5 de mayo de 2009

El Sa Fosca y otros barrancos en Mallorca (24, 29-04-09)

Ya hace bastante tiempo (algún año), que queríamos ir a Mallorca a hacer barrancos. Dicen que es un paraíso para practicar este deporte. Como hay que ir en época de lluvias, para que tengan agua, buscamos un vuelo entre semana santa y el puente de Mayo.

Aunque han sido unos días alucinantes por los barrancos que hemos hecho, nos venimos con una sensación agridulce, porque Tomás y Karen sólo han podido hacer el barranco del primer día. Mi compañero de habitación y de aventuras ha sido el “sin par” Albertiki, también conocido por “El Inutil” o “El tío Durruti”.

El barranco estrella será el Sá Fosca, que está considerado uno de los barrancos más completos de Europa. No será el único, también pretendemos hacer el Mortitx que acaba en el mar, el Biniaraix y por último el Coa Negre, a donde van a venir unos periodistas de Canal Viajar para grabarnos.

(He puesto varios videos, sólo tenéis que pinchar en el botón de play que está en medio para verlos)
Hemos buscado un hotel de esos chulos con buffet y demás para no tener que preocuparnos por nada. Al final no sabemos si nos ha salido bien, ya que como sus horarios son tan europeos nos hemos perdido un par de cenas. A las 21h se acababa la cena y se acababa literalmente pues a las 21h05 ya lo habían recogido todo. Aunque no hemos usado demasiado el hotel, las vistas eran muy chulas y el trato ha sido muy bueno. Además nos hemos podido reir a costa de las hordas de turistas que jugaban al bingo y bailaban por las noches.

Barranco del Mortitx

Es difícil describir las ganas que tenemos. Hay que sumar el tiempo que llevamos planeando venir aquí al hecho de que este barranco acaba en el mar, esto es algo que ninguno de nosotros ha hecho nunca. Como todos los barrancos que haremos estos días, se encuentra en la Sierra Tramuntana. Desde el hotel, que está cerca de Palma de Mallorca, tardaremos más o menos una hora en llegar.

La entrada está cerrada y hay que saltar por esta escalera. No será la única ya que la mayoría de los terrenos son privados y utilizan estas entradas para que los animales no se coman los cultivos.

La primera parte del camino nos resulta un poco liosa. Tenemos información pero no es demasiado clara, al menos hasta que llegamos al sendero que nos llevará al barranco. En teoría la aproximación hasta el agua lleva una hora, en realidad tardaremos dos horas. No vamos lentos puesto que unos que han salido detrás de nosotros llegarán después también. Y otros que parecen haber hecho muchas veces este barranco y que van por delante no nos sacarán tiempo.

Empezamos, eso si, a luchar con las plantas de la isla de Mallorca. En concreto con unas que se llaman “Carris”, crecen por todos lados y son una especie de matorral con muchísimas hojas alargadas. Estas hojas caen hasta el suelo describiendo un amplio arco, de manera que cubren los caminos. Lo más curioso es que la punta de estas hojas está sobre el suelo y conforme vas andando las vas pisando. Al hacerlo atrapas la planta bajo tu pie lo que hace que al mover el otro pie según caminas te pongas a ti mismo la zancadilla con la planta que tienes atrapada. Por si fuera poco a veces la planta se pega a ti con unas púas que parecen querer agarrarte y además cuando las coges con la mano te hace un pequeño corte (como si fuera un cartón o hoja de papel).

Hemos estado pensando que nos habíamos perdido, ya que no encontrábamos la entrada al barranco y además llevamos más tiempo del que dice la reseña, cuando por fin vemos una enorme formación rocosa que es la que indica la entrada.

Por fin llegamos al primer rápel, hay una cuerda fija en él. Esto es así porque una de las salidas de este barranco es remontarlo por las cuerdas. De hecho llevamos cuerdas de más en la mochila por si tenemos que dejarlas puestas para ir remontando, aunque al final no hará falta. Una vez puestos los neoprenos, el contacto con el agua es una relajación, “estamos dentro, a disfrutar”.

