonito que he visto, no tanto el más espectacular o el que tiene el edificio más alto, o el que está en el lugar más impresionante. Creo que me ha gustado el conjunto en su totalidad, parece que hubiera sido diseñado y construido con un proyecto. Las otras ciudades Mayas que he visitado me parecían más construcciones aleatorias, es decir iban haciendo unas y luego otras sin una idea de conjunto. Igual estoy diciendo una tontería, pero a mi es la impresión que me ha dado. Nada más entrar, se encuentra la casa del Adivino, la pirámide más alta de este yacimiento. Se conserva casi entera y es muy chula su construcción, la base tiene una forma elíptica y así va creciendo hacia arriba, sólo rota por dos grandes escalinatas que suben hasta arriba por delante y por detrás.

En el resto de edificios, se conservan muy bien los relieves que construyeron los Mayas. Figuras de dioses, animales y otros adornos aún se conservan en muchas de las portadas de los edificios. Además la piedra es de un color clarito, que resulta muy agradable a la vista. Otro de los edificios que más me han impresionado es la Casa de la Vieja (no estoy seguro de que se llame así), es un edificio rectangular elevado sobre una depresión del terreno. Si lo miras desde algo de distancia, desde la plaza que hay justo enfrente, parece que nada ha cambiado desde su construcción, casi te puedes imaginar a los mayas realizando sus tareas diarias. Solo debe faltar, como en todo el lugar, el color original que tenían los edificios, creo que solían utilizar mucho el azul, el rojo y el blanco. Como en cualquier ruina que se precie, también te puedes perder un rato por algún senderito que se sale de las rutas normales y que circulan por dentro de la selva. Allí se puede oír cantar a los pájaros, a veces verlos, y observar muchas flores y plantas.

¿Os acordáis de los cenotes?, me gustaron tanto que tenía bastante claro que si tenía tiempo iba a volver a Valladolid para darme unos bañitos de despedida. Decido hacer más o menos lo mismo de la otra vez, es decir visitar el de la ciudad (Zaci) por la tarde y el que está a las afueras el día siguiente. Pero, no todo sale como tu quieres, resulta que está cerrado, ¿y por que?, pues “no se, nos han llamado los responsables y nos han dicho que hoy no abramos, pero mañana seguro que si está abierto”, me comenta el vigilante. Bueno, no pasa nada, cambio de planes, alquilo una bici y me voy a Dzitnup, allí había dos cenotes, la otra vez visitamos el que se llama Dzitnup y esta decido entrar en el otro, el de Samula. Son similares, ambos tienen una abertura en el techo por la que entra la luz natural. Este tiene un árbol justo sobre dicha abertura con algunas de sus raíces colgando en el aire. También caen, casi hasta el agua, unas lianas que cuelgan como si fueran estalactitas. A diferencia del otro cenote, en este no hay tantas estalactitas, las que hay son pequeñas. He estado bastante rato allí sólo, me siento en una piedra con las piernas dentro del agua, poco a poco los pececillos van apareciendo, algunos se acercan e incluso picotean mis piernas. La luz del día se refleja en el agua, es cristalina, se puede ver el fondo, allá a lo lejos. Echo de menos algo, no se que es hasta que llega un grupo de gente y le pregunto a uno de los guías que los traen si hay algún lugar para saltar. Me dice si, súbete allí junto a la barandilla, y para allá que me voy. Son unos seis metros pero que me dejan con muy buen sabor de boca. Al día siguiente voy de nuevo al cenote de la ciudad y… hoy tampoco lo van a abrir. He podido verlo desde arriba, casi es peor porque te quedas con las ganas. Lo que si puede ver es que este cenote es mejor visitarlo por la tarde ya que está orientado al oeste, con lo que en la tarde le da el la luz.

