Escalando la vía sur del Peñón de Ifach, en Alicante. Rodeados de mar y de gaviotas.
Es lunes, son las 6 de la mañana cuando Tomás llama al portero de casa, “¡sube y tomas un café!” Charlando de todo un poco y escuchando algo de música llegamos a Calpe en Alicante. El peñón de Ifach parece introducirse en el agua, ajeno a la gran cantidad de construcciones que hay a su alrededor. Aparcamos debajo del peñón y nos preparamos. El acceso a la pared es fácil, unos veinte minutos de subida entre graznidos de gaviotas, que asustan un poco por lo cerca que están y el ruido que hacen.
Hace bastante calor, estamos en camiseta y además esta es la cara sur, el sol nos da con toda su fuerza. Parece increíble escalar en camiseta en Febrero. Nos ponemos en marcha, los dos primeros largos son fáciles. Vamos desentumeciendo músculos. Tomás me dice, sigues estando tan fuerte como siempre, y yo pienso, sigo tirando de brazos, sin usar nada de técnica. La roca está un poco pulida porque sube mucha gente por aquí, hay que ir con cuidado. Tras pasar entre unas chumberas, llegamos al punto más difícil. La salida de este largo es complicada, hemos traído un estribo por si necesitamos sacarlo en artificial, es decir usar puntos de apoyo extras a los que ofrece la pared. Parece ser que antes había aquí una cuerda que permitía sacar este paso con relativa facilidad, pero que ahora ya no está. Además del estribo que llevamos tenemos que fabricar otro con un mosquetón y un par de cintas, el paso es difícil y estamos allí, más de media hora hasta que por fin conseguimos salir de él.
Los dos siguientes largos son los más bonitos de la vía, son dos largos muy verticales pero con bastantes agarres, una escalada placentera. De repente salimos a una arista, una cosa espectacular que nos permite ver ambos lados de la montaña. Aunque en el momento de asomarte te decepcionas por ver allí tanto edificio construido.
Lo bueno, es que sobre la arista te puedes sentar a horcajadas y asegurar mucho más cómodo. Tomás me dice, ya estamos arriba compañero, un largo de 25m y ya está. El sube por la arista y se mete a la derecha, por una placa, yo no le veo. “Pues para estar en la cima, tarda mucho, no?”. Por fin llega y me toca a mi, “Ahora lo entiendo”, vaya placa, hay que ir con cuidado, cuando llego arriba, me pregunta, “¿que tal?” y le digo, “hasta el rabo todo es toro, yo pensaba que este sería fácil”.
Ya sin cuerda subimos hasta la cima, hasta el punto más alto. Las vistas son muy, muy bonitas. Además está atardeciendo y el sol es de color naranja. Las gaviotas, que nos han acompañado toda la subida no paran de gritar…. Hala vámonos para abajo que se nos va a hacer de noche.
Que bien te lo montas, Petiso!!
ResponderEliminarTe eché de menos en la salida a Revolcadores, una penita que no vinieras por aqui. Espero que nos veamos pronto. Un abrazo.
Petisa — 2 April 2007 @ 8:00 pm
Bonita escalada, si puedo, alguna vez bajaré por ahí! Un saludo.
ResponderEliminarLupen — 7 September 2010 @ 10:56 am