El agua no esta nada fría, más bien al contrario. Badinas muy luminosas se mezclan con rápeles chulos. Incluso hay alguno que se puede medio evitar bajando por un agujero que hay en la roca. Sólo hay un salto chulo, aunque es un poquito complicado colocarse para saltar ya que hay que bajar por una arista afilada.

Ya se presiente el mar cercano y también se oye como zumban las olas allá abajo. Los que van delante de nosotros van a remontar el río por las cuerdas, sólo han tenido que dejar puesta la cuerda del último rápel, las demás son fijas y están puestas. Nos dicen que no nos vamos a poder bañar en el mar pues está picado, ¡que pena! El penúltimo rápel es una chulada, muy alto y espectacular, abajo se distinguen dos pozas de agua cristalina.

He llegado el primero a donde acaba el barranco, ahí esta el mar. Estamos en una estrecha abertura donde entra el agua. No me parece que esté picado, más bien lo veo tranquilo. Bueno, por un momento, porque de repente viene una ola tremenda que casi sube hasta donde estoy yo. ¡Pues no nos vamos a poder bañar en el mar!

La salida se hace por una sirga que está en la pared. Hay que subir al borde del acantilado asegurándonos al cable de acero. Es fácil ya que la roca es muy abrasiva y tiene buenos agarres. En algún punto el camino se pierde un poco hasta que llegamos a otro cable que indica unos pasos de 4º. Aquí iremos más despacio ya que tenemos que asegurarnos más. Como vamos con los neoprenos estamos sudando y pasando mucho calor, pero es cuestión de quitarnos la chaqueta y ponerse a llover, así que refresca y nos la tenemos que poner de nuevo.

Se nos hace muy larga la salida, pues hay mucho que remontar por la pared. Arriba del todo tenemos que bajar por unas piedras que parecen cuchillos, hay que ir con cuidado. Lo malo es que esto nos lleva a donde hemos empezado el barranco, aún nos quedan las dos horas de subida hasta el coche. Cada vez llueve más y la piedra está muy mojada, las “carris” se empeñan en ponernos aún más zancadillas que en la bajada. Se hace dura la subida hasta que llegamos a la pista. Tomas sentencia “demasiado sufrimiento para una hora y media de barranco”.

Barranco del Biniaraix

La llegada en coche hasta este barranco se hace un poco larga. Primero porque para llegar a Sóller hemos subido por el puerto en vez de ir por el túnel/autopista. Ahora, lo peor ha sido cruzar Sóller, pensábamos que serían cinco minutos y ya está. Nos hemos pasado media hora pasando por pequeños callejones siguiendo las indicaciones de Biniaraix, por un momento parecía que nos estaban gastando una broma. Al llegar a donde empieza el barranco resulta que no hay sitio para aparcar así que hemos tenido que continuar y dejar el coche bastante lejos, como a un kilómetro.

El día está un poco desapacible con bastantes nubes en la parte de arriba del barranco. Incluso parece que se va a poner a llover en cualquier momento. Tomas y Karen nos dicen que no vienen, que ella ayer pasó frío y que no les apetece, que se irán a hacer turismo y nos recogen a la vuelta.

Durruti y yo nos ponemos en marcha. Estamos un poco temerosos de encontrarnos un acceso como el de ayer, rápidamente nos damos cuenta de que no es así. El camino es una ruta empedrada y muy preparada para que vengan a andar por aquí grupos de turistas. Muy pronto alcanzamos a un grupo de alemanes que incluso nos hacen fotos al adelantarles, les debemos resultar curiosos con nuestras mochilas de barrancos y neoprenos. Enseguida el tiempo mejora, sale el sol y empieza a hacer calor. Subimos a buen ritmo disfrutando de las espectaculares vistas ya que a nuestros pies va quedando el pueblo de Sóller que parece indicar el final de la Tramuntana, poco a poco van apareciendo campos cultivados y más arriba terrazas para aprovechar las laderas. Nuestra ruta acaba al llegar a un mirador que hay arriba del todo, una vez allí nosotros nos bajamos al río para disponernos a hacer el barranco. Bueno en realidad antes de ponernos los neoprenos hemos aprovechado para comer algo y recuperar el aliento después de la subida.

