Por la selva en busca de las ruinas de EL MIRADOR (16/08/06 al 27/08/06)
No es un dinosaurio!, son monos aulladores!
Hola chic@s!
Aquí estamos de nuevo. Esta vez os contaré una pequeña aventurilla por Guatemala y poco más. Mañana voy a Tegucigalpa, capital de Honduras, para el tema del voluntariado.
Crucé a Guatemala por una frontera fluvial, el río Uxumacinta. La verdad es que oficialmente no he salido de México porque el hombre que trabaja en inmigración no había aparecido por allí en los dos últimos días. Así me fui a Guatemala un poco preocupado, el de inmigración de este país me dijo que me iba a ayudar y me sello el pasaporte sin más. La primera impresión de Guatemala es tal y como la esperaba, un lugar muy verde y lleno de pequeñas colinas. La gente parece vivir a un ritmo lento, sin prisas. Así llegué a Flores un pequeño islote en el lago Petén. Es una ciudad para turistas y todo tiene un precio bastante elevado, con respecto al resto del país. Llevo una idea en la cabeza, visitar las ruinas de El Mirador, he leído en la guía que son dos días caminando por la selva para llegar hasta allí y otros dos de vuelta, pone que son muy duros…. Busco algo de información y también espero a que se apunte alguien más ya que para una persona sola el viaje es bastante caro.
Mientras, visito las ruinas de Tikal. Son las más importantes, seguramente, de Guatemala. Una auténtica ciudad, bastante restaurada y espectacular en la que se puede apreciar claramente el nivel al que llegaron los Mayas. A la entrada me junto con tres chicos de Valencia para tomar una guía y que nos salga a todos más barato. Justo antes me había dado cuenta de que había olvidado la cámara de fotos en el hotel, son dos horas de viaje y me había levantado a las 5a.m., no la vi y me vine sin ella. Le he pedido a los valencianos que me envíen las fotos, si hay suerte las podréis ver y si no, pues os libráis de ellas. A lo que vamos, la guía no es que supiera demasiado, pero algo de información si que nos dio y lo mejor es que te lleva por el sitio viendo todo sin que tu tengas que ir buscando los caminos. Aquí las construcciones tienen su propio estilo, suelen ser estructuras con cuatro edificios situados uno en cada punto cardinal. Hay unos que se llaman pirámides gemelas porque hay una al este y otra al oeste iguales, al norte suele haber un edificio ceremonial y al sur un palacio. Construían un grupo de estos cada 20 años que eran para ellos periodos muy importantes. Para conmemorarlo invitaban a personajes importantes de otros lugares, algunos tan lejanos como Teotihuacan cerca de Ciudad de México. También hemos visto unos agujeros dentro de la tierra que se usaban como neveras o despensas. Para ir de un lugar a otro se siguen unos senderos por la selva. De repente nos topamos con una colina bastante alta, es el sitio más alto de Tikal. Nos dice la guía que es obligatorio subir. Así que vamos para allá. La vista es una pasada, más allá están otros templos muy altos y que destacan entre la vegetación. El sol cae de plomo, casi no se aguanta allá arriba, además como tenemos el sol de frente, el resto de edificios se ven en sombra, con lo que no se aprecian del todo los detalles, apenas si se ve un edificio sobresaliendo de la vegetación. De aquí vamos a la zona del Mundo Perdido que es donde vivían los que se dedicaban a la observación de los astros y que controlaban además el calendario. No se si os he contado ya que el calendario Maya fue hasta hace muy poco tiempo el más exacto que ha existido nunca, tenía 365 días. Se puede subir a una pirámide, la guía nos dice que subamos si queremos, pero que no es tan alta como la anterior. Por supuesto que subimos y arriba, ¡dios, que pasada!, probablemente la mejor vista desde ninguno de los templos que yo he visto. Esta pirámide es un poco más baja que los edificios de por aquí, gracias a eso es un mirador inigualable. Se ven perfectamente, ahora sí, todos los edificios altos del sitio. Los más chulos son los de la gran plaza que resaltan espectacularmente, hay edificios que se levanten como espadas hacia el cielo, parece imposible que hace 1500 años construyeran cosas así, tan perfectas. La gran plaza también tienen cuatro puntos, dos pirámides enormes a los lados son la Gran Jaguar y la de su esposa, a los otros lados están dos acrópolis que son grupos de edificaciones. Se puede subir a la pirámide de la esposa y desde arriba la vista de la plaza es magnífica, te imaginas este lugar en su día lleno de gente. Algo así como cuando se ve una imagen de la puerta del Sol desde lo alto.