Mi vuelo sale desde Cancún, que es un lugar al que no me apetece nada ir. He buscado un lugar cercano, Playa del Carmen, desde aquí sale un bus al aeropuerto que tarda una hora. Después de alojarme me dirijo hacia el paseo principal y la playa,…, ¿que hago yo aquí?. No me ha gustado nada, todo está lleno de turistas y de cosas para turistas, tiendas, restaurantes, casas de cambio, me siento muy fuera de lugar. El agua del mar es cristalina, de ese azul turquesa tan bonito que se ve en las fotografías. Pero (siempre hay un pero), si desplazas la vista del agua verás el bosque de hormigón que se abalanza sobre el mar, la playa de arena blanca está llena de hamacas por todos lados. Me he puesto a andar por la playa, después de un ratito, treinta minutos, aparecen playas vírgenes, sin hoteles ni hamacas y lo más increíble, sin gente. Me parece alucinante que la gente prefiera sentarse todos juntitos allí en las hamacas, en vez de venirse hasta aquí y estar más relajado. En fin, que debo ser muy raro!! De todas formas, no todo iba a ser malo, hay muchas chicas bonitas por allí, que le alegran a uno la vista (también chicos, imagino, pero en eso no me fijo).
Pues eso, que gracias por haberte venido conmigo durante este viaje por Centroamérica. Yo me lo he pasado muy bien, he aprendido muchas cosas nuevas y conocido a gente encantadora. Espero que tu también hayas disfrutado.

Salud, república, rock’n'roll y unas cervecitas que nos tomaremos juntos.
Para todos, todo.
Ricardito (Tu chico trabajador)

12 comentarios:

  1. Que tal Ricardito, como va todo? por lo que leo no te puedes quejar, eh? Al igual voy a Madrid o esta semana o la que viene a firmar un contrato discográfico…. Guauuuuu Si, tío nos han fichado de Madrid…
    Pues bueno que si voy me gustaría que nos viésemos y me contaras tus aventuras y tal… te mandamos un fuerte abrazo Yoly y Yo desde Barcelona…..

    Oscar (Ron Vudú) — 22 October 2006

    ResponderEliminar
  2. Nos ha encantado todo lo que nos has contado.
    Un abrazo desde El Bodón.

    Juan Carlos y Gema — 24 October 2006

    ResponderEliminar
  3. Después de haberte acompañado por Sudamérica, que aunque tú digas que sí yo creo que no, que nos has abandonado con la típica excusa de vete a buscar un bote mediano de Güins, solo se me ocurre decirte marriconasooooooo.

    Vemosnos en Asturies.

    Cesar — 25 October 2006

    ResponderEliminar
  4. ¿Siiii? ... Noooo…

    Ya estás aquí otra vez y es como si nunca te hubieras ido…

    Eso sí, el frigurón la primera vez eran 25 metros, a Agus no sé ni cuanto le dijiste que medía… ahora ya, en persona dices que ¿1 metro?, ¡Da igual valiente!, es una pasada…

    “Gracias por bailar cuando la música dejo de sonar, pero sobre todo gracias por hacerme soñar” tú a mi también… (bueno tú no bailes ni cantes)...
    Que ya lo hago yo por tí.

    Un beso de oso

    Eva Malaspina — 27 October 2006

    ResponderEliminar
  5. Viajando por Guatemala, conocí a Ricardito en un paseo en lancha por el lago Atitlan. Qué bien! Qué suerte conocer a una persona tan encantadora como él. Los que le conoceis, seguro que sabeis porque lo digo.

    Continué con él lo que me quedaba de viaje. Hacia Semuc Champey, Rio Dulce y Belize. Qué placer compartir unos dias con un viajero como Ricardo! Viajar con él es facilísimo y muy divertido. Con solo echar una hojeada a la guia, tiene clarísima la mejor forma de llegar a cualquier lugar. Nada es imposible. Fuimos de Guatemala a México, pasando por Belize, como el que va al bar de la esquina.

    Además, me he reido un montón con sus bromas y sus imitaciones del Cálico Electrónico (se lo sabe de memoria!). Y me ha encantado oirle explicar sus viajes y sus hazañas deportivas con toda la modestia del mundo, y hablar con tanto cariño de su familia y sus amigos. Y si hasta ahora yo no habia escuchado demasiado a Rosendo, creo que voy a empezar a hacerlo, porque me ha contagiado un poco la adoración por su música.

    En fin, ¡que ha sido un placer enorme haberte conocido y haber viajado contigo, Ricardito! Sigue disfrutando así de todo lo que haces y, sobretodo, SIGUE SIENDO COMO ERES!