Tom y Jerry, es decir el Durruti y yo, nos ponemos en marcha. Ese nombre lo ha puesto el Durruti porque nos pasamos el tiempo diciéndole el uno al otro como hacer las cosas. El discute sobre quien tiene que bajar primero en los rápeles y yo sobre como poner las cuerdas. Menos mal que nos reímos a costa de todo. Los primeros rápeles son un poco raros, el cañón está bastante abierto y a veces no sabemos muy bien por donde bajar y dudamos en un par de sitios.

Los primeros rápeles los he bajado yo delante hasta que llegamos a uno en el que tenemos un problema. Desde donde está puesto el rápel no se aprecia bien la distancia, así que me he puesto a bajar. Cuando llevo apenas tres metros de bajada me doy cuenta de que la cuerda no llegará hasta abajo, parece estar muy lejos. Se lo digo a Durruti y me aseguro en unas ramas que están un pelín más arriba de donde me encuentro. Albertiki empieza a bajar y resulta que justo encima de las ramas hay otra instalación para poner el rápel. Así que lo montamos desde ahí que si llega la cuerda hasta abajo.

Rápeles y rápeles y más rápeles, parece que es lo único que tiene este barranco. Es muy bonito y recuerda mucho a los barrancos del pirineo porque tiene bastante vegetación. Nos decepciona un poco que no haya ningún tobogán ni salto destacable. Eso sí, el agua está muchísimo más fría que ayer hoy si que se nota cuando te entra el hilillo por la espalda.

El final del barranco está muy cerca del camino de subida. Mientras bajamos nos pasan muchos ciclistas que vienen haciendo una ruta. Cuando volvemos al coche Tomas nos dice que ellos no van a hacer más barrancos, que no cree que Karen esté preparada para hacer el Sa Fosca y que él no la quiere dejar sola…

Barranco del Sa Fosca

Anoche nos acostamos temprano y pedimos en el hotel que nos dieran un desayuno que ellos llaman frío y que está bastante bien, ya que queremos salir bastante antes de la hora a la que empieza el desayuno. Tanto Albertiki como yo estamos algo preocupados ya que este barranco tiene una cueva de 400 metros y nos da un poco de miedo ir los dos solos. Llamo a Agus (mi amigo de Huesca que es el mejor barranquista que conozco) ya que estuvo haciendo este barranco. El teléfono lo coge Pilar, su mujer, le digo que quiero preguntarle a Agus una cosa sobre el Sa Fosca y me dice que él no está, pero que ella lo hizo y que si me puede ayudar. ¡Que bien!, la opinión de Pilar es más importante para mi ya que ella tiene lo mismo que yo en la vista, y sus respuestas me ayudan más a saber lo que me puedo encontrar.

Llega por fin el gran día. Bueno grande sería después porque por la mañana ha amanecido muy nublado. Toda la sierra de la Tramuntana está cubierta y según nos vamos acercando empieza a llover. En el lugar donde debemos empezar el barranco, junto a un viaducto, cae una lluvia constante aunque no demasiado fuerte. No sabemos que hacer y un poco por ver el barranco y por no quedarnos todo el día sin hacer nada nos ponemos en marcha.

Este barranco puede ser bastante peligroso si lleva mucha agua, sobre todo en el tramo de la cueva. Hemos visto un vídeo en internet que impresiona bastante. Parece ser que para medir el caudal hay que ir a ver una presa que hay por encima del barranco y si no rebosa agua por encima de ella, la cosa está bien. Ayer lo miraron Karen y Tomas y no rebosaba. Sin decirnos nada, nos preguntamos si esta lluvia que cae hoy no hará subir el nivel…

En apenas diez minutos llegamos al cauce del río. Lo vamos a hacer entero, hay otra manera de bajar andando hasta el punto más interesante, pero nos ha parecido un poco complicada así que decidimos ir desde el principio. Como las piedras están algo resbaladizas, pronto nos tenemos que poner los neoprenos. Estamos en el primer rápel… hay que tomar una decisión pues sólo hay una salida un poco antes de la cueva y parece ser que este escape no es del todo recomendable. Nos miramos y decidimos continuar “venga, vamos!”. Tras un par de resaltes y algún pequeño rápel el agua desaparece. Empezamos a bajar varios rápeles sin agua. Por un lado está bien ya que no lleva mucha agua, pero por otro, ¿que rollo, no?

