12 de marzo de 2014

Caminatas por la Isla Bonita (Isla de La Palma) (25/01, 01/02/2014)


(Eva): Hemos pasado una semana en la isla de la palma. Hacía tiempo que Ricardo quería ir a La isla y a mi me encantaba poder llevarle a un sitio donde yo ya había estado. La verdad es que me ha gustado mucho más esta vez. La otra fue hace 16 años, cuando estaba embarazada de Martín y las excursiones fueron fundamentalmente en coche. Esta vez nos hemos pateado la isla todo lo posible dentro de nuestras (mis) posibilidades.

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El tiempo nos ha hecho modificar el orden de la rutas que teníamos pensadas, pero excepto una que no hemos tenido tiempo de hacer, todas las demás las hemos hecho con mejor o peor tiempo.

Día 1: Caldera del Agua

Estamos alojados en la zona de Los Llanos de Aridane en un pueblecito llamado Todoque. Llegar hasta donde comienza la ruta de hoy supone hora y media. En Tazacorte cogemos un autoestopista, un chaval alemán que lleva 6 meses viajando por las islas y que dice que volverá a su país cuando se acabe el frío.


Está chispeando pero el tiempo es agradable. El recorrido es circular, comienza en la Zarza, se llega a Don Pedro y de vuelta a La Zarza, empleamos unas 6 horas. El primer tramo va por un sendero entre árboles, atravesando calderas, fuentes y paisajes de cuento. Cuando llevamos andando unas 3 horas llegamos a una carretera, el paisaje se abre porque estamos llegando a los acantilados. Hemos decidido comer una paella en el pueblo al que se llega y vamos entusiasmados eligiendo ya el sabor, pero no se trata de un pueblo, no se puede ni denominar aldea, son 4 casas dispersas y desde luego no tiene bar... Nos encontramos una pareja joven comiendo un bocata y unos metros más adelante hacemos lo mismo.




La subida se hace eterna y yo penaré toda la semana hasta que me dejen de doler todos los músculos que hacía tiempo que no recordaba tener.


Ese día vamos a cenar a Puerto Naos y preguntamos a una mujer si es española (todos son extranjeros) para ver si nos sabe indicar un sitio. Resulta que es española pero su pareja es alemán y no tienen ni idea.

Día 2: Ruta de los volcanes I (Refugio de El Pilar - Los canarios)

Hay que dejar el coche en El Refugio El Pilar, que está a 1h de nuestro alojamiento. Casualmente está allí la pareja a la que preguntamos ayer en Puerto Naos. Ellos van a hacer hasta Los Canarios pero nosotros tenemos idea de llegar a Fuencaliente. Empezamos la ruta y al ratito nos encontramos con la pareja joven con la que nos cruzamos en la Caldera del Agua. ¡Esto es un pañuelo!. También van a llegar solo hasta los Canarios. Así que yo me empiezo a agobiar. Ricardo es “muy bruto” seguro que lo que él ha planeado es demasiado… ya veremos.


La ruta es espectacular. Vas subiendo por una zona de pino hasta llegar a un claro desde donde se ve a lo lejos el Teide. Asoma por encima de las nubes y del mar que nos separa de la isla de Tenerife.



Vamos a través del cordal por una zona de arena negra ya que como su nombre indica es todo volcánico. Se empieza a bajar por rampas de arena negra hasta llegar a la base del volcán de San Martín. Decidimos subirlo y bajar por el otro lado resbalando por la arena.

(Ricardo) Eva me ha pedido que siga contándolo yo, que ella ya no se acuerda de muchas cosas.

Se hace curioso este recorrido pues piensas que no vas a ver mucha vegetación andando entre volcanes. No es así, vas todo el rato entre árboles que van cambiando de tipo. Dependiendo de la altura, de como les de el viento o de hacia donde esté orientado los tipos de árboles, en su mayoría pinos, van cambiando. Lo mismo pasas por una zona donde son muy altos, con troncos muy gordos, como por otra donde no superan el metro de altura. En ocasiones no hay árboles sino unos arbustos de un color verde muy brillante, casi dorado.

El camino está perfectamente marcado con postes en cada desvío que indican no solo la dirección a seguir sino la distancia que llevas y la que queda. Poco a poco el cansancio va pesando en las piernas, llegamos a Los Canarios después de comer. Decidimos no hacer la siguiente parte hasta Fuencaliente y haremos bien, no solo porque nos quedan dos horas sino porque al hacerlo otro día vamos a disfrutar mucho más haciéndolo con más calma.



