Hicimos esta Alta Ruta muchos de los que habíamos estado en el Stelvio,
también Matteo como guía. Algunos lo tuvieron que dejar a medias, otros
estuvieron a punto de abandonar. El último día, en la última bajada
hacia Zermatt me caí y me he fracturado el hombro izquierdo. Tengo el
brazo en cabestrillo y no puedo escribir bien. Las cenizas del volcán
islandés también han querido participar en este viaje y nos hicieron
hacer un viaje de vuelta digno de un show televisivo.
Ya he empezado la rehabilitación. Al final ha sido más de lo que parecía, se me soltó el manguito de los rotadores (si, todos tenemos eso en nuestros hombros y no tiene nada que ver con la “junta de la trócola”). Me han tenido que intervenir y me han puesto dos tornillos. Me han dicho que la rehabilitación será prácticamente total, me estoy esforzando todo lo que puedo para recuperarme cuanto antes.
El viaje de ida ha sido en dos grupos. Unos fueron en coche y otros en avión. Poco a poco nos fuimos juntando en Argentiere, desde donde empezaremos nuestra ruta. Del viaje al Stelvio repetimos unos cuantos: Fernando, Ivo, Jaime, JuanRa, Oscar y Rafa. Se han apuntado algunos nuevos: Juan, Miguel Oscar y mi amiga Maria. Además nos acompañará Carlo un par días. Nuestro guía vuelve a ser Matteo que esta vez viene con Gianluca como guía y Fabiana que es una cliente como nosotros.
Como españoles que somos el primer día empezamos muy tarde, nos ha pasado de todo, y eso que habíamos comprado los tickets para el teleférico el día anterior. A la hora que hemos dicho estamos todos en la puerta del hotel, el fallo será que se decide bajar los esquís en el coche para no tener que cargarlos…., mientras la mayoría estamos en la cola para subir al teleférico, los del coche están aparcados esperando que vayamos a recoger los esquís. Los de la cola estamos nerviosos pues no le vemos por ningún lado, pensamos que se han pasado, o, no sabemos que…, JuanRa se ha subido a una barandilla con las botas de esquí, ayudado por los demás, no ve nada. Esllos esperando que fuéramos a buscar los esquís y nosotros esperando que vinieran para saber donde estaba el coche. Entre eso y que había mucha gente por ser domingo, salimos más de una hora tarde. Aquí no acaba la cosa, al final del telesilla resulta que a Rafa se le ha caído el GPS, se baja con Gianluca a buscarlo. Como ya es tarde en el telecabina de les Gands Monets tenemos que esperar más de una hora de cola. Poco a poco vamos llegando. Rafa y Gianluca han subido enseguida y, lo que es más increíble, han encontrado el GPS.
Por fin estamos listos para empezar la travesía. Les Gands Monets es un collado con unas vistas que cortan la respiración. A un lado se encuentra el valle de Chamonix con la Aiguille du Midi en primer término y el Mont Blanc detrás. Por la otra vertiente del collado está el Glaciar de Argentiere, hacia donde bajaremos, y el collado de Chardonet, hacia donde se dirige nuestra ruta. Cogemos la primera bajada de la ruta con muchísimas ganas. Comenzamos a sentir las sensaciones de llevar una mochila algo cargada a la espalda. Con bastante rapidez llegamos al glaciar de Argentiere, aquí pondremos las pieles de foca por primera vez para comenzar la primera subida.
Una fuerte rampa nos hace entrar en calor. Cada vez estamos más cerca del collado de Chardonet, uno de los escollos más serios de la ruta. A unos metros del collado paramos para quitarnos los esquís y poner los crampones ya que en el collado hay poco sitio y es mejor hacerlo lo más dinámico posible. Este collado hay que bajarlo rapelando, se supone que si la nieve está bien hay quien lo baja esquiando y a veces se puede bajar rapelando con los esquís puestos. No es el caso, ya que hay una huella profunda de pisadas que impide cualquier maniobra con esquís y que dificulta mucho la bajada en rápel. Gianluca y Matteo han colocado la cuerda, Juan se ofrece a bajar el primero, a unos dos metros de nosotros desparece de nuestra vista por lo que parece ser una pared bastante vertical. El siguiente voy a ser yo que quiero bajar rápido para poder hacer fotos, pero Miguel Oscar ha dicho que quiere bajar él. Le dejamos porque tiene vértigo y es mejor que no esté esperando. Baja sin ningún problema, cualquiera diría que tiene vértigo, quizás tenga algo que ver los ánimos que todos le hemos ido dando.
