12 de mayo de 2008

Tutti il popolo alla rivolta. Esquí de travesía en el Parco Nazionale dello Stelvio (Italia)

En principio, todo estaba en nuestra contra. Los esquís no llegaron en nuestro avión, nos los enviaron dos días después. A Pablo le destrozaron las botas en el avión. Nos ha hecho un tiempo bastante malo, sólo hemos tenido un día y medio de buen tiempo. Habíamos contratado dos guías italianos a los que no conocíamos y la mayoría de nosotros no estaba seguro de querer ir con guía. Dos horas antes de tomar el avión dos de los que iban a venir con nosotros, llamaron diciendo que no venían, “no querían pasarse varios días viendo nevar en el refugio”.

Pues a pesar de todo (o gracias a eso), nos lo hemos pasado de maravilla, ha sido una semana alucinante y no podemos poner ningún pero a nada. Todos hemos vuelto encantados y entusiasmados.


Llevamos varios meses preparando el viaje. De echo yo me encontré con el billete ya comprado a la vuelta del Aconcagua. La primera idea era hacer la Chamonix-Zermatt. Segun me dijeron, en apenas un día se cambió la decisión y se compraron los billetes. Somos nueve en total: Oscar, JuanRa, Mañas, Pablo, Fernando, Ivo, Rafa, el Presi y yo. Algunos nos conocemos de vista y poco más, con otros hemos compartido más cosas.

Nos juntamos con algo de retraso a la cita en el aeropuerto de barajas. Pensábamos que teníamos tiempo de sobra, no era del todo así. Al acercarnos al mostrador para facturar, resulta que el vuelo no era operado por Air Europa, como pensábamos, sino por NEOS. La chica nos dice que tenemos que pagar 30 Euros por cada esquís, ya que es material deportivo y hay que pagarlo aparte. Le decimos que no, que hemos hablado con Air Europa y que no tenemos que pagar nada. Un rato de medio discusión e ir a buscar a alguien de Air Europa para solucionarlo, nos hizo entregar los esquís un poco tarde.

En Milan, empiezan los problemas, no nos llegan los esquís. Tampoco aparece una maleta, la de Fernando. Pero lo peor es cuando llega la mochila con las botas de Pablo, está abierta, las botas destrozadas, parece como si la hubieran arrastrado, enganchada en algún lugar. El humor decae un poco, no mucho, mientras presentamos la reclamación consiguiente.

Todavía nos quedan tres horas de viaje en coche a Bormio, nuestro destino. Aquí nos empezamos a dar cuenta que contratar los servicios de un guía ha sido un acierto. Le contamos el problema que hemos tenido y al rato nos llama diciéndonos que no hay problema, que mañana a las 7 a.m. nos esperan en una tienda para alquilar el equipo de travesía!, ¡no damos crédito, que eficiencia!

Marco es el dueño del Hotel Nevada. Un personaje increible, encantador, risueño, amable, eficiente y no se que más cosas decir. Nos ha tratado como amigos desde el principio y nos ha solucionado unas cuantas cosas. Siempre ha estado atento a lo que le pidieramos y a lo que necesitáramos. Creo que Marco junto con los que serán nuestros guías Matteo y Fabio son de las mejores personas que se puede uno encontrar en Italia, hemos tenido una suerte fantástica.

Matteo y Fabio vienen a vernos al hotel, para preparar un poco lo que vamos a hacer ya que hay que cambiar los planes. Parece que no será un problema no tener esquís.

Hemos desayunado a las 6h30. Esto será lo normal a partir de ahora, incluso algunos días lo haremos antes. La fábrica de Sky-Trab está cerca del hotel, la han abierto para nosotros, para que podamos alquilar el material. Tienen algunas tablas, pero no de todas las medidas, así que los más bajitos nos tendremos que conformar con tablas algo altas para nosotros. Alguno incluso saldrá ganando, pues estas tablas son mejores que las que traía. Pablo es el que tiene más problemas ya que tiene que comprarse unas botas.