Después de regresar de Tikal me confirman en la agencia que sale el viaje, iremos seis personas, tres harán cuatro días dos más junto conmigo haremos cinco días. Me cuesta 170 dólares, luego hablando con el resto resulta que soy el que menos paga, menos incluso que los que hacen cuatro días. Bueno, al lío que ha sido una pasada. Salimos muy temprano de Flores a un pueblo llamado Carmelitas, donde cargan las mulas y desde donde vamos a empezar a andar. Al poquito empezamos a tomar contacto con algo de barro, vamos sorteándolo como podemos, pero no hay demasiado. Hace varios días que no llueve y la mayoría de las zonas están algo secas, eso sí el camino está lleno de agujeros, por lo que hay que ir con cuidado de no torcerse un tobillo. Los mosquitos empiezan a hacernos notar su presencia, este es su lugar y tu eres un intruso. Mientras se va andando no hay mucho problema, lo peor es cuando te paras, entonces si que te comen vivo. A veces el camino es algo ancho otras veces es muy estrechito y va entre la vegetación, constantemente vamos sorteando árboles caídos, agachándonos para no darnos en otros, apartando ramas, clavándonos pinchos…., todo eso dentro de un calor y una humedad bastante considerables. Eso si, la gente todavía está fuerte y con muchas ganas, vamos hablando bastante. En una de las zonas de barro, que todavía tratamos de evitar como podemos, a uno de los ingleses se le queda la bota dentro del barro, se ha cagado en todo. Tras unas siete horas de marcha, marcha rápida nada de un paseo por la selva, llegamos al Nacimiento, el lugar en el que vamos a acampar esta noche. Vienen tres “guías” con nosotros. Alex, un menda que creció en Estados Unidos y que es un poco un buscavidas. Jaime, que es un chavalín del pueblito que parece que acaba de empezar en esto de la selva y Ángel que es el que de verdad sabe de que va esto, él es el que guía las mulas, el que conoce los caminos, el que sabe todo aquí, el que carga las mulas, el que las descarga, el que las da de comer… La gente tiene intención de bañarse en la laguna que hay allí, pero ¡mala suerte!, hay lagartos (cocodrilos), a unos metros vemos uno con el hocico y los ojos asomando del agua. Nos lavamos como podemos y ya está. Por la tarde descarga una buena tormenta, Ángel que se ha ido a dar de comer a los mulos vuelve empapado, para darles de comer busca un árbol llamado Ramón, se sube con ayuda de unos pinchos que se pone en las botas y corta ramas que encantan a los animales. Ha sido algo duro, pero todavía estamos bien, nos han hablado de que cuando esto lleva mucha agua es realmente fuerte. Dormimos en hamacas envueltos en una mosquitera, porque aquí los mosquitos no paran en ningún momento, sólo hay un poco de paz cerca del fuego, el humo los ahuyenta bastante.