Junto con las dos parejas que conocimos ayer tomamos un taxi que nos lleve al Refugio del Pilar donde hemos dejado nuestros coches. El conductor es un personaje, no ha parado de hablar y de contarme cosas (voy sentado delante con él). Hace ya algunos años que debía haberse jubilado, me dice que si le doy 30.000€ me da el coche y la licencia de taxista. Me ha hablado de sus hijos, nietos, de su trabajo como camionero en la isla...., vamos un personaje.


Bajamos a ver atardecer a la Playa de Tazacorte. En invierno posiblemente uno de los sitios más tranquilos y bonitos para darse un baño. ¿A ver si adivinas quien se ha bañado? Cuando nos estamos marchando nos encontramos con el chaval alemán al que llevamos ayer. Nos cuenta que está viviendo en una cueva, compartiéndola con otra gente. Así si se puede estar seis meses viviendo en La Palma.

Día 3: Caldera de Taburiente

La entrada a la Caldera está muy cerca de donde estamos alojados, por lo que llegamos bastante pronto. Cuando aparcamos el coche nos dice una señora, encargada del tema de los taxis, que está a punto de salir uno y que podemos ir con ellos. Así pues, sin apenas esperar nos vamos a Los Brecitos. El conductor no ha parado de rajar, tampoco. Lo primero que nos dice es que en la Isla no hay que ponerse el cinturón de seguridad. Dice que la mayoría de los accidentes implican caer por un barranco, por lo que según él es mejor no llevar cinturón para salir despedido del coche. Imagino que eso implicará también que tienes que llevar la ventanilla abierta. En cualquier caso, ha hablado de todo un poco, de los isleños, de los turistas, de los antiguos habitantes de la isla (los magos)...

El mirador es un punto elevado en la Caldera de Taburiente, situado justo frente al pico Bejenado y por debajo del Roque de los Muchachos. Solo hay un camino, con lo que no hay pérdida posible. Hacemos un recorrido, prácticamente sin perder altura, alrededor de la Caldera. El camino será de un metro de ancho y se encuentra en medio de la ladera. En muchos tramos vamos rodeados de altos pinos. Siempre hay bastante caída a nuestra derecha. No parecen caídas peligrosas puesto que hay muchos árboles pero si es verdad que la pendiente es muy fuerte con lo que la impresión de altura siempre es grande.


Tras un par de horas caminando llegamos a la zona de acampada. Aquí hay una oficina del parque natural con unos buenos aseos. El hombre que atiende la oficina tiene que hacer todos los días el mismo camino que nosotros para venir a currar. Debe ser que hoy no ha tenido un buen día, pues nos trata con bastante brusquedad. Continuamos bajando y atravesamos un tunel natural por debajo de una chumbera. Nos damos la vuelta pues la vista es bien chula, entre los picos que asoman debe estar el Roque de los Muchachos, aunque nosotros no lo reconozcamos. Tras esta parte tan relajada viene lo que se llama el Reventón una bajada bastante fuerte y empinada por un espolón de la caldera. El nombre debe tener más sentido para aquellos que suben que para los que bajamos. Aún así es bastante espectacular ir bajando hacia el río que vemos bastante abajo. Durante toda la bajada hemos estado viendo el Roque Idafe. Una piedra que parece elevarse como un bastón al borde del precipicio. Parece ser que los antiguos habitantes de la isla hacían sacrificios desde este lugar.



Al llegar al río, nos desviamos para acercarnos a la Cascada de Colores. Primero andamos un poco por el cauce del río hasta la unión de dos gargantas, una de donde viene un agua blanca y otra de donde viene un agua amarilla, este último llamado río Limonero. Es por este cauce por el que subimos. El agua es de ese color, seguramente porque tenga algún componente ferruginoso. Resulta muy curioso ver como desaparece ese color justo cuando se mezcla con el agua del otro arroyo. Hay gente que se descalza para subir a ver la cascada de colores, realmente no hace falta hacerlo pisando con cuidado. La cascada no es natural ya que una parte del dique se construyó para almacenar arriba los depositos de las crecidas y que no fueran peligrosos. Aún así, a nosotros nos ha gustado mucho acercarnos a verla. Aprovechamos para comernos el bocata contemplando este lugar.


La bajada del barranco de Las Angustias se nos hace larga y pesada. Por tramos hay que ir por el cauce del río y en otros vamos por las laderas. No es demasiado interesante, después de venir de donde venimos. Creo que hemos tardado dos horas en llegar de nuevo al coche.