El rápel se me hace algo difícil. El principal problema es que no lo hacemos nosotros sino que Matteo y Gianluca nos van descolgando. El problema que tiene esto es que vas un poco a tirones según te van dando cuerda. A veces te vas cayendo por los escalones enormes ya que han soltado cuerda de repente. En un par de minutos estas abajo. La situación es un poco caótica ya que vamos bajando varios grupos a la vez. Nosotros lo hacemos por el centro, va bajando gente a ambos lados. El de nuestra izquierda es el más curioso ya que los van bajando de tres en tres.
Una pequeña bajada y una diagonal nos acercan al collado de Salenia (Suiza). Algunos nos quitamos los esquís y subimos andando, otros ni se los han quitado. Ya estamos en Suiza y nos queda una gran bajada.
El problema es que es bastante tarde y hay algo de niebla que dificulta mucho la visibilidad. Más que bajar esquiando lo que hacemos es ir navegando, todos juntos detrás del guía y parando cada poco para decidir por donde vamos. Pasamos muy cerca del refugio de Trient y continuamos la bajada. Los GPS’s nos indican que estamos cerca del paso, pero no lo acabamos de ver claro. Sabemos que tenemos que remontar un collado pero no sabemos cual es. Hemos subido a un pequeño resalte, los guías deciden que nos damos la vuelta para intentar dormir en el refugio de Trient. No estaba nada clara la bajada por el lugar donde estamos. Aunque algunos se han venido abajo por tener que volver a poner las pieles y tener que subir al refugio de Trient por donde hemos pasado hace un rato, todos pensamos que la decisión ha sido la correcta, lo más seguro para todos. Estamos quitándonos los esquís para poner las pieles cuando oigo a Oscar gritar, “¡el esquí, cogerlo!”. Ha debido pasar a mi lado, pero ni lo he visto. Ha sido el de Fabiana que al quitárselo ha cogido pendiente y… ¡adiossss! Nos quedamos todos paralizados, nos podía haber pasado a cualquiera, afianzamos los demás para que no se vaya ninguno. Gianluca le deja sus esquís y sube andando, mientras Matteo baja a ver si lo puede encontrar, imposible, hay bastante niebla y se abren unas grietas curiosas ahí abajo.
En menos de una hora estamos en el refugio. El problema es que, claro, no tenemos reserva. Está lleno pero nos pueden acoplar. Dormiremos en las habitaciones y en un cuarto que habilitan para nosotros. También nos dan de cenar una sopa y espaguetis. Esta será más o menos la cena estándar de todos los refugios. Nos han dado lo que tenían así que lo hemos repartido lo mejor que hemos podido. Jaime empieza a demostrar que es un buen conseguidor, ha venido con una segunda fuente de espaguetis. Como no tenemos sitios asignados, tenemos que esperar a que todo el mundo esté acostado para distribuirnos. Ha sido un día largo y lleno de incidentes, sin embargo lo hemos pasado bien y estamos contentos.
Matteo y Gianluca han estado haciendo malabarismos con los esquís para que Fabiana pueda bajar, el problema es el número de pie. Finalmente baja con uno de sus esquís y el otro de Jaime. Este a su vez baja con los esquís de Matteo que bajará caminando. El refugio se ha puesto en marcha rápido, hace un buen día, muy despejado a estas horas de la mañana. Aunque por las mañanas la temperatura es más baja no ha hecho demasiado frío en ningún momento. Matteo se ha bajado antes puesto que va caminando. Los demás tardamos un poco en salir. Pronto empezamos a tener problemas, Miguel Oscar está todo el rato en el suelo. Se cae y luego le cuesta mucho ponerse el esquí en esta nieve virgen. Algunos le van ayudando, pero el parece cada vez más harto, no entiende que le pasa. Es un buen esquiador, pero al hacer un giro el esquí le salta. Tras un buen rato de caídas y esperas, alguien se ha dado cuenta de lo que pasaba…, tiene las fijaciones dinafit y se le había acumulado hielo en el agujerito de la puntera de la bota, al ser hielo no se veía e impedía que la fijación cerrara del todo. Se lo han quitado y ya no se ha vuelto a caer más.