Deben ser casi las 9 a.m. cuando estamos listos y salimos de la fábrica. Vamos a intentar subir al Cuerno de San Colombano… El inicio de la ruta es alucinante, vamos foqueando (subiendo con los esquís) entre árboles, hay muchísima nieve, calculamos que más de un metro y medio por lo menos. De vez en cuando alguna cabaña aparece en nuestro camino, prácticamente cubiertas de nieve.

Sin darnos cuenta, por lo bonito del entorno, salimos del bosque. Estamos en una especie de plateau, con varios valles y muchos picos, todo esta cubierto de nieve. A donde vamos nosotros, está detrás, no lo podemos ver. Vamos situados en medio de los dos guías, adelantándonos o retrasándonos según hacemos alguna foto. No estamos muy seguros del riesgo real de aludes que hay, luego nos dirán los guías que el nivel era 4, pero que ellos consideraron que no había problema. De vez en cuando llegamos a algún lugar un poco más expuesto (con más riesgo de alud), por encima nuestro hay una capa que parece muy pesada de nieve, o bien tenemos que subir una rampa muy empinada que se podría venir abajo. Para evitar tener problemas vamos pasando de uno en uno separados por diez metros de distancia. Lo que se consigue con esto es que no haya mucho peso sobre una plaza de nieve, lo que haría que se viniera abajo.

Estamos algo cansado pero con muchas ganas cuando por fin vemos el Cuerno de San Colombano, está allí a lo lejos pero asequible. La última rampa es dura, nos va separando poco a poco, cada uno sube como puede. A mi me cuesta en algunos sitios, ya que se nos ha echado un poco de niebla encima y me cuesta ver bien la traza delante de mi, sobre todo en los giros. El lugar donde dejamos los esquís no es la cima todavía, hay que subir por una pala muy inclinada con bastante nieve y algo de roca. Alguno de los pasos se nos hacen duros ya que los que han ido subiendo delante han ido limpiando la nieve encima de las rocas. Sin demasiados problemas llegamos arriba, sólo nos quedaba subir entre dos rocas con cuidado. Allí Fabio venía detrás de mi y se ha quedado algo mosqueado al ver que le pedía a alguien que me echara una mano, para ver donde tengo que poner las manos o para ir por la arista final. Después de estar un rato en la cima y relajarnos hemos decidido explicarles a Matteo y Fabio lo mío de la vista. Se lo han tomado muy bien y dicen que no hay problema y que hemos hecho bien en decírselo. ¡Que digo yo, que manda narices!, habrán pensado, después de subir un buen desnivel, llegar casi a la cima, subir por una pendiente muy fuerte y atravesar una arista, se lo decimos, ¡ala, ahí queda eso!, así pasaba que pensaban que en vez de un 7% era un 70%. Aquí arriba las nubes se han ido o han quedado a nuestros pies, hace sol y nos reconforta de la dura subida. Comemos algo disfrutando muchísimo, se suceden las bromas entre unos y otros.

La bajada es más fácil, sobre todo porque hemos descansado y porque la nieve aguanta muy bien. Tenemos ganas de ponernos los esquís. Lo malo es que no son los nuestros, salvo Rafa y sus amigos que son unas máquinas esquiando, los demás nos vamos callendo una y otra vez, para regozijo del personal. Estamos hundidos en nieve polvo, por lo que las caidas no son dolorosas en el plano físico, sólo en el moral. Lo malo llega a la hora de levantarse, es duro pues la nieve no aguanta el peso y cuesta ponerse en pie sobre los esquís. La bajada es alucinante, una gozada, hay más de 1m50 de nieve polvo en la parte de arriba. Luego la nieve va camibiando y se hace más dificil girar. La parte final por el bosque es un camino bastante estrecho. Rafa se ha pegado una torta allí espectácular, iba delante de mi, vigilándome. Yo me había caido más atrás y cuando se ha girado no me ha visto, al volver a mirar hacia delante a visto que se salía del camino en dirección a un muro de cemento que había en un lado. No le ha pasado absolutamente nada, lo mejor ha sido que Ivo pasó detrás de él y ni le vió allí abajo. Fernando y yo nos lo hemos encontrado saliendo del agujero, partiéndose de la risa.