En algunos sitios en los que lo normal sería que hubiera una poza con agua tenemos que remontar una cuesta de piedras para seguir caminando. Es sólo un espejismo, pronto vuelve a haber agua con regularidad y no da la impresión de que haya demasiada, por este lado estamos algo tranquilos. Bueno, más o menos…

Rápeles y estrechamientos se suceden, cada vez el barranco se encajona más y se hace mucho más impresionante. Aún así no estamos del todo a tono, de alguna manera estamos deseando llegar a la cueva para ver que tal nos va en ella. Albertiki se siente preocupado porque si le pasa algo a él dentro de la cueva piensa que yo no podré salir de allí sólo. Por mi parte no dejo de pensar si veré suficiente para manejarme con la linterna que llevo o seré un pelele al que tendrá que llevar Durruti de la mano. Es una rara sensación pues estamos deseando llegar a la cueva y a la vez no queremos.

Ya llevamos un par de horas dentro del barranco cuando llegamos al escape. A nuestra derecha nos encontramos unos escalones de metal junto a una sirga. A pesar de que la roca está mojada nos parece que la instalación está muy bien y al menos en este tramo pensamos que no hay demasiados problemas para salir. A estas alturas ya es casi una utopía pensar que nos vamos a salir del barranco, no podemos irnos de aquí sin ver la cueva y entrar en ella. Aún así nos preguntamos si seguimos o no. Decidimos parar a comer algo pues Durruti se ha liado un poco y piensa que la cueva está justo ahí delante. Hace ya un rato que ha dejado de llover e incluso allá arriba se atisban algunos rayos de luz. Sin embargo comemos con bastante humedad ya que apenas si podemos sentarnos fuera del agua y no deja de caer agua de las paredes. Sacamos los frontales que necesitaremos en la cueva y nos ponemos en marcha.

Poco a poco se va oscureciendo aún más. De echo ni sabemos si estamos en la cueva o no. El tío Durruti no para de decir que ya debemos estar dentro, pero el caso es que aún se ve algo de luz ahí arriba, muy lejos. Llevamos las luces encendidas, en algunos puntos nos viene bien.

Los rápeles se suceden, casi todos son fáciles, aunque en algunos hay que tener cuidado. Durruti lleva un frontal estanco que se ha comprado para venir aquí y yo llevo una linterna de bucear que me han dejado Mañas y Pili y que se ve un montón pero tiene el problema de que no la llevas en la cabeza como un frontal. La llevo en el cuello dentro del neopreno y aunque voy muy bien, creo que es mejor llevar un frontal como el de Durruti, sobre todo cuando tengo que grabarle que para poder alumbrarle a la vez que grabo tengo que sacar la linterna.

Por fin Aquí si que no hay duda, vamos a entrar en la cueva! Un pasamanos nos lleva hasta donde está el rápel, allí hay una cuerda fija. Decidimos bajar por ella, pues se la ve bien. Como llevamos las capuchas de los neoprenos puestas no oímos demasiado bien, pero según baja Albertiki entiendo que me dice que la cuerda no llega hasta abajo, ¿como puede ser eso?, sin embargo no hay problema te dejas caer a una poza y ya está...

(Mañana, el de la agencia nos dirá que está puesta así aposta ya que al final de la cuerda te balanceas hacia un lado y te tiras a otra poza para no tener que remontar una piedra)

Ya estamos dentro de la cueva y comenzamos a disfrutar de verdad. No vemos que haya ningún problema y pensamos que nos podemos manejar bien. Así que vamos emocionándonos con todo lo que vemos a través del foco de nuestras luces. Una de las primeras cosas que nos alucina es una “rana”, que nos encontramos en uno de los primeros rápeles de la cueva. Es bastante grande y no se mueve cuando llegamos. Lo malo es que está justo donde tenemos que montar el rápel y no sabemos que hacer para no hacerle daño. Por suerte mientras le hemos hecho unas fotos se ha ido moviendo poco a poco y ya está fuera del lugar por donde correrán las cuerdas.

