29 de mayo de 2012

Anímate jodio, ataque sorpresa al Aneto con esquís



'Anímate jodio', así acababa el mail que me mandó María el jueves por la noche. Me decía que iba con Miguel Oscar al Aneto. Así que rápido cambio de planes, preparar las cosas y ¡al pirineo!


Salimos temprano de Madrid para llegar pronto a la Besurta y poder dormir bien, ya que el madrugón será considerable. Vamos a levantarnos a las 5a.m.

A las 6a.m. comenzamos a andar, es algo de noche pero pronto hay luz y apagamos los frontales. Vamos con los esquís en la espalda pues no hay nada de nieve. Al refugio de la Renclusa llegamos en algo menos de 1h, coincidimos con mucha gente que se pone en marcha en ese momento. Los hay que van con esquís como nosotros, la mayoría, pero también los hay que suben andando.



Apenas 100m más adelante de la Renclusa ya nos podemos poner las tablas, ¡qué alivio!, se sube mejor y no hay que llevarlas cargadas a la espalda.







Llevamos muy buen ritmo, el que marca María, hay gente que nos pasa y otros a los que adelantamos nosotros. Un rato antes de llegar al Portillón, nos pasa alguien y dice "Buenos días", Miguel Oscar le reconoce por la voz, es un amigo suyo, Rafa. Charlando con él cuando nos queremos dar cuenta llegamos al desvío hacia el Portillón. Nos cruzamos con unos catalanes que van andando hacia la Maladeta. Hemos hablado un poco con uno de ellos al que no hemos entendido nada pues todo nos lo decía en catalán. Menos mal que había otro más majo con el que nos hemos entendido.





El acceso al Portillón es espectacular, hacemos una diagonal para acceder a la entrada, muy chula.







Como MO tiene algo de vértigo, hemos traído el arnés y una cuerda que nos ponemos para bajar los 10m que nos llevan hacia el otro valle por el que subiremos hasta el Aneto.





Esta es la parte más aburrida, parece que el collado de Coronas está ahí mismo pero no acabas de llegar. Además no se sube mucho y vas todo el rato haciendo una diagonal hacia el mismo lado. Nos ha pasado un tío muy fuerte, luego hablaremos con él y nos cuenta que se dedica a hacer carreras de travesía. Uno de su grupo se ha puesto al ritmo de María y no ha querido saber nada de sus compañeros hasta llegar al collado.

En el collado de Coronas, ¡por fin hemos llegado!, esperamos a que llegue Miguel Oscar, que se ha quedado un poco atrás y dice que le hemos dejado "Solo y abandonado". Tras reponer fuerzas, encaramos la subida final por el glaciar, nos queda apenas una hora hasta la cima. Aquí hay más gente, ya que también vienen desde los Lagos de Coronas.



Ya habíamos hablado que si había mucha gente para pasar el paso de Mahoma no lo íbamos a hacer. Efectivamente hay bastantes grupos esperando para pasar. Los hay que pasan hacia la cima y los hay que vuelven de esta. No nos parece razonable pasar por allí encordados y pasarlo mal por llegar a la cima, que se encuentra a apenas 50m de donde estamos. Además la nieve está ya un poco mal y hay que bajar cuanto antes para que no se ponga peor.



Nos hacemos unas fotos y charlamos con los que están por allí mientras nos vamos preparando para la bajada. Nosotros, desde luego, damos al Aneto por subido, no somos los únicos pues mucha gente hace lo mismo.



Comenzamos a bajar con algo de mala suerte ya que ha estado todo el día soleado y se ha nublado justo ahora. No veo nada del relieve de la nieve, voy siguiendo a María y a MO que va marcando el camino. Un poco más abajo la nieve es mejor, sobre todo donde estaba sucia y se había transformado. No he mirado el tiempo pero creo que hemos debido tardar 1h en bajar, quizás menos. Llegamos con las tablas hasta el río Aiguallus. Aún hay algo de nieve, aunque no suficiente para esquiar. La poca que queda nos permite salvar varios tramos de bloques de piedra que se hacen durísimos con las botas de esquí y las tablas a la espalda.





Tenemos que andar aproximadamente 1h30 hasta La Besurta, donde tenemos el coche. El lugar es una pasada, todo está verde, el agua circula por todos lados y se oyen los sonidos que emiten las marmotas. Qué pena que tengamos que hacerlo con las botas de esquí y las tablas a la espalda. Nos despedimos del Aneto y también de la nieve hasta la temporada que viene.


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