Pasamos lo que queda de tarde en el pueblo de Bormio, paseando. Descubrimos un bar muy chulo que por cada cerveza que pedimos nos pone unos buenos platos de aperitivo. Eso sí, las cervezas son carísimas. Matteo ha venido durante la cena con su mujer y su hija (de apenas unos meses), a conocernos, ella habla español, así que ha sido una delicia conocerlas a ambas. Parece que mañana nos traerán los esquís. Iremos a hacer una ruta por Santa Catterina para luego dirigirnos al refugio de Forni, entrada a nuestra ruta por el Stelvio.

Salimos junto a una estación de esquí que acaba de cerrar por fin de temporada. Caminamos por fuera de la estación, siguiendo una carretera completamente cubierta de nieve, es la carretera que lleva al Puerto de Gavia (mítico puerto que se sube en el Giro de Italia). El lugar es fantástico, precioso, a pesar de señales humanas como señales de carretera o algún poste de la estación. Tras unas pocas horas de marcha se nos hecha la niebla encima, como no lo tenemos muy claro, decidimos darnos la vuelta y bajar ya. Lo hacemos por la estación. Me cuesta bastante controlar mis esquís, son muy largos y anchos, no me encuentro muy cómodo con ellos.

Hoy dormiremos en el refugio de Forni. Hasta allí llega la carretera por lo que Matteo se bajará en su coche, se llevará sus esquís y nos traerá los nuestros que suponemos habrán llegado ya. Creo que, salvo Oscar, todos estamos deseando tener nuestras tablas. Pablo está teniendo problemas con las botas nuevas le hacen mucho daño, casi no puede andar. Matteo ha traido un par de botas para que se las pruebe, tampoco le van bien. Al final se llevará unas que le han dejado los del refugio (si, los del refugio se las han dejado sin más). Las habitaciones del refugio están fenomenal, son para cuatro personas con baño dentro de la habitación, incluso con sábanas y toallas. Este es el mejor refugio, en este sentido, ya que aquí llega la carretera.

Todos somos conscientes de que llevamos mucho peso encima, hay que reducirlo. Nos hemos dedicado a quitar cosas de la mochila. Alguno se ha quitado más de un kilo para no tener que subirlo.

Por la tarde se puso a nevar, caía si parar. Hoy hay más de 10cm de nieve más. Los árboles están cubiertos, también las mesas que están junto al refugio y los coches aparcados. Sigue nevando por la mañana, hace bastante malo. Nos dirigimos al refugio Césare Branca, por un camino muy fácil. Vamos contentos, quien más quien menos, todos nos hemos quitado peso y pensamos que menos mal que no tenemos que subirlo. Apenas si llevamos una hora cuando llegamos a una vaguada. Nos dicen que allí arriba está el refugio, a apenas 20 minutos. Decido irme ya que no se ve nada y no me apetece bajar sin visibilidad (no lo sabía, pero en los siguientes días me hartaré de hacerlo). Pablo se viene conmigo, le duelen un poco los pies y prefiere ser conservador. Los demás se pierden entre la niebla. Bajarán por un corredor sin ver nada, tanto es así que JuanRa pierde su cámara de fotos y todo, no la han visto por ningún lado, se habrá hundido en la nieve.

Se lo han pasado muy bien, aunque no hayan visto nada. La bajada ha sido por una especie de tubo, también con mucha nieve. Nosotros hemos estado muy a gusto en el refugio, leyendo algo y atentos a la emisora por si nos llamaban. El día está completamente cerrado, no se ve casi nada, sólo podemos intuir la cantidad de nieve que tenemos por todos lados. La llegada al refugio es un poco puñetera, hay una subida que parece corta porque el refugio lo ves ahí mismo, sin embargo se tarda un buen rato. En una de las curvas finales, parece que ya vas a llegar, pero no, hay que dar un par de ellas más pasando casi por debajo del propio refugio.