En seguida hemos visto el collado por el que teníamos que haber subido ayer. Es un lugar espectacular, de los que no te imaginas que la ruta puede ir por ahí.
Al pasar al otro lado nos ha parecido ver por donde íbamos a bajar ayer. Un larguísimo corredor que llevaba hasta el valle. Menos mal que nos dimos la vuelta. A lo mejor lo hubiéramos bajado sin problemas, pero tampoco sabíamos si había salida ni en que condiciones estaba. Ha llamado Matteo por teléfono, parece ser que una guía ha encontrado el esquí que perdió Fabiana y nos lo va a bajar, ¡increíble! Esta bajada si que la disfrutamos. Muy larga y con nieves muy variadas, desde la nieve polvo de la parte alta hasta tramos con ella muy dura más abajo. También hemos pasado por una zona de árboles hasta llegar a unas casas donde nos espera Matteo.
La parte final es una pista que conduce hasta la carretera. Matteo se ha puesto un esquí y baja con una sola pierna.
Esta es la peor parte de la ruta ya que hay que cambiar obligatoriamente de valle en un vehículo. Son bastantes kilómetros y no hay manera de evitarlo. Llamamos a un taxi que nos recogerá en un rato. Mientras Miguel Oscar nos dice que se va a retirar que no está cómodo y prefiere irse. Juan se lo piensa también. Va muy cargado y le está resultando duro. Al final se convence de quedarse quitándose algo de peso al darle material a Miguel Oscar. También nos despediremos de Carlo, el amigo de Fernando, Nos lo hemos pasado genial con él, es un cachondo y esquía de maravilla.
Una pequeña decepción cuando el coche nos deja en nuestro destino. No hay mucha nieve, parece que tendremos que portear los esquís durante un buen rato. Hemos debido cargarlos durante más de una hora hasta llegar a la nieve, donde nos ponemos los esquís con alivio.
El plan es ir al refugio de Valsorey, lo que pasa es que hemos tomado mal el camino y nos hemos desviado. Al encaramarnos a una repisa nos damos cuenta del error. El refugio de Valsorey se encuentra al otro lado del valle a bastante altura. Tendríamos que bajar hasta el valle para volver a remontar más de lo que llevamos. Por suerte hay un refugio bastante cerca de nosotros. Matteo ha llamado y nos dice que si, que tiene sitio. Lo tenemos a la vista a apenas 20 minutos.
Es la Cabaña de Velan, un refugio muy nuevo que lleva un hombre sólo. El menda es un encanto y nos trata fenomenal. Además no hay mucha gente, un par de grupos además del nuestro. Llegamos con suficiente tiempo para cambiarnos y relajarnos un buen rato tomando cervezas antes de cenar. De vez en cuando nos asomamos fuera a ver el Gran Combin, que está encima del refugio al que deberíamos haber ido y que presenta una vista espectacular desde aquí. Hace mucho frío fuera, salimos lo justo para ver un poco hacer una foto y entrar rápidamente, con el plumas puesto. Además de la cena de rigor nos ha puesto un plato de queso de aperitivo, una maravilla de refugio. El problema lo tendremos mañana ya que tendremos que bajar y luego subir hasta Valsorey para llegar a donde tendríamos que empezar mañana. Así que habrá que salir pronto, hemos decidido empezar en cuanto amanezca.
Justo cuando está empezando a haber algo de luz Matteo me dice que vaya con él mientras el resto van acabando de prepararse. Son sólo diez minutos por un camino helado con los crampones puestos hasta llegar a la nieve donde nos ponemos los esquís. Un suave descenso, con muy buena nieve nos lleva hasta el fondo del valle donde volvemos a colocar las pieles para subir al refugio de Valsorey. Son 600m de desnivel que hacemos a buen ritmo en unas tres horas. Nos ha empezado a dar el sol un poco antes del refugio. La temperatura era fresca pero se iba muy bien, aún así se agradece mucho el calor del sol en el cuerpo.