Día 4: Ruta de los volcanes II (Los Canarios - Fuencaliente)

Hoy vamos a completar la ruta de los volcanes. Saldremos de Los Canarios (donde acabamos hace dos días) y bajaremos a Fuencaliente. Pronto nos damos cuenta que hicimos bien el otro día en no acabar la ruta, puesto que así esto lo veremos con mucha más calma. El volcán San Antonio tiene un centro de visitantes. Nos hacen una foto "chorra", aunque les insistimos que no la queremos, y nos ponen un documental sobre el tema de los volcanes, que no está mal. La visita al crater del volcán de San Antonio es ida y vuelta, hay que salir por el centro de visitantes de nuevo. Al salir del centro de visitantes puedes entrar en un sitio donde se simula un terremoto. No es uno de mucha escala y es una simulación, si fuera de verdad no lo pasaríamos nada bien.

Tras visitar el volcán de San Antonio nos dirigimos hacia el oeste para continuar la ruta de los volcanes. Primero visitamos el Roque de Teneguía, una piedra muy grande de color claro que contrasta con el color oscuro del resto de la roca volcánica. En la roca se pueden apreciar grabados de los antiguos pobladores de la isla, parece que esta roca tan diferente de las de alrededor también tenía su importancia ritual.


Subimos al volcán Teneguïa que parece colgado sobre el mar. Hay que trepar un poco para llegar al crater, lo cual lo convierte en una pequeña aventura que disfrutamos mucho. Volvemos sobre nuestros pasos para bajar de nuevo y continuar hacia Fuencaliente. El sendero está muy bien marcado una pista de tierra delimitada por rocas que la separan del resto de la ceniza y arena de los volcanes. La vegetación no es numerosa, salpica de vez en cuando algunos puntos del camino. Desde un alto observamos las salinas y el faro de Fuencaliente, ya nos queda poco.


Como hemos llegado a tiempo nos quedamos a comer en el restaurante que está junto a las salinas. Hemos comido muy bien y la atención ha sido inmejorable.

Hemos ajustado el tiempo para tomar el bus que nos sube a Los Canarios para recoger nuestro coche. No salimos de nuestro asombro cuando observamos a una pareja que se baja del bus y se vuelve a subir antes de que arranque. Esa ha sido su visita a Fuencaliente..., el bus las deja de nuevo en su hotel y el conductor nos comenta que es muy normal, bajan y vuelven en el mismo bus para no esperar una hora al siguiente.


Pasamos la tarde visitando Santa Cruz de La Palma. Es una ciudad pequeña y agradable, sobre todo su parte antigua, dos calles peatonales paralelas al mar. Hemos vuelto a ver un bonito arco iris. Cada vez estamos más convencidos de que estamos alojados en el mejor sitio de la isla. Aquí sopla bastante el aire y está algo nublado.

Día 5: Marcos y Cordero y Los Tilos


Seguramente la excursión de Marcos Y cordero era a la que más ganas teníamos. No se muy bien por que, quizás porque Eva ya la había hecho cuando vino embarazada de Martín, o quizás porque hay que atravesar unos cuantos túneles y llevamos los frontales para ello... Lo hemos ido posponiendo por si mejoraba el tiempo en esta zona, no ha sido así por lo que hemos tenido que venir el último día.

Antes de las 11h, algo tarde seguramente, estamos en el punto donde se toman los taxis. Vemos a alguien por allí, pero la cosa pinta mal, los taxis se han ido o están llevando a gente. Tras charlar un poco con unos catalanes decidimos ponernos en marcha. Descartamos la idea de hacer la ruta pues sin taxis parece demasiado. Así que nos ponemos a andar por lo que sería la parte final de la ruta: "El bosque de los Tilos". Al principio el bosque es abierto, poco a poco se va cerrando más. Cuando llevamos un rato subiendo llegamos a un mirador. Se hace difícil saber que nos deparará el mirador puesto que estamos rodeados de vegetación. Increíblemente nos encontramos sobre una roca que sobresale de la vegetación circundante y que nos permite ver donde nos encontramos.



Seguimos subiendo a buen ritmo, pasando por sitios cada vez más chulos. Cuando llegamos al final del camino, donde empieza un barranco, nos damos cuenta de que queda poco para llegar a los nacientes de Marcos y Cordero. Efectivamente, comenzamos a ver gente bajando. Son los que han cogido el taxi que están haciendo el recorrido en el sentido habitual. Nos cuentan que no queda mucho y alguien nos dice que hay trabajadores en los túneles. Nos animamos pues pensamos que si hay suerte y alcanzamos a estos trabajadores quizás podamos bajar con ellos por el otro lado. Con nuevas fuerzas subimos el barranco hasta el naciente de Cordero (creo). El agua parece salir de la montaña y la recoge una acequia que tenemos que seguir. Lo bueno es que ya hemos llegado a lo más alto del recorrido, hagamos lo que hagamos ya sólo nos queda bajar.