El segundo día vamos a llegar a El Mirador, la primera parte se hace muy bien pues el camino está seco. Al igual que ayer, la sensación es un poco oprimente ya que no se ve la luz del sol en casi ningún momento, vas todo el tiempo con una capa de vegetación por encima de tu cabeza, como si fuera un techo. De repente tenemos encima nuestro un grupo de monos araña, tienen unas extremidades muy largas y la cola parece un brazo más, se mueven por los árboles saltando con mucha gracia y elegancia. Bob, el que ayer tuvo que sacar su bota del barro, va sudando como si fuera un grifo, se le ve bastante cansado y hastiado, el ritmo tiene que ser más lento. Esto parece una carrera de obstáculos, tanto saltar un árbol, apartar vegetación o agacharse porque hay un árbol. De repente llegamos a una zona que es un auténtico barrizal, aunque vamos por el borde e intentando no meter los pies en el barro, se hace imposible. Muchas veces vamos pisando el barro que se mete por encima de nuestras botas, los calcetines ya van empapados. Creo que hemos tardado más de media hora en salir, algunos estamos encantados, a otros ya se les empieza a ver el esfuerzo en la cara. Alex y los dos chicos ingleses van bastante tocados, lo han pasado mal en el barrizal. Todavía tenemos otro rato de buen camino antes de llegar a una zona que llaman El Pedernal, aquí si que hay agua y barro, y encima se pone a llover un montón. Un mulo se ha caído dos veces y ha habido que quitarle la carga para que se pudiera levantar. Esto empieza a ser una pequeña odisea. Tardamos doce horas en llegar a El Mirador, encima los que van a hacer cuatro días tienen que visitarlo en un rato, esta tarde, antes de que anochezca, porque mañana ellos se van. Apenas si están algo más de una hora para ver algunas cosas y lo peor, nos daremos cuenta mañana es que es Domingo y los trabajadores no están trabajando, eso hace que se pierdan lo mejor de este sitio. En este lugar hay unas trescientas personas trabajando en el sitio, hay unos cincuenta arqueólogos y personal especializado, el resto son trabajadores de la región que, gracias a lo que hacen, resulta que saben muchísimas cosas. Como hoy era su día libre, muchos se han pasado por nuestro campamento y han estado charlando con nosotros. Les interesa saber como está el camino ya que dentro de poco acaba su trabajo y vuelven a sus casas, habrán estado trabajando dos meses y medio aquí sin parar.
Hoy vamos a visitar las ruinas, somos tres pues voy con dos chavales franceses, uno de ellos habla bastante bien el castellano. Vienen con nosotros Ángel y Jaime pues el resto se ha marchado esta mañana. Además es hoy el día de mi cumpleaños, nunca había cumplido años en medio de la selva… Ha sido muy chulo, en muchas de las ruinas que he estado, me he preguntado: ¿cómo sería esto cuando lo encontraron? Aquí llevan trabajando apenas 4 años. Casi todo está por descubrir, algunos de los montículos a los que se sube, se sabe que son pirámides, pero en realidad tu no ves las rocas por ningún lado. El tiempo, el clima y la vegetación se han encargado de cubrir estas pirámides con un manto de tierra y árboles. Lo más chulo ha sido que en todos los lugares donde están excavando hay un arqueólogo y todos ellos se detuvieron un rato para contarnos lo que sabían del lugar, lo que estaban buscando y por que, lo que ellos pensaban, lo que acababan de encontrar…. Lo hacen así porque somos pocos los turistas que llegamos hasta allí, y además porque es necesario para que mucha de la gente de los pueblitos pueda ganar algo de dinero. Además los guías que nos acompañan por la selva son gente con muy buena voluntad, pero poco conocimiento. Ángel nos ha echo esperar hasta las 8h30 para que ya los arqueólogos estén trabajando, el irá pidiéndoles a algunos que nos cuenten algo, a otros no hará falta ya que enseguida se lanzan a contarnos en lo que están trabajando.
El primer lugar que visitamos es La Danta, es la pirámide más grande. Por el camino nos encontramos con el arqueólogo encargado de ella, Paco López. Vamos hablando del lugar mientras subimos las primeras plataformas que pertenecen a la pirámide. Son plataformas enormes, creo que la de abajo mide 300 x 600m. En la parte alta están realizando trabajos, parece una obra de albañilería, todo lleno de andamios, toldos, arena, cemento… Cuando te fijas más resulta que no es eso, están quitando arena y piedras, en algunos puntos tienen que asentar los muros para que no se les vengan abajo cuando quitan algún árbol. Tienen especial cuidado con todo lo que son restos mayas, ya sean piedras, estuco (una especie de yeso que recubría algunos edificios), cerámicas, … Según nos hemos ido acercando, vamos oyendo a los monos aulladores. Nunca los había tenido tan cerca, es verdad que parecen dinosaurios por el ruido tan fuerte que hacen. Me parece increíble que sigan trabajando allí y no hayan salido corriendo despavoridos. Paco empieza a contarnos cosas, de como era antes esto, de como trabajan, de lo que están descubriendo. Cuando nos acercamos a donde están los monos, dejamos la explicación y nos ponemos a verlos y a sacarles fotos. Los tenemos encima de la cabeza, es impresionante el ruido tan ensordecedor que hacen. Suelen gritar en la mañana y a la tarde y Paco nos dice que también cuando cortan algún árbol. Eso no les debe hacer mucha gracia. Hemos subido, por unos andamios, a la parte alta de la pirámide. Allá está México, por allí está Tikal, donde estuve hace unos días…, pero no se distingue mucho todo es verde alrededor y parece que nunca se va a acabar.