La guarda del refugio nos ha echado la bronca por no haber venido anoche. Menos mal que no lo hicimos, hubiéramos llegado reventados. Paramos un rato a reponer fuerzas. Hemos tomado un pastel de manzana que estaba delicioso. La mala noticia es que Fabiana no va a continuar con nosotros. Dice que no puede seguir, le ha costado mucho llegar hasta aquí. Bajará por donde subimos ayer. Matteo lo ve razonable, cree que es lo mejor.
Aún nos quedan otros 600m de desnivel hasta el Plateau de Couloir. Los primeros son fáciles, una subida continua y agradable con zetas fáciles. Los últimos 200m son bastante más empinados, nos quitamos los esquís y nos separamos en dos grupos. Unos van con Gianluca y otros vamos con Matteo. La parte final es algo expuesta y extraploma un poco. Gianluca sube y pone una cuerda para ir ayudándonos a subir. Creo que la mayoría hemos pensado lo mismo, “Porque se empeñan en hacerlo, pero podríamos subir perfectamente sin cuerda”. Cuando nos llega el momento, la cosa cambia, subimos hasta una zona de rocas y ahí nos encaramamos para salvar el escalón, no es un paso difícil pero si expuesto… “¡qué bien se va con una cuerda por si acaso!”.
Estamos contentos, ya hemos subido lo más duro. Demasiado incautos, no sabemos lo que nos espera. Una bajada en la que disfrutamos muchísimo nos lleva hasta un lugar en el que nos quedamos perplejos…, todos pensábamos que sólo tendríamos la subida final al refugio y resulta que tenemos que seguir subiendo. Al menos la mayoría pues Oscar ha subido a lo bruto sin ponerse las pieles gracias a que tenía los esquís llenos de nieve y no le resbalaban. Llegamos extenuados a la parte alta, una elevación con bonitas vistas. Allí, de frente, está el refugio. Se ven tres cabañas a distintas alturas, todos queremos que sea la más baja, lógicamente es la más alta. Bajamos hasta el fondo del valle, una bajada como las que estamos teniendo en este viaje, más de llegar de un sitio a otro que de disfrutar esquiando. Mientras nos ponemos las pieles Matteo dice que nos llevará unos 40 minutos alcanzar el refugio, no le acabamos de creer, estamos algo cansados creemos que tardaremos mucho más. Matteo tiene razón, se sube muy bien y en el tiempo que ha dicho más o menos estamos en el refugio. Entre cambiarnos, colocar las cosas y la cena aún tenemos tiempo de tomarnos una cervecita fuera, aprovechando los últimos rayos de sol.
Anoche estuvimos viendo el recorrido en el mapa. Parece que hay dos
opciones, ambas bastante largas. Vamos a ir por el glaciar de Otenma que
es muy largo. Luego tendremos que pasar tres collados, los dos últimos
no esta muy claro que altura tienen.
Temprano, como siempre, nos ponemos en marcha. Empezamos bajando,
aunque poco nos dura la alegría, en apenas 10 minutos estamos poniendo
las pieles. Por cierto, Matteo nos ha comentado que este año estamos
haciendo los cambios de pieles mucho más rápidos que en el Stelvio, la
otra vez. De alguna manera allí íbamos un poco alelados.
Entramos en un cañón bastante estrecho, pronto podemos ver una cascada de hielo en frente nuestro. Tendrá unos 100 metros cuadrados de hielo de color azul. No hablamos mucho impresionados por la vista. Un rato después estamos en pleno Glaciar de Otenma ya más ancho. La pendiente es prácticamente nula, andamos mucho pero no subimos desnivel. El problema es que se va fatal, empiezan a recocerse los pies dentro de las botas. Como dice Rafa “Esto es la definición de calcetinada”. Vamos todos en fila, cuando el terreno es llano es más fácil seguir al de delante y las fuerzas se igualan. Casi siempre es María la que lleva el ritmo, va a una marcha constante y lleva muy bien el ritmo del grupo, por lo menos Rafa está encantado dice que va fenomenal, eso sí no para de meterse con ella por los esquís de color rosa que lleva, ” y como a María no le gusta entrar al trapo…”
Sin darnos cuenta llegamos a donde tenemos que dejar el glaciar de Otenma y dirigirnos al Col du Pettit Mont Collon. Sin duda esta será la subida más espectacular. Unas zetas perfectas de los que han pasado antes nos indican el camino. Nos dicen que tenemos que dejar diez metros de separación unos de otros para evitar que se pueda venir una placa abajo por el peso. Ha sido impresionante subir por aquí, cada uno a su ritmo, pasando de un glaciar prácticamente llano a una pared muy vertical.
