En el pirineo francés, por la zona de Navarra. Con Tomás, Andrés, Jose Luis y Jontxu.
Fin de semana completito, pues hemos hecho también una arista subiendo
al pico Ezcaurre. Llegamos al puerto de Belaua sobre la una de la
mañana del sábado. Nos levantamos pronto pues aún nos queda una hora
hasta el lugar donde empieza el barranco. Allí hemos quedado con Jose
Luis y Jontxu que vienen desde Bilbao. Es un lugar bastante turístico,
ya que la gente viene aquí a visitar las Gorgas de Kakouetta, que será
por donde bajaremos nosotros tras acabar el descenso del barranco.
Mientras esperamos, tomamos un café, dos euros con veinte cada café,
¡vaya sablazo!
A lo que vamos! Por suerte vamos con dos coches, así que no tenemos que hacernos la subida hasta el inicio del barranco, un cuestón que nos llevaría unas dos horas más o menos. Hemos perdido un ratito porque no estamos muy seguros del lugar donde hay que dejar el coche para empezar el barranco. Una vez que lo tenemos claro, preparamos el material y vamos hasta donde empieza el río, a apenas cinco minutos.
Ya lo decía la reseña que tenemos del barranco, que es muy resbaladizo. Hay que ir todo el tiempo pendiente y con las manos preparadas, ya que todas las piedras resbalan muchísimo. Por otro lado, la vegetación es exuberante, todo es verde y hay muchísimos troncos de árbol caídos en el río.
Sin darnos cuenta vamos llegando a los primeros resaltes, que destrepamos sin mayores problemas. De vez en cuando hay que sacar la cuerda para hacer algún pequeño rápel. Cada vez los rápeles con más grandes, algunas veces se enlazan un par de cascadas en la misma bajada. Hay que tener cuidado al empezar a bajar para no resbalarse.
Una sucesión de rápeles nos llevan hasta la zona más escavada y estrecha del barranco. Las paredes son altísimas a ambos lados y el pasillo por el que pasa el agua tendrá entre uno y dos metros de ancho. Un montón de troncos apilados marcan el descenso más vertiginoso de este barranco. Vamos enlazando casi sin transición unos cuantos rápeles muy largos, varios de más de cuarenta metros. Un rápel te lleva hasta una poza de agua, hay que arrimarse con cuidado al borde porque el siguiente son cuarenta metros de bajada. Baja el agua justa, por lo que se puede rapelar perfectamente por la cascada sin que el agua incomode la bajada.
Una vez terminada esta zona, volvemos a bajar resaltes y pequeños rápeles, hasta llegar al final del barranco que enlaza con las gorgas de Kakouetta. Se echa en falta en este barranco algún tobogán y algún saltito. No hemos echo ninguno, ni siquiera uno pequeñito. A causa de los rápeles y de lo resbaladizo del suelo, este barranco es técnicamente duro, acabas cansado de la tensión constante para no caerte demasiado.
Nos las prometíamos felices para la bajada, sin imaginarnos lo que aún nos esperaba. Un caminito, poco marcado sale a la derecha de las gorgas y lo tomamos sin más, entre bromas. Cuando nos queremos dar cuenta, estamos enmarronados, el camino es muy resbaladizo y además está en medio de una fuerte pendiente. En algunos lugares incluso hay un cortado a apenas unos centímetros de donde ponemos los pies. Lo peor es que no tienes seguridad ninguna en el suelo sobre el que pisas, a causa del barrillo que lo cubre. Además todo está lleno de vegetación virgen, parece una selva. Hay que ir con mucho cuidado de no pisar un agujero y caer unos veinte metros de golpe hasta las piedras que hay allí abajo. Hay un momento en el que el camino no para de subir y tenemos dudas de que hacer, si darnos la vuelta e intentar bajar por el río. Por suerte un poco más adelante, el camino se vuelve un poco más transitable y poco a poco bajamos hasta llegar de nuevo al cauce del río y un poco más allá a unas pasarelas por las que se bajará fácilmente hasta la carretera. Hemos pasado algo de miedo, menos mal que ya se ha acabado.
En esta zona de pasarelas, de repente vemos un agujero en la pared, del que cae una cascada. Al lado del agujero hay un par de hombres colgados, son espeleologos, que están haciendo una práctica. Andrés comenta, mira “hay seres humanos ahí colgados”, al poco aparece un hombre en la entrada de la cueva y un poco más tarde otro que está bajando en una camilla, lo están grabando por video, son unas prácticas de rescate.
¡Qué maravilla y locura!. Cada día me dais más miedo. Me gusta eso de tiraros las cuerdas a la basura, aunque por otro lado nos perderíamos estas imágenes tan maravillosas. Por favor, tened cuidado. Besos
ResponderEliminarSi yo veo las fotos y me da mucha envidia, pero cuando exista el teletransporte. Es que la vuelta dura esa no la veo.¡Menos mal que no fui!, ¡Vaya paliza!.
ResponderEliminarYo creía que siempre había que tener los pies bien plantados en la tierra, pero después de esta narración y estas imagenes, me parece que me estoy perdiendo cosas que merecen mucho la pena.
ResponderEliminarMe han encantado las fotos y me han producido envidia sana, enhorabuena por tan gratificante experiencia.
Hola figura!!
ResponderEliminarBuscando en internet barrancos en Marruecos he caido en tu página y ya que estamos me gustaria preguntarte si has hecho algún barranco por allí en alguno de tus viajes. Me voy con unos colegas en Octubre y estamos buscando información asi que si me puedes ayudar te lo agradecería.
Un saludo y…. hasta donde lleguen las cuerdas….