Un poco más abajo es una arqueóloga la que nos cuenta, entusiasmada, su último descubrimiento. Están destapando la escalinata principal que sube a la pirámide y de repente han encontrado un piso con diferentes suelos y a distinto nivel que la escalera, aún no saben que puede ser ni donde les puede llevar. También nos ha mostrado restos de cerámicas recién encontrados. Cada arqueólogo nos muestra su entusiasmo con sus cosas y sus búsquedas.
Una de las últimas cosas que están abriendo es el túnel, está debajo de la acrópolis y han descubierto cosas muy interesantes. Los Mayas construían, muchas veces, sobre edificios anteriores, los cubrían por completo. Lo que hacen los arqueólogos es cavar un túnel para llegar al edificio anterior que suele estar bien conservado y además aún guarda pinturas o figuras que no han sufrido erosión. Según recorremos el túnel los trabajadores van sacando piedras, es inevitable pensar que se te puede venir todo encima. Han descubierto ya dos mascarones, uno de ellos muy grande, conservan restos de pinturas. Para nuestros ojos es difícil distinguir algo más que una mancha de pintura, pero los trabajadores nos van explicando que es lo que se puede ver y con algo de imaginación sale una figura, una cabeza alada.
Por la tarde estará lloviendo, La Acrópolis es el edificio que más ha sido estudiado, mucho de él está reconstruido, lo tienen techado para que la lluvia no vuelva a arruinarlo. De repente viene un hombre y nos ponemos a hablar con él, es un americano que resulta ser el responsable del proyecto, el jefe. Nos ha contado que el no restaura nada que no haya encontrado, que él no inventa nada. Ha sido un gusto hablar con él, se le ve entusiasmado con su proyecto. Luego Ángel nos ha contado que da trabajo a las personas mayores de las poblaciones. Se dedican a barrer un poco los caminos, sin ninguna exigencia, y que para que no tengan que hacer el viaje de dos días hasta allí, aprovecha los viajes del helicóptero para llevarlos hasta su población. Me imagino que debe ser algo increíble para un abuelito de estos, llegar a su pueblo en helicóptero. Las pirámides que visitamos por la tarde, no están excavadas, subimos a ellas para disfrutar de las vistas.
Como lleva dos días lloviendo, la vuelta se hace bastante dura. El primer día hay bastante barro a lo largo del camino. Ya no miramos mucho donde ponemos los pies, se mojan y listos. Andamos bien y deprisa, pero las 7h30 no nos las quita nadie, sólo hemos parado una vez a comer algo. Es mejor así ya que cuando paras los mosquitos te comen. Cogemos una rama con la que nos vamos abanicando con el fin de que no nos piquen demasiado. El último día hay que salir pronto, porque tenemos que tomar un transporte en Carmelitas. Aunque el transporte nos va a esperar hasta la hora que sea, la idea es llegar hacia las 12h. Todo el camino es un barrizal, los dos chavales franceses van cansados, se paran de vez en cuando y agachan la espalda como buscando aire. Miran como diciendo ¡que paliza!, hasta a Ángel se le ve cansado, dice que se ha echo daño en un pie. Jaime va encima de un caballo, así que ese tiene menos problemas. Hemos tardado 5h30 en llegar al pueble, ha sido una gozada salir por fin del barro y pisar la pista de tierra. Según nos dicen ese es el tiempo que se tarda cuando es verano y no hay barro, los compañeros que vinieron ayer tardaron 4h más y llegaron rotos.