Hoy será el día que mejor tiempo vamos a tener. No hay apenas nubes en el cielo. Con todo despejado, podemos ver lo que nos rodea, una cadena de montañas espectacular, todo nevado. Hay quien dice que no había visto tanta nieve en su vida. Somos varios los grupos que nos ponemos en marcha hacia el Monte San Mateo. Está justo frente al refugio Branca, pero al final del valle. Como lleva varios días nevando y hay mucha nieve en la montaña el riesgo de aludes es alto. Fabio y Matteo deciden ir por un lateral, evitando la parte más directa por el glaciar, pero con más riesgo de abalanchas. Caminamos durante varias horas por la sombra, hace bastante frío, aunque no nos damos mucha cuenta ya que vamos cuesta arriba. Sólo somos conscientes del frio cuando JuanRa nos dice que su termómetro ha llegado a marchar -17 grados. La verdad es que cuando hemos llegado al sol, se estaba mucho mejor. He tenido problemas con las pieles de foca, se me han despegado varias veces, también se me ha roto el enganche para ponerlas en los esquís. Entre unos y otros hemos conseguido ir tirando, a base de cola de emergencia y otras pieles.

Vamos distraídos cuando alguien grita, ¡se ve el Gran Cebrú!, está detras de nosotros. Es el punto más alto de esta cordillera con 3.859m de altura. Era el objetivo final de nuestro viaje, poderlo subir. Parece que va a ser muy difícil ya que hay que esperar varios días después de una nevada a que se asiente la nieve antes de intentarlo. Encima, las previsiones metereológicas no son buenas para los próximos días.

Hemos visto que un grupo está subiendo por el graciar. Dice Matteo que si está bien, bajaremos por allí, que la bajada es mucho mejor. No queda mucho, parece que nos vamos acercando. Sin saber que nos iba a pasar, llegamos a un collado con unas vistas prodigiosas, debajo nuestro se extiende otra cadena de montañas (el macizo de Brenta), todo está completamente nevado, parece casi hasta mentira. Según va llegando la gente arriba se van escuchando las expresiones de asombro.

Debe de quedar una hora o así, vamos dejando pequeños picos a nuestro lado, subiendo por algunos de ellos. De repente estamos en una arista, con una caída espectacular a nuestra izquierda, no hay que irse hacia allí, no sea que la cornisa de nieve se vaya a venir abajo. Tampoco te puedes ir a la derecha ya que hay unas placas de hielo enormes casi al borde de la arista. Cuando ya queda muy poco para llegar a la cima, la niebla se nos hecha encima, nos tapa totalmente. Tanto es así que le he tenido que pedir a Oscar que me espere para que me guíe por la arista. Es muy estrecha, con caida mortal por ambos lados. Oscar se gira y me dice, “vete un poco más a la izquierda, que te estás saliendo de la traza”, “¡!”, no lo veo claro, no veo nada, pero lo poco que veo es que la traza está a mi derecha, no se! Me muevo muy poquito hacia la izquierda, con un poco de miedo e incredulidad. Se vuelve a girar y me dice de nuevo “vete un poco más a la izquierda”, “Jolinnnn!, que malamente”, pienso yo, me fio más de él, pero es que yo veo un par de lineas que me parece la traza a mi derecha. Cuando me estoy moviendo un poco a la izquierda me dice “Que no, que no! a la derecha, que estoy al reves”, (iba mirando hacia atrás). Riéndonos llegamos a la cima que está ahí mismo, aunque sólo la vemos cuando estamos en ella. Abrazos, besos, risas…., he sacado una foto de Eva y los niños, les ha gustado la idea.

No se como contar la bajada tan espectacular. La primera parte es difícil y peligrosa porque no vemos nada a causa de la niebla. Bajo siguiendo a Matteo, que me lleva fenomenal. La primera parte con mucho cuidado casi derrapando, luego ya se abre la veda para que cada uno baje, más o menos, como quiera. Hay muchísima nieve, más de dos metros. Es nieve polvo, el sueño de cualquier esquiador. Además, una vez que hemos bajado un poco, el sol vuelve a brillar libremente.