(Poner el ratón encima de las fotos si queréis ver un comentario sobre la misma. ¿A alguien le suena esta canción?)

Al tío Durruti se le ve en su salsa, cada vez más tranquilo. Eso sí, aprovecha cualquier ocasión para hacer propaganda revolucionaria, republicana y anarquista, imagino que esperará convencer a alguna rana descarriada. Eso sí, casi se ahoga por cantar en el agua…

La cueva tiene cosas curiosísimas como la que podéis ver en este video.

Aquí tenemos una de nuestras discusiones de Tom y Jerry, ya que yo quiero grabarle a él mientras baja por el agujero y el quiere que suba con él hasta donde está el rápel. La verdad es que tiene razón y es mejor así, una vez que llego arriba y estoy asegurado él ya baja los rápeles.

Tras una pequeña bajada con la cuerda Durruti me dice desde abajo, ya verás lo que hay aquí. Cuando llego casi no me lo puedo creer…

Tenemos que pasar por encima para poder continuar. Es fácil imaginarse como debe bajar por aquí el agua cuando haya una crecida para poder arrastrar este bidón hasta aquí. El agua también hace formaciones muy chulas en las paredes que vamos descubriendo a la luz de nuestros frontales.

Un sifón es un lugar donde tienes que bucear para sortear un obstáculo. Dentro de la cueva se supone que hay uno y hemos leído que hay que sumergirse medio metro y bucear dos metros para salir por el otro lado. Según el croquis que llevamos el sifón se encuentra al principio de la cueva, después del segundo rápel. Después de varios rápeles nos hemos olvidado de él, hemos pensado que debido al agua que hay no hemos visto el sifón. Además hemos pasado por un lugar donde había que sumergir la cabeza un pelín para poder pasar, que nos ha hecho pensar que podía ser el sifón si el barranco llevara más agua. Bueno, el caso es que llegamos a un punto en el que no podemos pasar, Durruti intenta subir escalando por las paredes y no puede, es demasiado estrecho y no entra. No para de reírse y decir que no cabe. Así que miramos por debajo del agua y allí está, hay un agujero por el que podemos pasar, es más o menos lo que pone en la reseña. Hay que sumergirse medio metro para pasar por debajo de una piedra y bucear menos de dos metros para salir por el otro lado. Antes de entrar a la cueva habíamos pensado que si había algún problema en el sifón podríamos llevar una cuerda que me sirviera a mi de guía para salir por el otro lado, pero una vez que ha pasado Albertiki vemos que no hay ningún problema.

Llevamos ya dos horas en la cueva y aunque estamos disfrutando mucho, empezamos a pensar que ya pronto debemos salir a la luz. Casi sin darnos cuenta descubrimos que el techo se empieza a abrir muy arriba, apareciendo los primeros signos de luz.

Prácticamente sin darnos cuenta estamos fuera de la cueva, cada vez hay más luz y esto se va pareciendo a un barranco normal. No por ello deja de ser espectácular.

Igual que apareció el agua a la entrada del barranco ha desaparecido ahora. No sabemos por donde se ha ido, el caso es que ya no hay agua. Al final de un estrechamiento vemos el final del barranco. Estamos fuera. Lo hemos hecho sin ningún problema y hemos disfrutado muchísimo. Estamos de acuerdo en que este es el barranco más completo que hemos hecho. No nos extraña que sea uno de los más completos de Europa.

Hasta el rabo todo es toro… Aún nos queda la subida hasta la carretera. Teóricamente son 45’ pero hemos tardado casi dos horas. Encima nos hemos perdido varias veces ya que hay tanta vegetación que es difícil seguir el camino, además en varios puntos hay hitos (montoncitos de piedras que marcan un camino), que nos confunden. Cuando llegamos a la carretera llevamos 12 horas desde que empezamos a andar esta mañana. Encima hemos salido a un lugar que no conocemos, preguntamos a varios coches que donde estamos y no nos saben decir. Cuando por fin nos hemos ubicado el conductor de un todo-terreno al que le pedimos que nos acerque medio kilómetro a donde está Karen esperándonos, nos mira de arriba abajo y nos dice que no que con esa pinta le podemos manchar el coche y que no nos lleva…