Decidimos seguir adelante y que sea lo que tenga que ser. Seguimos la acequia hasta el siguiente naciente (Marcos). Este si que es espectacular pues cae muchísima agua. Ya hemos pasado un par de túneles pequeños. El que está justo antes (para nosotros después) del naciente es, seguramente, el más espectacular. En medio del túnel hay varias aberturas por donde cae el agua y además podemos observar el naciente que hemos dejado atrás. Las vistas de la montaña son una gozada. Todo el día hemos caminado entre la niebla a ratos más densa y a veces casi transparente. Las montañas se ven de otra manera con esta niebla que las envuelve, de alguna manera impregna todo de magia y tranquilidad. Al salir del túnel resulta que el agua abandona la acequia y baja por la pendiente. El resto del recorrido ya no tendremos el sonido del agua corriendo junto a nosotros.


Tras un par de túneles y unas obras donde no hay nadie, nos convencemos de que no vamos a encontrar a los trabajadores. Paramos a comernos un bocata con mucha rapidez pues aunque vamos bien de tiempo, tampoco hay que demorarse mucho por si se nos hace de noche. Pasamos muchos túneles, creo que son 15 el total de la ruta, algunos cortos en los que se ve la luz al otro lado y otros muy largos de más de 300m. Varios de ellos tienen agua por lo que vamos metiendo los pies en ella. A veces nos hemos subido a la propia acequia, lo malo es que el techo no es muy alto y nos hemos llevado algún coscorrón.

El final del recorrido nos acaba de confirmar que tendremos que bajar caminando. No hay nadie ni se le espera. Si prisa, pero sin pausa comenzamos a bajar. Primero por la pista por la que suben los coches y luego por caminos que atajan el recorrido. Como no hay atajo sin trabajo, nos cuesta algún resbalón y culetazos en el suelo a causa del barrillo que tienen las piedras. En teoría son dos horas de bajada y algo menos hemos tardado en llegar al pueblo de Sauces ya estamos algo cansados, sobre todo porque en la última parte la pendiente es muy fuerte. Al primer hombre que vemos, está en la puerta de su casa, le preguntamos que donde podemos tomar un taxi para ir a por nuestro coche. Es encantador y se ofrece a llevarnos, dice que no le cuesta nada. Da una voz a su mujer y nos acerca. Menos mal, porque aún nos quedaban 5km de carretera.

Nos ha parecido una ruta chulísima, hemos disfrutado mucho a pesar de lo larga que ha sido. Hemos tardado unas 7h en hacer todo el recorrido, que teniendo en cuenta que lo hemos hecho al revés, subiendo por la parte más dura, no está nada mal.

Día 6: Visita al Roque de los Muchachos

Teníamos concertada la visita al observatorio del Roque de los Muchachos para el día después de nuestra llegada. Debido al mal tiempo que ha estado haciendo nos lo habían suspendido y nos lo han puesto para hoy. Ya hemos andado todo lo que teníamos que andar en la isla por esta vez, después de la paliza de ayer hoy nos lo tomamos de relax. La visita es en inglés y en castellano, la chica que la realiza es muy amena y cuenta cosas interesantes. Lo mejor es la entrada al observatorio Canarias, donde se encuentra el telescopio más grande del mundo. Están haciendo labores de mantenimiento pues se usa principalmente de noche.




Tras la visita recorremos los miradores que hay junto al Roque de los Muchachos. Hay una vista de Norte a Sur de la isla muy chula. Delante nuestro se encuentra el famoso bastón que conforman los volcanes. Como no puede ser de otra manera las nubes están por debajo por lo que la cadena de volcanes sobresale como si estuviera apoyada en las nubes. La caída que tenemos delante es la Caldera de Taburiente, que se ve enorme desde aquí arriba.





Comemos en la zona de Barlovento y pasamos la tarde visitando las piscinas naturales de la Fajana y Charco Azul.

Nos vamos encantados de la isla y con la sensación de que nos queda muchísimo por recorrer. Sin duda es una isla que hay que conocer caminando, de otra manera te quedarás con una impresión superficial. Así que más que adios tendremos que decir hasta la próxima vez o hasta las próximas veces.

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