    Solo dos comentarios más:

    1. Para todos los incrédulos, certifico que el frigurón que viste, tenia que medir 25 mts cómo mínimo. Yo no estaba en ese momento, pero la cara de felicidad que tenias a la vuelta, era de 25-30 mts…. tirando corto

    2. Espero que para caminar este invierno por Madrid, te quites las chanclas todo-terreno que has llevado por toda la ruta maya y te pongas algo más adecuado, o se te van a congelar los deditos. Eso sí, consérvalas bien para los próximos viajes, que te van a hacer falta!

    Un petonet (un besito)

    Ester — 1 November 2006

    ResponderEliminar
  6. Vuelvo a leer tu relato del viaje. La verdad es que cuando necesito viajar un poco entro en tus páginas y me doy una leida a los textos, asi aunque me encuentre dentro de una habitación, limitado por la frontera de un ordenador, consigo irme contigo a otros mundos, loque relatas o los que sugieres entre tus frases. De nuevo muchas gracias por ayudarnos a salir contigo de viaje. Mi deseo de un año 2007 lleno, lleno de nuevos periplos externos e internos

    Juan Pelaéz — 3 January 2007

    ResponderEliminar
  7. Joder Ricardo, me ha gustado mucho el viaje, lo he leido esta noche y he estado alli al lado tuyo, has sabido describir muchas cosas. Esto mismo es lo q yo queria hacer con mi viaje (al final fustrado en el último momento) a Australia. Tomo nota de todos los lugares q has visto para contemplar el ir en breve a hacer el mismo viaje, lo malo siempre son las vueltas no? No te hubieras quedado en algun rincon de aquellos a vivir? (pregunto) y otra cosa, ponte en contacto conmigo si puede ser para consultarte algunas cosas. Gracias por adelantado y gracias por este diario y esas fotos.

    Frikicoco — 6 February 2008

    ResponderEliminar
  8. Hola, he llegado a esta página por casualidad, buscando imágenes de buceo. Me ha parecido entender que eres o eras profe. Yo soy profe, y también buceo, poco ultimamente. Muy variadao e ilustrativom el viaje, y las fotos preciosas., Gracias, un saludo

    teresa — 16 February 2008

    ResponderEliminar
  9. Eres un gigante. Un vitorioso, mi amigo!

    jorge henrique — 20 September 2008

    ResponderEliminar
  10. Hola amigo en realidad me encanto tu recorrido yo quiero hace uno igual partiendo de mexico pero tengo una duda si salir de Chiapas y pasar por guatemala y de ahi a el salvador y honduras y asi o en lugar del el salvador entrar por belice para conocerlo de ahi guatemala y luego Honduras ojala alguien me pueda orientar y decirle que es mejor conocer si belice o el salvador esto es por el tiempo no creo poder recorrer todo Saludos

    jorge — 18 November 2008

    ResponderEliminar
  11. hola ricardo.. buscado informacion sobre los papeles ke necesita un amigo de argentina para pasear en centroamerica y llegar hasta mexico por belice… encontre tu blog.. no entendi muy bien de ke parte exactamente eres.. pero estoy muy interesada en saber si siendo argentino necesita el llevar algo mas para hacer su recorrido… el ahora esta en costarica y esta por iniciar su viaje por centro america… pero kisiera saber ke papeles te pidieron en migracion de estos paises… y si al entrar a mexico por bus te piden algo mas ke el pasaporte? ya que los viajes en aeropuertos te piden varias cosas pero el no sabe si por por carretera te pidan algo mas ke un pasaporte…. bueno te agradeceria muchisimo me comentes sobre esto ya ke el mañana o pasado a mas tardar sale y se van con la bendicion de Dios haha ya ke no sabe si lo dejaran pasar asi nu mas o no… muchas gracias y kedo en espera de su respuesta.. hasta luego…

    mercedes — 25 November 2008

    ResponderEliminar
  12. Me gustaría, si fueras tan amable de informarme si podría hacer un tours por Guatemala, Honduras,Costa Rica, Belice,El Salvador.Nicaragua,Panamá, en bus, me refiero a recorrer estos países en bus. yo vivo en la Argentina y por supuesto llegaría en avión y luego hacer todos estos países en bus. Conoces alguna agencia que haga este itinerario.Muchas gracias. Elsa

    Elsa — 27 December 2008

    ResponderEliminar

Deja tu comentario ...