Matteo y Fabio esquían de maravilla, da gusto verlos. Sobre todo este último que además lleva unos esquís muy pequeños y unas botas que agarran poco. Rafa está alucinado, dice que es la persona que mejor esquía de los que él ha visto. Además se va descojonando todo el tiempo. De vez en cuanto nos paramos para decidir el cámino, hay que ir sorteando las grietas del glaciar. Hemos disfrutado de lo lindo. Lo peor es que al acabar la bajada, hay que subir hasta el refugio Branca, apenas si deben ser diez minutos, pero se hacen duros después de llevar tanto rato bajando, más moral que físicamente.

Estabamos alucinados porque Matteo nos había contado que lo que hemos hecho hoy, él lo hace a veces para entrenar. Se levanta a las 5 a.m., se sube al San Mateo, baja y a las 10 a.m. está trabajando en su oficina! Si esto nos ha alucinado, lo que nos cuenta Fabio no tiene nombre, hemos estado, después de la cena, escuchándole sin poder salir de nuestro asombro (sobre todo Rafa). Fabio Meraldi, este es su nombre, es un montañero conocido, o desconocido mejor dicho, para el público general. Sus hazañas son increíbles, subió el Aconcagua en 4h10 desde el refugio. Ha intentado batir el record de velocidad subiendo al Everest, sin ningún tipo de ayuda (el abasteció los campamentos de altura antes de intentarlo), no pudo conseguirlo porque se quedó helado cuando llegó al collado sur y se tuvo que dar la vuelta. Con 15 años de edad, ha hecho vías de dificultad que aún no han sido repetidas por nadie. Una de las cosas que más nos ha impresionado ha sido su record de subida al Mont Blanc, lo hizo en 6h10’ subir y bajar desde el pueblo de Courmaller, claro que lo mejor ha llegado cuando nos ha dicho que calzado llevaba, ¡unas zapatillas de jablinista! Rafa dice, si cuando voy subiendo al Mont Blanc, me pasa este tío corriendo con esas zapatillas, me doy la vuelta y no vuelvo!

Hoy el día parece que no va ha ser tan bueno, amanece despejado, pero poco a poco se irá cubriendo. Queremos subir al Pico Tressero, aunque está muy cerca del de ayer, el camino es distinto. Subimos por el glaciar desde el primer momento. De vez en cuando tenemos que separarnos 20 metros para evitar avalanchas o sortear grietas. Como la mañana es buena, casi no nos damos cuenta cuando nos van cubriendo las nubes, se nos hechan encima y casi no nos dejan ver.

Yo creo que el Presi hoy no andaba con muchas ganas de caminar pues no ha hecho más que decirme que si me quería bajar, el me acompañaba. Creo que alguno más está por la labor de bajarse. Pero yo no, pues todavía no está muy cerrado el tiempo y me encuentro con ganas.

Poco a poco la cosa cambia, la niebla es cada vez más densa, no se ve casi nada. Unos pocos nos amotinamos, decimos que ya es suficiente, que para no ver nada mejor nos bajamos. Fabio me dice (lo hace muy a menudo), “¡Tranquilo, Ricardo, tranquilo!”. Pero, si no es cuestión de tranquilidad, sino que no veo nada. Da igual lo que le diga, el dice que sigamos un poco más. No sé muy bien como lo hacen, pero seguimos subiendo. Un poco es por seguridad, ya que es mejor seguir hasta un collado y bajar por allí, otro poco es porque así vamos todos juntos. Aunque no veamos nada, la subida al collado es fantástica, hay muchísima nieve, yo creo que ha sido el tramo que más nieve había. Como abren huella Matteo o Fabio, los demás vamos muy bien, notaremos la nieve cuando nos toque bajar. En el collado no se ve nada, pero el ambiente es magnífico, todos estamos contentos y encantados de estar aquí. Tras quitarnos las pieles, empezamos la bajada, ¡alucinante! Vamos flotando por dos metros de nieve polvo, vas notando la nieve a la altura de tus caderas mientras bajas rebotando en ella. Creo que todos vamos gritando de alegría.

Bajamos por el corredor que bajaron ellos hace un par de días. Donde perdió JuanRa la cámara, que por cierto encontró un francés, al ir a ayudar a un compañero suyo que se había caído. Al llegar al final del corredor el día se ha abierto un poco, bueno no mucho, lo que pasa es que las nubes han quedado por encima.