Una hora, quizás algo más, tardamos en llegar arriba. La vista es soberbia, tanto de lo que hemos dejado atrás como de lo que tenemos por delante. Sólo nos queda un poco más de subida. Casi arriba se ven unas zetas que suben hasta un collado y luego bajan esquiando. Jaime, Oscar y Rafa con Gianluca se han animado a subir sin las mochilas, los demás continuamos bajando hacia el refugio de Nacamulli.
Hoy si que hemos llegado a una buena hora. Nos da tiempo a hacer lo que queramos. Lo primero ponemos todas las cosas a secar a la puerta del refugio y nos tomamos una cervezas. Estamos en Italia, en el valle de Aosta. El refugio está en la cabecera del valle con todo a nuestros pies. A ambos lados tenemos paredes enormes de roca, hielo y nieve. Se está de maravilla al sol. María sube del baño flipando, y nos cuenta como es. Está por debajo del refugio a unos 10m, se accede por una escalera metálica en la cual sólo hay barandilla por uno de los dos lados, si te vas por el otro la caída deben ser más de 200m. La puerta del baño no cierra, una cuerda que tienes que sujetar con la mano impide que se abra. Y lo mejor, miras hacia abajo y ahí está, estamos sobre un suelo metálico de esos que son como una reja y que ves lo que hay abajo. Un agujero en la reja indica el lugar por donde tienes que hacer tus necesidades…, abajo trozos de papel higiénico pegado en montones de m… María nos lo ha explicado fenomenal, pero casi que no la creíamos hasta que hemos bajado a verlo.
En Italia la costumbre es beber agua con gas, Matteo y Gianluca están encantados, a los demás no nos gusta. No hay botellas de agua sin gas grandes así que algunos llegamos la cantimplora de té para andar.
Último día! Llegaremos a Zermatt. Hoy la ruta coincide con la más transitada por lo que tendremos que andar con mucha gente. Encima es el peor día que hemos tenido en toda la travesía, el cielo está muy nublado.
Ha sido un poco de palo ver a tanta gente cuando hemos remontado el col por el que bajamos ayer al refugio de Nacamulli. El Col de Mont Brule es la última subida seria que nos queda. Desde lejos la gente que va por delante parecen hormigas subiendo por la rampa de su hormiguero, unos en fila, otros solos o separados. Cuando nos acercamos vemos que la mayoría se está poniendo los crampones aunque hay algunos que suben con los esquís puestos. Matteo nos dice que subamos como queramos, así que decidimos subir con los esquís. María ha sido la que ha tenido problemas ya que está mañana se le rompió una de las cuchillas y no la puede poner. Además lleva la parte de atrás de las pieles despegadas de los esquís. Alguno de los giros le cuesta hacerlos. Los que van detrás están atentos por si se cae, pero lo que hacen es agobiarla y ponerla más nerviosa. A mitad de la subida decide quitarse los esquís y subir con los crampones. Llegamos arriba todos sin más complicaciones.
Tras una corta bajada nos espera la última subida de la travesía. La que nos llevará al Col de Valpelline. Varias filas de esquiadores van delante nuestra, muchos cerca del collado. Matteo dice que nos quedan dos horas. Nos parece mucho, pero es así. Da la impresión de que está ahí mismo y no es así, se hace largo llegar.
Estamos en el collado, ahí está el Cervino, aunque la verdad es que apenas si lo vemos. Hay muchísima niebla. Sacamos las fotos de la familia. Además Oscar ha traído las de la familia de Matteo y de JuanRa para darles una sorpresa. Nos hacemos las fotos ante las protestas de los demás que sienten vergüenza ajena, sobre todo Rafa y María, jajaja.