Barranco de Coa Negre

Charo es una periodista de Canal Viajar que hace un tiempo se puso en contacto conmigo porque querían grabar un programa de viajeros con alguna discapacidad. Hablamos de que podíamos salir un día a escalar o a hacer esquí de travesía, al final nos decidimos por grabar un barranco en Mallorca. Ellos han venido sólo por un día, así que hay que hacerlo todo hoy. Quedamos con ellos en Palma de Mallorca Además de Charo viene Curro, que es el cámara y Miki el técnico de sonido. Nos graban un poco frente a la catedral y también en el coche de camino al Coa Negre.

Tardamos mucho en llegar porque la carretera está repleta de ciclistas (¿alemanes?), repleta es poco, parece que están todos aquí. Entre los que tenemos que adelantar y los que vienen de frente tardamos mucho en llegar.

En el pueblo de Oriente hemos quedado con Benjamín de una agencia. Charo se ha puesto en contacto con ellos para que le ayuden a elegir el mejor lugar para grabar y demás. No paramos de hablar unos con otros y entre prepararnos y una grabación que nos hacen mientras caminamos hacia el barranco, va pasando el tiempo.

La idea es que nos van a grabar en los primeros rápeles ya que se puede acceder andando a ellos. En el primer rápel graban a Durruti desde arriba y a mi desde abajo. En el segundo a los dos nos graban desde abajo, luego un pequeño salto y una entrevista final.

La idea era que Albertiki y yo siguieramos haciendo el barranco hasta el final. El problema es que cada vez es más tarde y ellos se tienen que ir a tomar el avión, así que si continuamos por el barranco no nos podrán llevar al hotel. Decidimos pasar y quedarnos comiendo con ellos. Creo que ha sido lo mejor pues ya llevamos cuatro días de barrancos y tenemos las manos destrozadas, a parte de que nos lo estamos pasando bien con esta gente.

Hemos estado comiendo en una terraza un bocata de pan con tomate que nos sabe a gloria. No paramos de charlar y de contarnos cosas. La verdad es que hemos estado muy a gusto con esta gente, lo hemos pasado muy bien.

Este es nuestro último día. Tenemos pensado pasarlo recorriendo la ciudad de Palma. En el último momento Tomas decide que él no quiere venirse y que se va al aeropuerto a esperar allí. Nos quedamos Karen, el Durruti y yo. Que bien se está aquí!, la temperatura es ideal y la ciudad muy bonita. Recorremos la zona de la catedral y callejas de alrededor. Nos han recomendado un lugar para comer, Casa Julio, donde hemos comido un muy buen menú. También nos han indicado cual es el lugar más famoso de ensaimadas, “San Juan de Saigo”, donde hemos tomado un cafe con, por supuesto, una ensaimada.

4 comentarios:

  1. Me ha parecido interesante tu aventura por los barrancos, está muy bien ilustrado y esto no lo digo por lo que digo a continuación…
    La verdad es que lo he leido por encima y no he visto todos los videos. Eso sí el que si he abierto a sido el de “Durruti pidiendo ayuda” no sé por qué pero sabia que merecía la pena; pero aún más me ha gustado el detalle de la rana.

    Jorge Quesada Arranz — 15 May 2009

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  2. Muy chulos los barrancos, como siempre Ricardo muy bien contado y las fotos y los videos muy interesantes… Besos…

    Pablo y Almudena — 18 May 2009

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  3. Congratulations por ese pedazo de barranco con sabor a ensaimada que has hecho con Albertiki. Sencillamente sois UNOS MONSTRUOS.Que siga la aventura y que Mercurio te proteja en tus próximos viajes. Se me olvidaba, pon siempre un poquito de prudencia que nos gustan las aventuras con final feliz.

    Saludos montañeros de Paula y Salvador.

    Salvador — 28 May 2009

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  4. Hemos hecho el barranco Sa fosca este pasado 22 de Agosto. Sin caudal atención a las marmitas trampa, hay una sin equipar justo antes de entrar a los oscuros que es una autentica trampa, casi nos quedamos en ella ¡¡¡

    Ramón — 28 September 2010

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