” />

Hoy es un día incierto. Vamos al refugio Casati. Hay dos caminos posibles: uno por arriba, es el que nos gustaría hacer, llegando al collado Pascuale para desde allí bajar por el glaciar hasta el refugio, el problema es que si hace mal tiempo el camino no se ve y es peligroso; la segunda es bajar por el camino que tomamos el primer día y subir hasta el refugio.

Cargados con todo el equipo nos ponemos en marcha hacia el collado Pascuale. Está bastante despejado, tenemos una vista preciosa del macizo del San Mateo detrás nuestro. También del Pascuale, el Cevedalle y cimas cercanas justo frente a nosotros. En un par de horas o así, estamos en la base de la pala que nos llevará al collado del Pascualle, el tiempo es incierto hace sol pero hay bastantes nubes cuando comenzamos a subir.

Nos separamos 20 metros por seguridad. De nuevo sin darnos cuenta, la niebla nos va envolviendo, tengo que llamar al que va delante de mi (Pablo) para que me espere e ir los dos juntos. Si no lo hago así, me cuesta muchísimo ver donde hay que hacer los giros. Ya no vemos a los que van por delante nuestro, sólo oímos a veces sus voces. Cuando estamos llegando arriba (eso creemos), oímos a Rafa, hay un paso difícil junto a una roca, dice que alguien me ayude a mi, que tengamos cuidado. Aparece Fabio por detras para echar una mano y pasamos sin mayores complicaciones. Estamos en el collado del Pascualle, hace frío, mucho frío, de nuevo no se ve nada. Estamos, creo, todos pensando en quitar las pieles para empezar a bajar cuando nos dicen Fabio y Matteo que vamos a la cima del Pascualle, que está a apenas 10’ y que llegaremos a ella con esquís. Nos miramos incrédulos pero no decimos nada, sólo caminamos entre la niebla. En la cima, lo de siempre, no se ve nada, pero hay mucha alegría, abrazos y besos…

Lo que voy a contar ahora, parecerá una tontería, pero es lo que mejor resume lo que ha sido esta semana, sobre todo el ambiente que hemos tenido todos y lo bien que lo hemos pasado. Ha sido el episodio más chulo del viaje…

Nos quitamos las pieles para bajar de nuevo al collado esquiando con cuidado. Allí paramos todos, Fabio y Matteo nos dicen que esperemos, que van a mirar un poco más allá para ver si se puede bajar por el glaciar y la vía más directa o tenemos que volver al refugio Branca y subir por la pista a Pizzini. Hay que imaginarse la situación, un collado a más de 3.500m de altura. Una niebla muy densa que nos impide ver a más de veinte metros. Un frío del carajo. Somos nueve tíos con los esquís puestos. A alguien se le ocurre que nos juntemos para darnos calor, nos contrapeamos como podemos. Oscar dice que nos vamos a hacer una foto poniendo la cámara abajo, empiezan las risas.

La verdad es que estando juntos hace menos frío, así que nos pegamos más. Pero claro los que están en el borde tienen más frío, así que empezamos a rotar. Alguien lo dice, “vamos a hacer como el pingüino emperador”. Así que allí estamos protegiéndonos del frío como si estuvieramos en la Antártida. Alguien dice, “podemos movernos girando en círculos”, así que nos ponemos a ello, empezamos a “andar” con los esquís en círculo y, jajaja, alguien empieza a cantar “la conga, de jalisco, hay viene caminando”. De vez en cuando “cambio de sentido” o “todos al centro” y allí nos encontrábamos intentando hacerlo rápido con los esquís.

Cuando han vuelto Matteo y Fabio nos han preguntado que hacíamos, no creo que lo hayan entendido!! La cosa no está bien, así que hay que bajar sobre nuestros pasos hasta el refugio Branca. Será una bajada difícil pues no se ve nada, tenemos que parar de vez en cuando para no perder el camino. Hasta Fabio se ha tragado un montón de nieve que no se veía.