Como no se ve mucho, Matteo me dice que vaya detrás de él. Hay que ir sorteando las grietas siguiendo una linea marcada con palos. Llegamos a un punto donde hay que tener cuidado y bajar andando con los pies paralelos. Aquí es donde me he fracturado el hombro. No se que ha pasado exactamente, quizás me he confiado demasiado, o que iba pendiente de los que venían detrás o que donde me he caído pensaba que ya estaba fuera de peligro porque antes había visto girar a Oscar al haber salido de la zona de peligro. La verdad es que no sabía muy bien cual era el peligro ya que no veía nada, de repente me he ido hacía atrás y he empezado a caer con la cabeza hacia abajo. Como no sabía si había rocas, grietas o que más abajo me he dado la vuelta para frenarme con los esquís. Luego me han dicho que no había peligro, que iba a caer a una zona llana. No se si ha sido al darme la vuelta para frenar o al golpear con alguno de los montones de nieve que había, el caso es que algo me ha pasado en el hombro. Cuando viene Matteo a recogerme no puedo levantar el brazo izquierdo. Le digo que algo me pasa que es como si se me hubiera salido un poco el hombro.
Por suerte no ha sido demasiado. Aún nos queda un buen rato de bajada. Me han quitado la mochila y se la han repartido entre todos. Bajo esquiando con Matteo y el brazo en cabestrillo. Bajamos una hora o más, en algunos sitios hay que remar y me ayudan. Rafa me dice “una, dos y …” y yo cojo su bastón para que me ayude, al llegar arriba me dice “Sandra (su hija) es más lista que tu, cuando le digo una, dos y …, ella dice tes”.
Aquí nos despedimos de Matteo y Gianluca. Aunque teníamos acordado estar un día más por si necesitábamos hacer otro para la travesía, ellos prefieren irse desde aquí a Italia ya que dejaron aquí el coche. Nos despedimos pensando en la marcha del año que viene, ¿quizás la Silveretta? Nosotros nos volvemos a Argentiere, a pasar allí un día antes de regresar. Mientras María, Juan y yo nos hemos quedado pasando un día muy agradable en Chamonix, los demás se suben a la Aguille du Midi para bajar la Mere de Glace.
Nos hemos enterado de la explosión del volcán y de la nube de cenizas. Según vemos en las noticias el aeropuerto de Ginebra está abierto, así que nos vamos a la cama sin darle más vueltas. Por la mañana Ivo viene a avisarnos, !han cerrado el aeropuerto! Rápidamente bajamos a desayunar, los que iban en el coche ya se han marchado y se han llevado a Ivo porque tenían hueco sólo para uno. No sabemos muy bien que hacer, nos ponemos a buscar posibilidades. En principio pensamos en alquilar un coche, o bien buscar un vuelo desde Milán, ir por tren hacia el sur, autobuses… Llamo a Eva para que nos ayude mirando en Internet, la pobre había salido y se acostó tarde, aún así si no llega a ser por ella, no se si hubiéramos llegado. Alquilar un coche parece imposible, es carísimo por tener que dejarlo en Madrid y no parece haber coches. Lo del vuelo no es buena idea porque pueden cerrar Milán de un momento a otro, como así fue. Así que habrá que buscarse la vida. De repente la recepcionista del hotel, que nos estaba ayudando, nos dice que conoce a alguien que va a Beziers, en el sur de Francia, bastante cerca de la frontera con España. Le decimos que somos 4 y que llevamos bastantes cosas, por suerte los esquís van con los del coche. No hay problema nos dice…
Un rato más tarde aparece un hombre con una furgoneta de transporte escolar. Tras recoger a otra pareja y sin decirnos apenas nada nos ponemos en marcha. Como no nos dicen nada y tampoco hablan mucho entre ellos, empezamos a bromear con que llevamos droga o vete a saber que. Hemos ido pagando la gasolina cada vez que repostaba. Mientras Eva ha ido buscando soluciones para cuando lleguemos a Beziers. Vamos mandándonos mensajes a través del móvil, que para agravar las dificultades se está quedando sin batería. En Montpellier se ha quedado la otra pareja, me subo yo a la parte delantera para tratar de hablar algo con el hombre en francés, pero nada, se limita a asentir y poco más. Se detiene, antes de salir a la autopista, en una rotonda y esperamos un rato hasta que aparece una furgoneta que resulta ser la hija del señor y le entregan una caja con una TV plana. Tal y como nos había dicho la del hotel nos deja en la estación de tren de Beziers. No ha sido muy locuaz el hombre, pero nos ha echo un enorme favor trayéndonos hasta aquí, han sido casi 600km.