Más o menos me viene bien visitar las ruinas de Copán en Honduras, de camino hacia la capital donde me encontraré con la gente de Ayuda en Acción para hacer el voluntariado. La ciudad de Copán es muy chula, un lugar muy relajante, muy tranquilo. Las calles están adoquinadas, hay poco tráfico y la gente no parece tener prisa. Lo único malo ha sido que ha llovido las dos tardes que he estado aquí, por lo que no he tenido oportunidad de recorrerla mucho. Las ruinas de Copán están a apenas un kilómetro del pueblo. Son famosas porque se han encontrado muchísimas figuras muy bien conservadas. En la entrada hay un grupo de muy vivos colores chillando, suelen estar siempre allí, imagino que les darán comida y se sienten seguros. Lo primero que visito es la plaza de las Estelas, hay bastantes de estas y se aprecian muy bien las figuras representadas. En algunas por la parte de atrás hay glifos, que son escrituras que cuentan la historia de algún gobernante y que muestran también el año en que se construyó la estela o el periodo de reinado. La plaza es amplia, sus pirámides son más bien bajitas. Más allá está el campo de juego, es de los más grandes que he visto y tiene tres marcadores en cada lado. Parece ser que las reglas del juego eran algo diferentes en cada lugar, no así el propósito y el final del juego que acababa con el sacrificio del jugador o jugadores más importantes del equipo ganador. La joya de Copán es la escalinata de los Jeroglíficos, todos los peldaños están esculpidos y narran la historia de la ciudad. Está cubierta por una especie de lona para su conservación, pero se ve perfectamente que todos los escalones estaban tallados, también los bordes de la escalinata.
Hay aquí un museo muy interesante. Es el primero que visito, hasta ahora he tenido mala suerte y o estaban cerrados o era el día en que el museo no se abría. Tienen muchas de las figuras encontradas en las ruinas y unos paneles explicativos que cuentan el lugar donde fue encontrado y el significado que se supone tiene la figura u objeto. También hay un edificio que pretende ser como sería en la época Maya, es todo de color rojo fuerte y tiene figuras casi monstruosas por todos lados, también tiene elementos pintados de blanco y de azul.
Bueno chicos, ya estoy en La Libertad. Aquí voy a pasar cuatro semanas tratando de enseñar algo de informática a los niños.
Salud, república, rock’n'roll y, “para todos, todo”.
Besitos
Ricardito (Your working boy)
Hola:
ResponderEliminarHe llegado a tu blog por recomendacion de tu amigo Juan. Este verano pasare tres semanas en Guatemala aunque a un ritmo sensiblemente mas pausado que el tuyo. Pense que la travesia hasta El Mirador era una de esas cosdas que aparecen en las guias pero nadie en su sano juicio realiza jamas. Me encanta que haya gente tan sabiamente loca como tu. Un abrazo!!
Ismael — 16 May 2007 @ 4:10 pm
hola somos hondurenas y queremos desirte q estas chidas tus fotos espero q pongas mas y q los demas conoscan mas sobre nuestro pais
ResponderEliminarcindy y kimberly — 4 January 2008 @ 10:15 pm
quiero ver mas paisajes hermosos
ResponderEliminaresther — 20 October 2009 @ 9:45 pm
Hola! Soy de Guatemala y me encanta la idea que menciones acerca del proyecto de El Mirador, yo muero por ver la Danta descubierta en su totalidad,tus fotos están muy bonitas y la anécdota me refirio por completo al viaje que hiciste, gracias por compartirlo. Saludos!
ResponderEliminarMariela — 18 October 2010 @ 9:27 pm
Hola soy de Guatemala y me da mucho gusto que gente como tu esten interesados en el nuevo descubrimiento llamado El Mirador, nos puedes contar como llegastes hasta ese lugar y cuanto pagastes, para poder ir. Felicitaciones y pon mas fotos.
ResponderEliminarLuis Escobar — 8 October 2011 @ 7:25 am