La subida al refugio Casati tiene un aire melancólico. Fabio nos ha dejado, se ha bajado desde aquí, nos quedamos sólos con Matteo la última noche. Al principio vamos charlando todos juntos, poco a poco las niebla nos envuelve nuevamente. La llegada al refugio es larga, hay momentos en los que pensamos que nos hemos pasado, parecía estar más cerca cuando lo vimos hace un rato allí abajo.

De nuevo amanece nublado. Decido quedarme en el refugio, estoy un poco cansado de esquiar sin ver nada y caerme cada vez que entro en una huella de subida. Los demás suben hasta un collado, al bajar me cuentan que no han visto nada, ¡más que la niebla, claro! Cuando vuelven y mientras nos preparamos para bajar, comienza a despejarse. Por lo menos nos hemos despedido con unas vistas magníficas.

Andiamo
Tutti il popolo alla rivolta (Garivaldi)

10 comentarios:

  1. 1.Vamos Ricardito!

    Ya veo que has colgado algo, ESTA VEZ ME LO HE LEIDO ;-), y estoy deseando que continúes la historia, así será una manera de recordar todo lo vivido allí donde se hicieron realidad nuestros sueños.

    Besos per tutti
    Oscar

    Oscar — 6 May 2008

    ResponderEliminar
  2. 2.Ciao Ricardo, ciao a tutto il gruppo,
    guardo spesso il tuo sito per vedere se trovo scritto qualcosa di nuovo; anch’io sono curioso di leggere il seguito della storia, anche se lo conosco già...........

    Matteo — 6 May 2008

    ResponderEliminar
  3. 3.Pedazo de reportaje, gracias Ricardito por dedicarle el tiempo y las ganas. Al leerlo aquí sentado en el trabajo cuesta creerse que estuvimos allí, pero si que estuvimos. Lo malo es que se me han quitado las pocas ganas que tenía de trabajar….......... ))). Solo deciros que estoy deseando volver a repetir…....... así que chavales a ¡¡¡GANAR PUNTOS!!

    Rafa — 12 May 2008

    ResponderEliminar
  4. 4.Tranquiiiiilo Ricardo, tranquiiiilo!

    He disfrutado mucho leyendo la crónica. Fue un placer vivir esos días con vosotros. Forma ya parte de mi caja de recuerdos especiales.

    Y tu, Ricardito, acábala ya que estoy deseando leerla entera.

    JuanRa — 12 May 2008

    ResponderEliminar
  5. 5.Eso que habéis hecho….increíble! vaya valor y buena forma física debéis tener para hacerlo, estoy alucinada tanto por el esfuerzo de vuestra empresa como por las magníficas fotografías que has colgado.
    Mis más sinceras felicitaciones.

    un saludo, marruecos2008.

    marruecos2008 — 12 May 2008

    ResponderEliminar
  6. 6.Envidiable Ricardo con lo que me gusta a mi el esqui de travesia que envida. Fantastico me gusto mucho tu reportaje espero que cruzemos tablas algun dia. Un abrazo

    David Olalla (once) — 12 May 2008

    ResponderEliminar
  7. 7.Estupenda cronica Ricardo. La envidia me corroe, espero poder ir a las siguientes pero creo tendre que entrenar bastante.

    Ivan — 12 May 2008

    ResponderEliminar
  8. 8.Ya me lo he leído todo Ricardito, me he vuelto a ver bailando la conga en el collado y abrazandonos en la cima del San Matteo o del Pascuale. Tú sí que eres grande!

    El pase de fotos del domingo estuvo fantástico, todavía tengo pendiente enseñarselo a alguien, y revelar las diapos que también hice y que me harán querer atravesar la pantalla.

    Un besazo enorme y hasta el siguiente abrazo
    Oscar

    Oscar — 13 May 2008

    ResponderEliminar
  9. 9.las fotos son una pasada y la experiencia un lujazo….................

    Anonymous — 21 November 2008

    ResponderEliminar
  10. 10.Buenos días. Teneis el track de la alta ruta del Stelvio? el 8 de abril salgo para allá.
    soy de Segovia. Muchas gracias. Angel. 649427775

    Angel García — 24 January 2012

    ResponderEliminar

Deja tu comentario ...