Eva nos ha informado que en unos 15 minutos parece que sale un tren. Y digo parece que sale porque hay huelga en los ferrocarriles franceses, así que no está la cosa clara. Preguntamos en la taquilla y nos dice el hombre que no, que no hay tren hasta dentro de una hora…, sin embargo en el panel pone que va a venir un tren en unos minutos…, ¡que raro! Nos vamos al andén por si acaso le da por venir… y efectivamente el tren llega. El hombre de la taquilla no nos ha querido vender el billete así que viajamos de gorra hasta Perpignant.
Aquí la cosa está más complicada. El autobús que va a Barcelona sale en unas tres horas y nos dicen que si no tenemos billete no vamos a subir al bus porque está ya lleno. Hay varios taxis de Barcelona negociando el trayecto. Cogemos uno por 200 euros, es pequeño pero entramos con bultos encima nuestro. Es lo que hay, o lo cogemos rápido o no tenemos opciones de tomar el tren de Barcelona. Además los precios van a subir conforme la gente necesite coger los taxis. Nos ha dicho el hombre que ha traído a una chica desde Barcelona con el mismo problema que nosotros y que por radio le han dicho que no se vuelva de vacío. Ante nosotros tenemos la duda más grande, llegaremos hacia las 9h45 a Barcelona, si todo va bien, y el tren sale a las 10h15. Nos arriesgamos, le decimos a Eva que nos saque los billetes. Lo hace y me manda un archivo a mi correo por si no hay taquillas electrónicas para imprimir el billete en un cibercafe. Un rato más tarde nos manda un mensaje diciéndonos que si hay taquillas electrónicas en la estación.
Llegamos con el tiempo justo de comprar los último 4 bocadillos que hay en la cafetería. Por fin en el tren conseguimos relajarnos, ya está hecho. A las 7 a.m., llegamos a Madrid.
Haciendo cuentas nos ha salido el viaje por unos 115 Euros a cada uno. Como la compañía nos ha devuelto el billete de vuelta, habríamos pagado 40 Euros. Lo cual, visto lo visto está muy bien.
Salud y república!
Ricardito,
ResponderEliminarsobre las fotos, bueno lo de siempre, el esfuerzo de llevar el pedazo de camara desde luego merece la pena…......sobre todo a los que no la cargamos y disfrutamos de las fotos…...... ;-) )))
A ver si te curas del todo, que estoy deseando leer los comentarios. A veces no es verdad eso de que una imagen vale más que mil palabras.
Besitos
PD: Yo ya estoy pensando en donde vamos a ir el año que viene, Silveretta, Ecrins….
Ole!, Ole! y Ole!
ResponderEliminarTus padres no hacen carrera de ti!
JuanRa
Recuperate pronto de esa fractura!!
ResponderEliminarLas fotos son preciosas
Besos
Hola Ricardo,
ResponderEliminarERES GENIAL, me alegran mucho tus correos y lo paso estupendamente con tus relatos,espero que estes bien de tu lesión.
sigue asi, muchos recuerdos a Eva y los chicos.
Un saludo desde Cáceres, Candela y Juanjo.
Ricardo, como siempre un relato y unos fotos cojonudas.
ResponderEliminarCuidate y recuperate pronto…
Nos vemos en algún Bar, Restaurante o Pub…
Saludos a Eva y los Chicos
Ricardo no se como agradecerte que me animases a ir con vosotros y a los demás que me aceptaseis en “vuestra semana especial”.
ResponderEliminarMe ha encantado la descripción.
Un besazo,
la flower-power.
Ricardito, es un lujo llevar un corresponsal en el grupo que luego te mete el relato en su blog, pero lo que sí que es un lujo es pasear a tu lado y sentir tu amistad, empaparse de tu caracter, que nunca se rompe a pesar de que tu hombro sí, o de que haya que volver a casa a lo Pekin Express y tú sin saber lo que tienes ahí. Yo no sé si me hubiera animado de no estar tú, ya que JR parecía que me iba a fallar al final, y menos mal que lo hice, porque he disfrutado con mis amigos y mis montañas todos y cada uno de los momentos de la travesía, salvo donde te caíste tú. Es un lujo tener un amigo como tú.
ResponderEliminarUn abrazo de cumbre o de collado si no
Lo primero, que te mejores si es que esto es posible. Seguro que te recuperarás pronto.
ResponderEliminarMenuda envidia que me has dado leyendo tus comentarios ¡qué sitios tan chulos! Pero yo a lo que me apunto es a lo de las cervezas, que es lo mio. Viendo los cuestones hasta sentada tenía vértigo.
El viaje de vuelta ¡menuda batalla! Esto si que es improvisación y aventura. Pues tomo nota porque, si nada lo remedia, me voy a Islandia del 26 de Junio al 4 de Julio. A ver si consigo ir, y si consigo volver. Prometo postal.
Muchos besotes
Ricardo, ha sido un placer tenerte de compañero de montaña y espero que sea por mucho tiempo… un grupo espectacular al que desde aquí mando un besazo, una gran aventura para recordar y que entre todos habéis hecho confirmar el compañerismo de montaña, en los momentos buenos y en los menos buenos… pero esas cervezas por la tarde-noche en esos refugios espectaculares, no tiene precio (nunca mejor dicho!!)
ResponderEliminarHola Ricardo!
ResponderEliminaraunque no nos conocemos la verdad es que sé bastante de tí por lo que me cuenta un compañero tuyo de travesía. Yo estoy tratando de iniciarme en éste mundo poquito a poco y siento auténtica envidia sana de lo que hacéis, haces, y máxime con el esfuerzo añadido que debes aportar, admirable…
Igual en alguna de éstas tengo la oportunidad y placer de conocerte, sería un lujo, pienso que debes ser una persona que puede aportar mucho en el terreno personal… y deportivo, claro está!
Ya había entrado en tu blog por recomendación alguna vez, pero creo a partir de ahora lo haré con más frecuencia, porque además he descubierto que eres un gran narrador y fotógrafo, increíble recuerdo os habéis traido!
Soy de los que piensan que para hacer algo en la vida debes tener cierta predisposición, pero el sólo leer tus experiencias sirve de motivación, por lo que no tengo más que agradecerte, aún sin conocerte, el esfuerzo que haces… ah!, recupérate lo antes posible de ese hombro fastidiado!
El querer es poder, es una de mis máximas y tú la personificas.
Un abrazo!
Nacho
hola me a gustado tu viaje a los alpes entre otros y no se que decir
ResponderEliminarlas fotos estan bien y no se que decir tambien me gustan tus
narraciones y no se que decir pero algun dia te dire algo te lo
aseguro.
Me han contado que esa ruta es realmente impresionante, que todos los paisajes que hay cerca son dignos de ver una vez en la vida!
ResponderEliminarHe de reconocer que lo que haceis es remarcable, que a mi me encantaria hacer algo parecido pero me falta el valor que a vosotros os sobra! Me alegro de que nos traigais aqui estos reportajes, son geniales.
ResponderEliminarcomo siempre, preciosas las fotos. Te querria pedir informacion sobre la ruta, tienes todos los mapas? como lo hiciste? podrias escanear la parte del mapa interesante? tengo entendido que son muchos mapas. yo te puedo dejar los de la silvretta que la hice hace dos años y luego otra muy bonita son los tatras en polonia…..QUE VIVAN LOS SUEÑOS!
ResponderEliminarirene
besetes. escribmeme un email cuando puedas, besetes. Sigo por toulouse
Bonito relato.
ResponderEliminar¿Qué mapas utilizásteis para el GPS?
Gracias